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ABC MADRID 29-03-1972 página 11
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ABC MADRID 29-03-1972 página 11

  • EdiciónABC, MADRID
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P ENOSA es la s u b i d a que d e s d e el Inla desesperación j fierno c o n d u c e al de la destrucción inPurgatorio. Y Dancesante: que eso es te la recorre sin que el I n f i e r n o Y y, el terror sea menor pasado el límite qu que ante la perduta ningún muerto h gente Porque h a y bía franqueado, los algo en el Purgatodos viajeros- -a lof rio quizá más terrique el amor guíable que las llamas incontemplan la isla sifernales y es la contuada entre el mund ciencia d e l pecado. de las tinieblas y e Porque el p e c a d o de la luz. Esa ish hunde su garra con es de barro. Y allí angustia en el a I m a crecen no los árboles que allí, en lo a 11 o, poderosos, no 1 a i sobre la cumbre de rocas altivas, sino lo ¡la esperanza, p u e d e juncos que ante los columbrar la presenvientos se inclinan 3 cia divina. ceden. Lo que crece en el cieno, lo qu Si la tierra mortal es el trono de la fe, el Purgatorio lo es de la esperanza. ¿Podía definirse el está entre el bien 3 (Sobre estas líneas, un detalle de El Juicio Universal de Miguel Ángel. Purgatorio como el mal, la fétida tie la región de los arrerra de los pactos, d pentimientos c o n el la charca donde has dolor de su expiación ta el mal se enloda a b r u mando las alAhora Dante nos mas? L a indecisión levanta u n a puntí de los límites de ese del velo de su grai reino, intermedio enenigma. A la pre tre d o s eternidades, gunta de Catón de permite también l o s porqué ese peregridesenfrenos imaginanaje por los mundo; tivos y la v e r s i ó n de d o n d e no s personal de ese misvuelve, Virgilio 1 terio. R e i n o el del contesta que por e Purgatorio, que también creemos intermedio entre la vida Pero al lado de la tentación y de la ansia del poeta florentino de conquista: terrenal y la del más allá. Con nuestros serpiente está la expiación. Y con ese la libertad. Porque el camino de la ex pies recorriendo ya los senderos de las trabajo goteado de sudor y de dolor, co- píación- -de la salvación- -es el de la li dolorosas expiaciones. Con la conciencia mienza ya en el primer hombre el Pur- bertad, el de la plenitud espiritual. Qu de que en la misma tierra mortal comien- gatorio. Porque la cabeza del hombre en el verso final del poema se resumí za el drama de la purificación. Nosotros que labora- -que labra- e yergue altiva, en e! amor que mueve el sol y toda; llamaríamos Purgatorio a todo el pro- sufriente, sí, pero también hermosa, con las estrellas ceso de la expiación, empiece en este la esperanza como su horizonte total. Si la libertad no es el camino pan mundo o en el otro. ¿Qué es toda la cultura- -el cultivo- -sino amar- -y en el amor no hay límites, -Una vez más queremos que nuestra po- la ruta de la Humanidad hacia ese hobre pluma, más allá de la sociología, hos- rizonte que vive con acuciante anhelo, ¿para qué sirve? Fatalismo feliz el de tigue alguna de las zonas menos usuales dentro y fuera de nosotros mismos? ¿No Purgatorio, en marcha del alma hacia li Luz. Purificación- -purgación- -que c o en la actual problemática eclesial. vemos que aquí, en la Tierra, se dan tanLugar, el del Purgatorio, de dolorosa tas veces unidos el pecado y su expia- mienza ya en la vida del hombre. Y qu más allá continúa a compás de la esperan ascensión hacia la Luz. Pero siempre as- ción? ¿Y no es esta una forma de la za, según el ímpetu de los anhelos. In cendiendo. Con esa desgarradora pena vía purgativa? mensa extensión la de ese Purgatorú de la conciencia dolosa, como el ímpetu No se diferencian mucho en el Dante que, como en el poema dantesco, está lie que hace cjeecer las alas en un patético