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ABC MADRID 24-03-1972 página 112
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ABC MADRID 24-03-1972 página 112

  • EdiciónABC, MADRID
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y poesíáK cada día No es muy escultórica la poesía castellana. Los temas plásticos, el volumen, apenas han sido tema de inspiración vara nuestros poetas. Y cuando lo han sido más se enfocaron desde ángulos de contenido que desde planteamientos formales, tangibles. Iranamos, sin embargo, un leve muestrario que recoja algunos de los hitos más significativos. LAS BELLAS ARTES La Escultura LOS AMANTES Justificados por la luna. Ajenos como quien va a ser inmortal. Se sabe que entie dos manos que se enlazan, cabí la noclie, o sus estrellas por lo menos. E bueno que se jure; serán buenos los jurados jardines, seTá suave el cuello de la vida, como un ave, como unos ojos claros y serenos. Seiá bueno morirse y que comenten: ¡Cuánto se amaron! -si es que fuera sienten lo que dentro del mármol se adivina. Y habrá un temblor de senos palpitante para que hallen la muerte los amante allí donde el amor nunca termina. Si tu paso no enfrena an bella en mármol copia, oh caminante, esa es la ya sonante émula de las trompas, ruda avena, a quien del Tajo deben boy las flores el dulce lamentar de dos pastores Este el corvo instrumento cpie al Albano cantó, segundo Marte de sublime ya parte pendiente, cuando no pulsarle al vienta solicitar le oyó Iva confusa, ya a docta sombra, ya a invisible musa. Vestido pues el pecho túnica Apolo de diamante gruesa, parte la dura huesa, con la que en dulce lazo el blando leeW Si otra inscripción deseas, rete cedo lámina es cualquier piedra de Toledo. Luis DE GONGORA LO QUE SABEMOS DE LOS AMANTES Sabemos, sí, de la delicadeza con que las finas manos se enlazaban, porque siempre los mármoles acaban por descubrirle el fuego a la pureza. Sabemos que hay un pájaro que empieza a herir cuando los dedos palpitaban, cuando, locos dé pena, se buscaban jurando por la Luna su firmeza. Sabemos que habitaban un espacio donde la noche alzó como un palacio de sombras que ellos solos conocían. Y que en la soledad, desvanecidos se enlazaban las manos y, tendidos, a la luz de la Luna se morían. Luis LÓPEZ ANGLADA l DONCEL DE SIGÜENZA ¡Oh doncel de Siguenza, marinero de soledades en la piedra escritas! Diine qué gozo en tu pensar habitas con el tiempo a tus flancos prisionero. Desdeñaste quizás el claro acero por la lección de gestas infinitas, y el sosiego gentil en que militas fue quien te armó por siempre caballero. ¡Ay, quién pudiera como tú a la muerte, bajo un dosel de místicos arcanos, dar el reposo que a la luz despierte! Y en silencio fragante de colmena esperar con un libro entre las manos... ¡Y en torno de ü eternidad serena! Lope MATEO EN EL SEPULCRO DE GARCI- LASSO DE LA VEGA Piadoso boy celo, culto sincel hecho de artífice elegante, de mármol expirante un generoso anima y otro bulto, aquí donde entre jaspes y entre oro tálamo es mudo, túmulo canoro. Aquí donde coloca ju- to afecto en aguja no eminentesino en urna decente, esplendor mucho, si ceniza poca, bien que, milagros despreciando egipcios, piia P 3 suya este monte de edificios.

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