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ABC MADRID 26-03-1972 página 34
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ABC MADRID 26-03-1972 página 34

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. DOMINGO DE MARZO DE 1972 EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 36. ESTAMPAS DE LA SEMANA SANTA H OY, Domingo de Ramos, con la tradicional procesión de la bendición de las palmas y los ramos de olivo, empieza la Semana Santa. En 1972 quizá sea un poco arriesgado hablar de la religiosidad de un pueblo como el nuestro en relación con la Semana Santa. Es probable que se haya perdido un poco de aquélla en aras de un folklore trastocado de fe. No es ése el tema. Queda, en cambio, una devoción, arraigada en la entraña misma de la tierra de esta piel de toro gigante que es España, que ni el paso de los años ni el progreso de las formas y las religiones pueden aniquilar; ni siquiera comercializar por mucho turismo que se le introduzca o por muy otra faceta que dársele quiera. Porque es algo que entronca con la historia y la cultura de un pueblo. El exponente práctico de toda una época escultórica: la Imaginería española de los siglos XVII y XVIII. Montañés, Mena, Salzillo, Alonso Cano... Devoción que los abuelos inculcaron a los padres y los padres Corresponsales de A BC VALLADOLID: UN AUTO SACRAMENTAL SIN PALABRAS B ERRUGUETE, Juan de Juni, Gregorio Fernández- -tres gigantes de k imaginería castellana- -inundaron nuestras iglesias y penitenciales de imágenes de devoción, convirtiéndolas en verdaderos museos. El Museo Nacional de Escultura Religiosa, del que se ha dicho In hipérbole que es único en el mundo, yienc a ser como una síntesis de aquel esplendor que culminó con la aparición de los tre gefiiales artistas citados. Hoy, cuando tan difícil resulta mantener una tradición, sea del signo que fueren, bu procesiones vallisoletanas siguen fooservando en esencia y presencia las los características que siempre las distingtueron y singularizaron: el fervor popuf v y k peculiaridad de su estilo, consustancial con el de estos pueblos y estos hombres de Castilla, todavía y a pesar de lodo identificados con k tradición religiosa y el sentido trascendente de la vida, de k Historia, que no puede concebirse, en palabras de Giovanni Papini, como un árama sin protagonista. El drama de la pasión del Redentor se evoca todos los años en Valladolid, en sus calles y plazas, como sí asistiéramos a un nato sacramental representado sin palabras. Esos pasos, que muestran Cristos y sayones, Vírgenes angustiadas, desmayadas a los pies de la Cruz, con los ojos puestos en el cielo de la esperanza, os llevarán al convencimiento de que es algo 1 más que la fría estética lo que hace vibrar los corazones en silencioso estremecimiento. I Más de catorce procesiones (y el Sermón de las Siete Palabras, que este año e pronuncia en la plaza de Fuente Do ¡rada) desfilarán por las calles de la ciu! dad del Lunes al Sábado Santo. En la de la tarde de Viernes Santo, con más de veinte pasos e imágenes, se compendia y resume el drama de la Redención. -Ftan sco ALVARO. M A L A G A COSMOPOLITISMO, PERO SIN PERDER LAS ENTRAÑAS DEL ALMA S LEÓN: NI INFLUENCIAS NI IMITACIONES EN LA CONMEMORACIÓN DEL DRAMA DEL CALVARIO L A Semana Santa leonesa tiene un color propio. No es andaluza ni siquiera castellana. Es leonesa. Dentro de la Semana Mayor de aauí, la Cofradía del Dulce Nombre de Jesús Nazareno, aparte su abolengo, es la mas popular y la más castiza también. Su fundación se remonta a 1611, en tiempos de Felipe III. Pero todo esto no diría nada si no fuera por su gran originalidad. En la mañana del Viernes Santo desfila cada año esta soberbia procesión marcando siempre una nota de gran severidad. En sus grupos escultóricos hay tallas de Gregorio Fernández, de Carmona, de Víctor de los Ríos, de Luis Estrada... todos ellos de gran factura y portados, además, por los llamados braceros es decir, los mismos cofrades- J. H. S. s- -que. en santa y democrática unión, se esfuerzan, un año y otro, con derroche físico y penitencial, en pujar su paso preferido. Cada año, cuando sale esta procesión del Calvario. León presencia el desfile más característico de su Semana Santa. Un caso único en España no demasiado conocido, pues, incluso, para mayor detalle. los cofrades que llevan sobre sus hombros las imágenes, no ee les paga nada. Todo se hace por propia voluntad, por decisión personal. Así fue siempre. Hay aue agregar al caso que muchos de los pasos rebasan con amplitud los 1.000 kilos de peso. Carga agc- bladora que nunca enflaquece tos ánimos. -M. CAYON WALDAXJBO. I es durante la Cuaresma cuando Málaga se viste lentamente para su Semana Santa, respirándose en la ciudad este ambiente de preparación- -exposición de enseres procesionales, intensificación de los cultos, recosidas de túnicas y capirotes, ensayos de cornetas y tambores resonando por todos los rincones- -también es verdad que el alma de la Semana Mayor está presente durante todo el año, y cada hermano y cada cofradía al encerrar sa procesión ya piensa en cómo superar el esplendor en el desfile del próximo año. Y es que, pese a lo ue se pueda decir, es el espíritu religioso, calando muy muy dentro de esos hombres a través de los tiempos, el que lleva de la mano a las cofradías para que todo salga bien en los desfiles procesionales en esas noches que comienza la primavera, con esplendor de cirios, túnicas e imágenes victorianas, trinitarias, percheleras y tantas otras, hasta lograr su apoteosis en la noche del Jueves Santo, bajo esf ellas de luna llena. Y es ese alma popular lo que se resiste a desaparecer a petar de ias evoluciones de la época. Es la que buscó Rubén Darío en su visita a Málaga a finales del pasado siglo, para vivir lo que cantaron y glosaron otros viajeros anteriores, como Gautier y Dumas, y que encuentra, tras recorrer los tablaos de entonces, las callejas morunas y las playas de La Caleta, en lo más recóndito del corazón de una raza que expresa sn nostálgica tristeza cantando y bailando. Es de esa manera como se entona, aquí abajo, la oración de la pasión, con la saeta lanzada al aire, consigna de silencio a una multitud que se lo impone a sí misma para no perderse nada de ese misterio que sale sorprendido entre labios, por segniriyas o martinetes, de voces a veces escondidas tras los geranios de una reja y otra a cara descubierta en cumplimiento de una promesa que se le hiciera al Señor o a la Virgen, Son siglos y siglos de leyenda que van pasando de padres a hijos; relatos de prodigios y milagros; privilegios que concedieran los Beyes. En resumen, la Semana Santa de esta tierra de mar y jazmines, de viñedos y caña de azúcar, marinera y turística, con carácter cosmopolita forjado al paso por ella de tantas civilizaciones, pero inasequible perder las entrañas de sa alma. -José Lula BAKRIONUEVO.

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