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ABC MADRID 13-02-1972 página 149
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ABC MADRID 13-02-1972 página 149

  • EdiciónABC, MADRID
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Océano Indico, pero no necesita aliados militares sin reparar en las consecuencias p o l í t i c a s Si estuviera en guerra, África se daría cuenta de que Gran Bretaña no p o d í a escoger sus abados. Pero esta no es la situación. S UDÁFRICA, por o t r a parte, está envuelta en una guerra, por escasa que sea la locha en la actualidad. Los pueblos africanos del sur de África han declarado la guerra a los Gobiernos que controlan su tierra y sus vidas, y, que no sólo les j la igualdad humana, sino meloso su l lt ra humanidad. Han probado métodos pacíficos de lucha durante muchos anos, pero no han logrado ninguna reducción de su miseria y humillación; por el contrario, ha habido un constante incremento del racismo y de la opresión que padecen. Finalmente, se han dado cuenta de que deben o someterse a su condición o demostrar que quieren combatir por su libertad y dignidad. Esto significa que, de la misma m a n e r a que Gran Bretaña está interesada por conservar su libertad, África lo e s t á igualmente por conquistar la suya. Y Tanzania no cree que estos dos anhelos de libertad tengan QSM entrar ffrzfWHHT fUTy ffn conflicto. Pero ahora vemos ciertamente un peligro real de que lleguen a chocar. Inglaterra está preocupada por lo Que considera una amenada comunista a su segundad. África está preocupada por el racismo y colonialismo existentes en el sur de África. ¿Favorecerá a Inglaterra el que su anticomunismo se identifique con el racismo contra el que África está bichando actualmente? Evidentemente no son la cosa, pero Sudáfrica quiere que lo sean. Y si Gran Bretaña anuncia que desea vender armas a Sudáfrica, está aliándose con el racismo; en efecto, dice que existe una identificación de i n t e r e s e s e n t r e ella y esta perversa doctrina. Por tanto, obngará a África a pensar en Inglaterra y en Sudáfrica en los mismos términos. Y si esto sucede, África t e n d r á que obrar en consecuencia. Suceda lo que suceda, los pueblos de África no pueden aceptar el estatuto de unos subditos de segunda clase en sus tierras y en su propio Continente. heid Esto no le gusta y necesita a Inglaterra, m u c h o más que Inglaterra necesita a Sudáfrica. No hay posibilidad de que Sudáfrica ponga la base de Simonstown a disposición de la Unión Soviética si Inglaterra mantiene su actual embargo de armas. Por tanto, ¿a quién va a ofrecerla si pide a Inglaterra que se retire? ¿A Francia, aliada de Gran Bretaña o la O. T. A. N. Me molestaría creer q u e esta posibilidad es a lo que se refiere en realidad la discusión. Porque ello significaría que no se está hablando de problemas de defensa, sino de la realización de beneficios mediante la venta de armas al racismo. Francia no pretende q u e sus ingentes vciit is de HtitiAt a Sndafnca se deban a la presencia naval soviética en el Océano Indico; las vende sencillamente porque es un buen negocio. ¿Está Inglaterra verdaderamente decidida a hacernos creer que la causa básica de esta discusión sobre las armas británicas p a r a Sudáfrica es una competición comercial entre aliados en Europa? Porque Londres nos dice que su política la determina él mismo y que no sigue simplemente el ejemplo o el consejo de los demás, por amistoso que sea. Creo- -y ciertamente espero- -que cuando Inglaterra haya considerado finalmente todos los problemas implicados, su Gobierno se d a r á legítimos en el Océano Indico están mejor salvaguardados con la amistad de las naciones jóvenes y Ubres que bordean ese océano. Creo que será capaz de llegar a esta conclusión i n d e p e ndientemente de l a s indicaciones que se hacen al Gobierno británico por otros miembros de la Mancomunidad Británica y por África. Estas indicaciones ponen de relieve nuestra profunda preocupación por este asunto. Pero sólo Inglaterra puede adoptar la deciTanzania y Gran Bretaña han discutido varias v e c e s respecto a cuestiones africanas; puede haber i n c l u s o otras diferencias en el futuro. Pero este problema es diferente, tanto en calidad como en grado, de otros que han surgido o de otros que prevemos. Porque un acuerdo para vender armas a Sudá f r i c a significa que Inglaterra ha preferido ponerse al lado de aquélla en el conflicto sudafricano. En ese caso se habrá convertido en aliada d e l racismo sudafricano. Ya no será neutral. Apelamos a Inglaterra para que no se pronuncie contra el África libre en su conflicto con el racismo y el colonialismo. Las naciones, como las personas, pueden ser juzgadas por los amigos que eligen. JUBUS K. NYERERE G RAN Bretaña cree que necesita la b a s e de Simonstown. Pero los acuerdos bajo los cuales opera no exigen que Inglaterra venda más armas. Y el hecho es que Sudáfrica se ve cada vez más a i s l a d a del mundo por causa del apart-

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