ABC MADRID 05-03-1972 página 170
- EdiciónABC, MADRID
- Página170
- Fecha de publicación05/03/1972
- ID0001003214
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i -M 1 E llamo Conchita Márquez Piquer. El Piquer me trae por la calle de la Amargura. Artísticamente hablando, claro. ¿Sólo artísticamente? -Las madres se ponen un poco pesadas. Exceso de caViño. No es el apellido. ¿Me entiende? Es rubia, tiene los ojos bellos, grandes y asustados. Está pasando por esa transición tan divertida que algunos médicos llaman anemia, pero que tiene que ver mucho con la depresión. Pocos glóbulos rojos. ¡Qué gran trampa! La auténtica realidad es pocas ganas de fabricar glóbulos rojos. Por lo demás, me parece que Conchita Márquez Piquer tiene una salud de hierro. Y bastante inteligencia. Y una ambición que no reconoce límites. Ha cantado y muy bien. Ha actuado con un gran éxito Pero el mundo de Conchita Márquez Piquer es el mundo de la ambición. Sin ese instintivo llegar a mas que Conchita Márquez Piquer tiene no se la comprende del todo. -Nací en Bueno Aires, el 31 de diciembre de 1945. No; nunca viví en Valencia. Hay muchas gente que lo cree. Amo a Valencia pero nací en Buenos Aires. ¿Niña? Puede usted llamarme la niña que se paseó por los colegios Primero en Estados Unidos, luego en Méjico, en Suiza, en Londres. Vine a España y puede decirse que desde el aeropuerto me marché a Los Jerónimos. Me casé a los diecisiete años y fui madre a los dieciocho. ¿Cuando estaba con sus padres? -Todas las vacaciones. ¿Cómo es el recuerdo que usted tiene de su padre durante su niñez? -Mi padre es inteligente y honrado. No nos hace falta hablar y escribirnos. Nos entendemos con sólo mirarnos. ¿Recuerda alguna impresión fundamental en su niñez? Conchita Márquez Piquer me responde con cierta rapidez: -Una monja, en el colegio... Coleccio-