vuelo hacia la divinidad. Porque la cima los castigos del Infierno de los del Pur- no de referencias al sol, a la noche viva donde se asienta la Verdad y la Belleza gatorio. Sólo en el tiempo. Pero resulta a las estrellas suntuosas. Con prados qu está al alcance de los ojos de las águilas. que el tiempo como tránsito, como un semejan esmeraldas recién talladas Coi cambio de situación, es lo que sustanSi la tierra mortal es el trono de la cialmente caracteriza a nuestro mundo y escarpas de mármol donde se modelai fe, el Purgatorio lo es de la esperanza. al Purgatorio. Con penas de sentido se historias cristianas y paganas. ¿Qué e Esperanza radiante, que crea el aire del expían los delitos en la Divina Come- el arte más que una forma de la purifi vuelo. Hasta podemos decir que la esen- dia Pero allá en su fondo se encuen- cación? Con ángeles que sólo son lu ofuscadora. Con el amor en forma d cia misma del Purgatorio se identifica con la esperanza. Por eso, lo mismo que tra, viva, enjugando las angustias, la es- rayo tanto más veloz cuanto más fueg son indefinidos sus perfiles, con la ten- peranza. Basta con esperar para que esos encuentra en su camino. Con los mil año sión de una expiación que nos devuelva asomos infernales que encontramos en la de los hombres como un abrir y cerra la plenitud de libertad, es también inde- vida desaparezcan. Para que esas negras los ojos ante la visión de la eternidad cisa la región en la que colocamos la angustias que nos oprimen se conviertan Y en ello está el mal planteamiento d entidad purgativa. Y para todos los hom- en vías de salvación, es decir, en formas este poema. Porque el tiempo del Pur del Purgatorio. Con este proceso purgabres- -descartados los infernales y los sangatorio no es distinto de las calenda; tos- -el Purgatorio comienza en la Tierra tivo desaparece ese corte de la muerte, de los hombres Como su proceso expía esa drástica caída del telón. El tiempo y se adentra en el más allá de la pura de la esperanza no sólo continúa más torio no es sustancialmente diferente- -3 espiritualidad. Fuera de esa vía expiabien claro está ello en las penas dantes toria quedan los condenados a no salir allá, sino que se acelera. Los desprendi- cas- -de las alegrías y angosturas de li de sí mismos, de sus demonios y de sus mientos de la materia hacen más alto y desesperaciones. Y también los que ya veloz el vuelo. Vamos rectos hacia ese vida terrenal. ¿No se corresponden lo en vida han sido deslumhrados por la sol cuya entrada y la eternidad se con- párpados cosidos con alambre de los en vidiosos en el Purgatorio del Dante, eos gran Presencia, los posesos de toda la funden. las miradas torcidas de los envidiosos ei Luz. Y en el magno universo de la esNos parece un grave error de la Di- la Tierra? peranza- -del Purgatorio- -quedamos los demás, brazos levantados, anhelos no sa- vina Comedia esa radical separación de Caminando estamos sobre la pendient ciados, abrumados de conciencia y de fa- los tres mundos. Ese empavorecido asomindecisa y serpeante del Purgatorio, d bro de Catón al contemplar a Virgilio y los purgatorios personales. Penoso cami tiga por el triste sendero de los días. ¿Por qué, Dios mío, has hecho que Dante ascender desde el Infierno hasta nar sobre esa ruta de las expiaciones en el hueco de la mano quepa la fruta el Purgatorio, liberados de las leyes del apoyados en el báculo de la esperanza prohibida? Y la vida del hombre es un abismo Porque el abismo no tiene leyes. Camino que atraviesa la vida, que atra paraíso poblado de árboles prohibidos. Porque el abismo infernal es el caos, lo viesa la muerte. Y si su fruto es amargura y muerte, confuso e inane. Un abismo reglamenJosé CAMÓN AZNAR ¿por qué los dientes? tado, aunque sea con segmentos de do- EL REINO DE LA ESPERANZA

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