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ABC MADRID 16-04-1972 página 152
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ABC MADRID 16-04-1972 página 152

  • EdiciónABC, MADRID
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este respecto lo primero que hay que hacer con las neurosis en el mundo moderno es estudiarlas y después poner el remedio oportuno. Asi, por ejemplo, se ensaya ahora en Rusia y en Alemania lo que se denomina el descondícionamiento. Esto es, reeducar al individuo y sacarle del mundo de su profesionalidad para no caer en la alienación. Y así hay instituciones donde se reeduca a los ejecutivos para hacer ejercicios físicos y otras distracciones fuera de su profesión. Existe, pues, una tendencia salvadora. -Erich From ha hablado de que esta perenne y nunca saciada, sino al revés, estimulada, ansia de poseer más y más cosas convierte al hombre en una especie de bebé ansioso que todo se lo lleva a la boca y no- tiene otra preocupación que la de llevarse cosas a la boca: ¿Usted cree que el hombre a nivel de las masas por lo menos ha echado ya de sí toda preocupación humana, religiosa, política o de pura dignidad y se ha convertido definitivamente en un bebé? -El mal de nuestro tiempo se puede traducir en dos actitudes perfectamente definibles: el aburrimiento y la agresividad. La pérdida del sentido de la vida tiene su origen en el tedio y es esto lo que hemos de evitar a toda costa haciendo funmesa los últimos apuntes de un libro que pronto publicará, anotaciones de artículos científicos y libros abiertos prontos para su estudio. En otro amplio estudio, grabados sobre Venecia, muchos títulos sobre el estudio de la más mágica ciudad del mundo, y sobre el tocadiscos, Mozart y Brahms. ¿Por qué esa veneración por Venecia? -Del mundo que yo conozco hay dos ciudades que para mí tienen ana magia especial: Venecia y Fez. To denomino a Venecia atlántida indecisa y ese enigma de la civilización de Occidente ane es Venecia ha nacido tanto del azar como de la decisión. Mi admiración por Venecia es grande. Desde la Edad Media los hombres no han hecho más que maravillarse del triple milagro que es Venecia: milagro de la voluntad, al hacer surgir de las aguas una ciudad con hermosos monumentos; milagro de la leyenda de San Marcos; milagro de las riquezas acumuladas. No es extraño que yo sienta, también, una profunda admiración por todo lo mágico que en sí encierra esa ciudad. LA TENDENCIA SALVADORA DE LA HUMANIDAD 1 doctor Roí Carballo tiene una mirada penetrante. Habla despacio. Encanecida cabeza y rostro céltico que denota su origen galaico. Pegado a la tierra y con toda una vida dedicada a la investigación de las profundidades humanas, de los más recónditos resquicios neurof isiológiccs y de la urdimbre afectiva del ser humano, como la ha definido. ¿Qué le dice este hombre dt la sociedad industrial del último tercio de nuestro siglo. Es decir, con qué ojos ve usted a ese hombre? ¿Con ojos de esperanza o con ojos de temor? -Veo al hombre con ojos de esperanza y con ojos de temor porque en sí la vida humana ha sido siempre un peligro y el progreso técnico no pone, irremediablemente, en peligro la realización del hombre como tal, pues yo creo que el hombre moderno tiene perfecta conciencia de que el futuro está en sus manos. Usted me ha preguntado antes que todo el mundo habla de las neurosis producidas no solamente por la condición estruendosa y agitada de las ciudades industriales modernas, sino por la esencia de una sociedad construida sobre la competición y el dinero. Y yo le contesto que, a mi modo de entender, es imposible el aumento de las neurosis por la tensión emocional de nuestra civilización. a cionar al hombre hacia la tendencia salvadora del grupo. Este hombre de ciencia, este apasionado buscador del alma humana que un día definió al hombre como libertad encadenada y que ha hurgado en su urdimbre afectiva recuerda lo que nuestro poeta Antonio Machado habló sobre la violencia y, concretamente, sobre la violencia política como de un miedo envuelto en ira ¿A sus ojos de hombre de ciencia tiene alguna consistencia esta aserción de Machado? -En cierto modo tiene consistencia y to vemos todos los días. La violencia es un producto de la tiranía, y la tiranía política la engendra el miedo. Podríamos hablar mucho sobre esta teoría del miedo del político que ejercita sus acciones, la mayoría de las veces, por la inconsistencia de su seguridad como mando. La última consecuencia de esta política engendrada par el miedo son las guerras. Pero existe, también, un miedo del político hacia una guerra total que significaría su autodestruceión. Por eso se empeña en pequeñas guerras que dentro del gran cuerpo social que forma la Humanidad son, por desgracia, necesarias, y empleando un término científico yo diría que estas pequeñas guerras nos sirven de vacuna para la gran epidemia que supondría una gue rra a escala muncial. HACIA EL ENGRANDECIMIENTO DE AMOR PERSONAL -Es cierto que nuestro tiempo padec una crisis moral, una crisis de ética y d costumbres, y que la simple ruina de la hi pocresía que solemos llamar victoriana nos da una nueva visión del cuerpo d hombre. Se habla de erotismo, pero es erotismo ¿no será una simple reacción d desesperación y de afirmación de la vid y del yo en un mundo tan escasamente vi videro como el nuestro, en el que la frus tración personal es tan frecuente y en t que la muerte nos ronda, casi como en e Medievo, con la amenaza atómica, las gue rras, los accidentes de circulación, etcétera y en un mundo en el que el hombre, des poseído en muy amplia mayoría de la f no tiene muchas mayores esperanzas qu el sexo? -Yo siempre he centrado ei problem del sexo en el amor personal. Entendámo nos: la ola de erotismo que padecen ho todas las sociedades modernas responde al vaivén de las lineas generales de la hií loria de la Humanidad. El problema sexo, dentro de la historia, nos confina que tiene un movimiento pendular. Es de cir, a épocas de gran represión sexual I suceden épocas de absoluta libertad o ca ¡absoluta libertad. Lo que yo llamo activ dad diatrófica o tutelar del sexo depenc del amor personal. El amor personal ha c estar guardado del exhibicionismo y p ello ciertos tabúes son necesarios en r lacián con el problema del sexo, porque libertinaje atenta al amor personal que la base más importante o de las más in portantes para que el hombre se realú como tai. Si no es así el sexo puede fui cionar en nuestra actividad personal y e el cuerpo social como un termostato m; regulado. Pienso que a esta época de libei tad sexual sucederá otra- -la historia n lo ha demostrado repetidas veces- sucí derá otra, digo, en la que el problema d sexo vuelva a centrarse otra vez sobre amor personal. Este es un esquema muy g neral del problema del sexo, porque no c: be duda de que gran parte de la activ dad humana sienta sus bases en el amo pero el problema del amor es muy complí jo. Yo le explicaría los experimentos qi sobre el problema del amor se han hecl con monos. Se trataba de ver la reaccit de una segunda generación nacida de uní monos criados al lado de madres que era

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