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ABC MADRID 05-05-1972 página 119
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ABC MADRID 05-05-1972 página 119

  • EdiciónABC, MADRID
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N diplomático recuerda el cumpleaños pero nunca recuerda su edad. Al salir de Londres el marqués de Santa Cruz se podría decir, también, que conmemoró recientemente sus bodas de oro con la carrera diplomática. Y que en estos días cumplió catorce años al frente de nuestra embajada en Londres y veintiocho años de servicio en esta capital. Pero el marqués de Santa Cruz, decano del Cuerpo diplomático, acreditado ante la Corte de San Jaime, y el segundo jefe de misión español que alcanza esa dignidad, se jubila joven y con una carga de experiencia, de prudencia y de conocimientos que justifican sus nuevos servicios al país en el Consejo de Estado. Es una baja administrativa motivada por los cumpleaños y no por la edad. La Prensa británica no había reflejado con tanto relieve y respeto la retirada de un embajador extranjero. Un diario popular admitía que nunca habla habido en Londres una larga despedida como ésta, con participación de tantos amigos. La Reina Isabel le recibió a almorzar en el castillo de Windsor, un honor que no suele ser concedido a jefes de misión extranjeros. Los Kent, la princesa Alejandra y la princesa Margarita también organizaron actos en su h o n o r. Los marqueses de Santa Cruz han recibido el homenaje de nuestros comerciantes, de les corresponsales, de los miembros de la colonia española residentes en Inglaterra, del grupo parlamentario anglo- español, cuya formación promocionó el embajador, y de un grupo de diputados de los Trade Unions. El jefe del Gobierno, Mr. Heath, le ofreció una comida de despedida, y el último acto oficial ha sido la recepción de Sir Alee Douglas Home. El adiós de Londres es reflejo de la popularidad de este embajador noble, que ha paseado ante los ingleses la bandera de la hidalguía española. En el campo profesional, el fruto- de su trabajo diario deja también una larga cosecha de misiones bien cumplidas. -Con frecuencia las relaciones hispano- británicas han sido difíciles por una variedad de razones: religiosas, que se inician como consecuencia del matrimonio de Enrique VHI y Catalina de Aragón; competitivas o de espacio vital, pues cuando aflora el Imperio británico estaba el español en su plenitud, y a costa en gran parte del segundo habría de constituirse el primero, y políticas, porque la mentalidad de los habitantes de una y otra nación han sido tan distintas que, a menudo, han desembocado en la incomprensión- -recuerda el m a r q u é s de Santa Cruz- No debe olvidarse tampoco la existencia de un problema que ha incidido de forma constante y desfavorable en las relaciones hispano- británicas. Según nos aclara el embajador, aquellos condicionamientos históricos, religiosos y políticos sumados al contencioso citado determinan que al análisis de las relaciones hispano- británicas no puedan aplicarse esquemas válidos para otras. Una cosa es dar, y otra, reclamar. -Tengo la satisfacción de poder decir, al terminar mi misión, que esas relaciones se encuentran en un período de bonanza raramente alcanzado, como lo demuestra la cordialidad, dentro de la firmeza, que caracterizó las conversaciones entre nuestro ministro de Asuntos Exteriores y el secretario de Estado británico durante la reciente visita oficial a Madrid. Cordialidad y firmeza que estoy seguro perdurarán durante el viaje oficial del señor López Bravo a Londres, que ha quedado ya convenido para el próximo mes de julio. El marqués de Santa Cruz emplea la palabra bonanza para medir la temperatura de las relaciones bilaterales. -Es obvio que óptimas- -que es lo que U Entre 195 S y 1972 España y Gran Bretaña han firmado y ratificado diversos convenios internacionales, unos en el ámbito bilateral y otros en el multilateral. (Sobre estas líneas, el marqués de Santa Cruz con sir Aleo Douglas