ABC MADRID 29-04-1972 página 25

El maquinista M un oontumaz partidario del transporto por fe. rroearrl! Y le es Imposible oomprender el porqué de tantos aootdentes en la carretera. Para él, tragarse una señal es un rimen SE HA JUBILADO UN MAQUINISTA El maquinista y el fogonero no deben en ninguna circunstancia, ni a u en caso de peMgre inminente, abandonar la locomotora oe les está cadfiadaj La sobriedad es un deber de los maquinistas y fogoneros. Cualquiera de ellos que se baile en estado de embriagues en los días de servicio, será despedido inmediatamente. (Del Diccionario razonado Legislativo práctico de los Ferrocarriles españoles, bajo el aspecto legal Imprenta Campuzano hermanos. Ave María, 17. Madrid, 1875. OY ha venido a despedirse de mi un maquinista de la R. E. N. F. E. Se jubila. Se jubila, como él mismo me ha dicho, por imperativos de la edad También me ha dicho que se siente con ánimos y fuerzas para llevar trenes durante unos cuantos años más. Pero el reglamento es el reglamento. Y nadie más fiel a las normas y reglas de su oficio que un ferroviario. Ta desde que se pusieron en circulación los primeros trenes, nació como primer mandamiento- -y bien podríamos decir, como resumen de todos los mandamientos ferroviarios- el siguiente pareado: Cada tren por su vía, y cada peseta a pagaduría Clarísimo. Si cada tren va por su vía, jamás podrá chocar con otro. Y si cada peseta va de la ventanilla a la pagaduría, nunca podrá haber un desfalco. Y es que una falta en la marcha de la circulación, como una falta en la marcha de la recaudación, traían como consecuencia tnTmrM t la expulsión del responsable. Y la traen aún. Ni hay ni puede haber tolerancias en estos casos. El maquinista vino a despedirse de mi porque quiere que le publique la nota én la revista Via Ubre Es la nota que dice adiós a los veteranos que se van. Y que generalmente se redacta asi: Don Manuel Fernández Martínez, maquinista de la residencia de Oviedo, se ha jubilado por imperativos de la edad, después de haber prestado los servicios de su cargo. En atención a los mismos le fue concedida la Medalla a la Fidelidad en el Trabajo y el correspondiente premio en metálico. lie deseamos muchos años felices en su bien ganada jubilación. Esta nota, con la fotografía del jubilado, aparece en la que pudiéramos llamar sección de sociedad de la revista, con las de otros que también se van, o con las de quienes se distinguieron por sus actos meritorios. Y tanto los jubilados como los que permanecen en activo, al leerlas, si conocen a los protagonistas, siempre comentan lo rápido que pasa el tiempo y evocan aquellos turnos, aquellos itinerarios, aquellos lugares donde trabajaron juntos. Y recuerdan. Y comparan hechos, destinos, gentes. 3 maquinista ha charlado un rato conmigo. Me ha contado algunas de sus peripecias profesionales Y me ha regalado el Diccionario que mencioné al comienzo de estas cuartillas, y que fue de su abuelo y de su padre, ferroviarios también. El se lo sabe de memoria. Y quiere que yo lo lea. Que me entere de que en lo relativo a seguridad y a sentido del deber aun está vigente El maquinista es un contumaz partidario del transporte por ferrocarril. Y te es imposible comprender el porqué de tantos accidentes en la carretera. Para é! tragarse una señal es un crimen. Vulnerar la menos grave de las normas de circulación es un atraco. Son necesarios muchos años para estar en condiciones de llevar como se debe una máquina, y basta una falta para que te rebajen de categoría comenta. Después hablamos de algunos maquinistas muertos en accidentes ferroviarios. Todos perecieron agarrados al frena No cabe duda que ante la inminencia del choque podían haber saltado al terraplén, haberse tumbado en el piso de la salir de la r T de mando y f t M colocarse más atrás. Pero ninguno lo hace. El maquinista me explica: Vamos a ponernos en lo peor. En que uno se encuentra de frente, en plena vía, con otro que viene a toda marcha. Ni él ni yo soltaremos los frenos. Es el oficio. Y añade: ¿Cómo podrían los viajeros estar seguros de que se hizo todo lo posible para evitar un choque, si escurrimos el bulto en el ultimo instante? El maquinista se ha despedido, muy tranquilo, de nü. Sabe que tendrá su nota- de sociedad en la familiar revista ferroviaria. Sabe que será una nota de tantas. Pero también sabe que él es uno de tantos. No pide más ni menos que ser tratado igual que tos demás. Y asi lo hice. Sin literatura alguna. Coa la misma cotidiana sencillez que él tenía al subir a la maquina a cumplir el reglamento. Manuel PILARES H