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ABC MADRID 24-03-1972 página 117
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ABC MADRID 24-03-1972 página 117

  • EdiciónABC, MADRID
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rrante de lo admisible y para aconseja dictaminar en lo confHcttvo. Los tdioi son convenciones, y un dictamen aai zade cuando surgen les problema -c que acontece continuamente- -puede a dar a que las soluciones adoptadas s más adecuadas i geni de la lengua, decir, a su historia y al espirita de tan mi A hispanohablante. Per oto p si la lengua fuera sólo nuestra, de los pandes, quizá debiera preocuparnos i nos el curso de su evolución. Pero es i piedad también de otros machos paíse esa evolución debe ser, en lo posible, et cadente par evitar que deaunboque una fragmentación. Por principio, es b na. toda soiodón (aantqoe pediera oa otea mejor) aceptada por españoles y ai ricanos, porque contribuye a I muda- -Perdón, don Fernando... insiste tu mucho en la unidad... -SL Y es tópico justificar su necesi en nombre de principios culturales y rituales. Pero debe hacerse también nombre de conveniencias soeio- polftieas unidad favorece la creación de un Mequ pueblos que actúe solidariamente en mundo, ante otros bloques constituido en trance de constitución) y económii na lengua coman es la más importa base para asentar sobre ella el intercan comercial, industrial, laboral, científico, cétera. Si quienes deben se dieran cae de ello, se multiplicarían las agradas a Academia. Pero, como de tantas cosas, cree que esta de pertenecer a ana esleí vidad de casi doscientos millones de si es un hecho natural que no precisa, atenciones: una especie de don del el Olvidamos que, como circunstancia h i rica, puede cambiar si no actual la pn sión y el cuidado. EL DESFASE ES DEL SISTEMA EDUCATIVO- -Luego no está la Academia desfase- -Creo que nanea ha visto con ta claridad sos misiones; y que, desde el glo XVm, nanea se ha aplicado con i yor energía a desempeñarlas. Por parte, y dada la violencia de las fuei que hoy actúan s o b r e nuestro idiw pienso que tampoco ha- sido nunca i necesaria su acción. Hace poco, un tinguide filólogo alemán, que acababa descubrí el trabajo de nuestra Acá mía, me hablaba, de ella con entosiasm deploraba que Alemania careciera de organismo parecido. Lo único lamenta es que la Academia tenga influencia escás sobre el sistema educativo: en sí que podemos hablar de desfase. Y la tica idiomática tiene que realizarse a i vés de I educación para que resalte i ñámente efectiva. Fernando Lázaro Carreter se apaste Casi todos los de mi generación, se aci dan de él. Los primeros libros de Grai tica que estudiábamos, a finales de cincuenta y durante la década síguie se llamaban de Correa y lázaro. Kecue aún aquel librito- -cincuenta pesetas taba entonces- -que utilicé en primero Bachillerato. Yo pensaba que Correa y zaro- ¡pobre mentalidad asombrada de diez años! -eran unos señores muy j yores, que se parecían: a Eehegaray Núñez de Arce... Fernando Lázaro, el ai de ese libro, compañero de mis pitan escarceos literarios, cumplirá, cincue anos el próximo 13 de abril. -Sin embargo, profesor (qué bien su llamar profesor a quien, de pequeño, te rigió tan de lejos y tan de cerca) no tan quienes piensan en la Docta Casa mo en un lugar de concesiones non fieos... -Es evidente que ingresar en I Acá mi confiere honor: se participa del ha Mo acumulando este Cuerpo a lo la de los siglos, y se adquiere el de poder tervenir directamente en sus importa. La Academia debe ser sensible a todos ios impulsos culturales, históricos, sociales, políticos... para distinguir lo episódico de lo duradero, lo aberrante de lo admisible y para aconsejar y dictaminar en lo eonflictivo. la Española para ocupar el sillón R vacante tras la muerte de don Luis (Martínez Kleiser Ahora, junto al délo azul que entra por la. ventana amplia, y luminosa de su despacho, habla muy despacio. Oomo si no quisiera despertar a los magnolios de amplios brazos que hay en su plazuela. -Pero, don Fernando, ¿qué es en realidad la Real Academia? -Según el Estatuto vigente, de 1859, un organismo destinado a velar por la pureza, propiedad y esplendor de la lengua castellana, investigar sus orígenes y filar sos. principios gramaticales Debiera añadirse, tal vez, una misión que esta Corporación asume hoy muy lúcidamente: la lie contribuir a mantener la anidad del idioma en su dilatado territorio. Parece, pues, que debe desarrollar dos t pos de actividades: la investigación científica de cuantos problemas históricos- -o no históricos- -plantea d castellano, y la acción persuasiva, de acuerdo con las Academias hispanoamericanas, paira que la evolución de la lengua, tanto en lo léxico como en lo gramatical y en lo ortográfico, se realice homogéneamente. -Habla usted de acción persuasiva pero el Estatuto parece más tajante: confiere a la Academia funciones legales y autoritarias. -Así es; hereda en este ponto el espirita del Estatuto fundacional, de 1715, el cual se dictó en los umbrales de aquella époea en que la Humanidad creyó firmemente en el poder de la razón y de las leyes. Pero no creo que la Academia pueda funcionar simultáneamente como un Parlamento legislador y un Tribunal Supremo. El idioma cambia en virtud de fuerzas ünpredeciMes, individuales y colectivas, que, a su ves, obedecen a impulsos culturales, históricos, sociales, políticos... Todo lo que influye en la vida de los hombres afecta a su idioma, La Academia debe ser sensible a. estas faenas para distinguir lo episódico de lo duradero, lo abe-

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