Home. yoritaria y civilizada de la gran asamblea de las naciones. El nombre de este embajador queda asociado en la Historia al tenaz forcejeo de nuestra diplomacia para frenar la maniobra británica con el objetivo de levantar una falsa fachada constitucional que permitiera presentar al mundo un Gibraltar independiente, libre del estigma colonial. El éxito de esa operación británica hubiera perjudicado, casi sin posibilidad de enmienda, la legítima reivindicación española. Con Santa Cruz en Londres, Gibraltar ha quedado definido irrevocablemente como una coloserviría al interés de ambos países y de nia que debe ser devuelta a España. Europa en general- -no podrán serlo hasta Aquel título concedido a don Alvaro de que se resuelva satisfactoriamente el pro- Bazán queda ae nuevo Incorporado a blema de Gibraltar- -precisa el emba- nuestros archivos diplomáticos que dan fe de los trabajos españoles para devoljador. ver al país su unidad geográfica. Ahora es la obstinación el argumento que ampaLA COLONIA DE ra la presencia británica en la provincia GIBRALTAR de Cádiz. -Desgraciadamente, en Gran Bretaña Entre España y el Reino Unido levanta su perfil áspero aquel territorio de la pro- se ven las cosas de otra manera y no se vincia de Cádiz obligado a soportar la consideran obligados por las decisiones bandera británica frente a los sentimien- de las Naciones Unidas ni por su mandatos de los españoles, en contra de la evo- to descolonizador- -puntualiza el marqués lución política del siglo XX y con despre- de Santa Cruz- Esa actitud mantiene cio de las realidades históricas. La obsti- viva una disputa y una situación que, en nación británica no está justificada por el fondo, son anacrónicas y evitan que los intereses estratégicos de un Imperio las relaciones entre los dos países sean liquidado ni por las exigencias defensivas lo que deberían ser. Yo espero, y considede nuestro continente. Gibraltar es la ro posible que se encuentre una fórmula piedra que mella el engranaje de las re- por la que España recobre la soberanía sobre el trozo de su territorio nacional, que laciones hispano- británicas. por tan malas artes le fue arrancado, con- -Por muchos juegos malabares que la que los gibraltareños vean respetados se hagan para ocultar la realidad y por sus intereses y que les permita mantener, muchos velos constitucionales con que dentro de la plaza, la forma de vida a la se pretenda cubrirla. Gibraltar es una de que están acostumbrados y por la que las pocas colonias que quedan en el mun- Gran Bretaña vea- asegurada la defensa do y la única en Europa- -afirma el mar- de Europa Occidental, en la que estamos qués de Santa Cruz- En el proceso des- interesados todos. eoienizacter iniciado, y ya asi logrado, por las Naciones Unidas se acordó en nu- UN COMERCIO merosas Resoluciones y por sustanciales PROSPERO mayorías que en el caso de Gibraltar debía aplicarse, en justicia y por razones Ante las negativas de Gran Bretaña, indiscutibles, el principio de la integridad sólidas y pesadas como la arquitectura territorial. Fue rechazado el de la auto- teutónica, cualquier español podría llegar determinación. El Gobierno español de a la conclusión de que con los ingleses lo hoy, como lo hizo el de ayer y lo hará el único positivo es comerciar. En este camde mañana y el de siempre, secundado po el progreso ha sido satisfactorio e inpor la voluntad unánime de la nación, cluso espectacular. exige que aquellas Resoluciones se cum- -La evolución de las relaciones comerplan para que la descolonización sea un ciales hispano- británicas e n t r e 195 S y hecho. 1971 ha sido excelente- -expone el embaSanta Cruz ha vivido en Londres esa jador- Ha costado esfuerzo y dedicalarga saga, y no poética precisamente, ción conseguir que los intercambios no se para pretender justificar la existencia de vieran afectados por problemas de otra la colonia europea a pesar de la voz ma- índole, con lo que se ha logrado una apor-

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