ABC MADRID 08-04-1972 página 17

I X el mar de los acontecimisntos, entre las novedades de policía, allí donde las páginas de los diarios se enrojecen de crimen, no de aquel otro rojo que conocemos, aparece r e vez en cuando el nombre de uno de esos seres abstractos, en esta época de tanto sindicalismo y asociación, que, bajo el signo de su fatal destino, se entrega a apropiarse de lo ajeno sin compinches de ningún género. Es el ladrón solitario, el ladrón que hasta ahora ha merecido los honores de la novela policial. El verdadero ladrón solitario lo primero que hace es cambiar de país. Xo opera donde nació. Nadie es buen ladrón en su tierra. Y además su virtud de soledad sufriría si fuera a acíuar en un sitio en que le conocieran aun remotamente. El ladrón solitartó, como navegante solitario, lucha contra lo embravecidos mares da la ley penal inímás recursos que los que emanan de s jrersona, sin más asideros que el timont de su olfato, para husmear a tiempo la p oximidad de la policía, y sin más medios rué sus piernas para huir, sus brazos pata descolgarse y su cara imperturbable irara no delatarse cuando, después de incursionar, va por la calle como un paseante cualquiera. l o s ladrones solitarios ya t plural molesta, desvirtúa su categoría i operan por lo regular en los fines de semana. Las familias salen a pasar el domingo fuera de sus domicilios y es en esas horas, en que las casas quedan como abandonadas, cuando el ladrón solitario se introduce. Usa la llave falsa a lá ganzúa. El arte de este hábil personaje ra- dica en no cr. asar destrozos innecesario! Opera con enantes, como los cir áii s. Ya ha hendido la puerta, q la ventana, o el techo. La cavidad está abierta y se puede proceder. Avanza a pie seguro, Apaga una luz que. ha quedado encendida porque la penumbra le es más favorable. Desprecia las bebidas que encuentra en la nevera. Ilesa hasta santiguarse ante una imagen. No se sobresalta, tan acostumbrado está, al oír las llamadas telefónicas. Y al igual que un buzo va dando con las perlas, los corales, halla los tesoros que en forma de ahorro, en monedas o billetes, esconde el ama de casa o ei patrón en! os lugares más insospechados: en una media, bajo un forro de filosófico sillón convertido por el fin de semana en caja fuerte. Lejos, por las ventanas, se cuelan músicas de otros departamentos. El ladrón solitario, listo el botín, tiene tiempo para hacer de melómano. Analiza los gustos musicales del edificio en que está. Mueve la cabeza de un lado a otro, aprobando. cuando llevan el compás de un tango o un vals y desaprobando cuando ejecutan una de esas jerigonzas que llaman mambos El ladren solitario opera en silencio, silencio realizado al vacío de la casa sin habitantes. Xo habla. Monologa. No comparte sus ganancias. Odia a los hombres. Por vanidad compra al día siguiente el periódico para leer la noticia. Termina e 5 cigarrillo, de! que no estará nunca preso. así lo cree, y sigue con un naipe viejo el solitario que ha comenzado en la mesa del café. De una cosa sí está seguro. De que los ladrones como él son los que más trabajo dan a la Policía. Miguel Ángel ASTrr. it; EL LAD