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ABC MADRID 11-02-1972 página 99
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ABC MADRID 11-02-1972 página 99

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página99
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reno Sin trompetas ni tambores ve el campo desde dentro; está escrita desde dentro del problema económico agrícola y muy bien visto por cierto. Un empresario que se arruina; ya era hora de decirlo, con cifras y todo. Podría citar otras que be leído, pero cito a ésta por lo poco comentada que encuentro la que considero una excelente narración. Por mi parte, nunca he sometido mis libros a un campesinismo total. El campo a secas es duro; lo agreste pincha, pica y esclaviza. Conozco muchas experiencias de amigos que huyeron de la ciudad al campo y que han vuelto a ella. No hay que ponerse pesado con el campo, pero lo que se dé que sea auténtico. Me asalta una curiosidad: los caracteres humanos que ofrece el campo al novelista, ¿podría encerrarlo en los mismos esquemas psicológicos que los personajes de ciudad? -A los seres sensibles- -afirma el escritor- -la inmensidad de la bóveda del cielo los apoca y les oprime. La ciudad la erige el hombre para defenderse de la fuerza avasallante de la Naturaleza. Ahora mismo no se encuentra fácilmente un obrero agrícola que se avenga a pernoctar en los caseríos y mucho menos a vivir en ellos con su familia. Sí quedan algunos será de mala gana y haciéndose pagar el dormir tan caro o más que la jornada de trabajo. 3 fuchos de esos caseríos andaluces que se ven blanquear al sol, de noche están sin gente. ¿Qué encuentra más novelable, la ciudad o el campo? Escucha la pregunta. Parpadea ligeramente en un gesto muy suyo para decir: -Novelable, la ciudad. 1 hombre en el campo trabaja, descansa, se extasía, pero la lucha, la batalla para defender incluso el campo se da en la ciudad. Esto es lo triste, que al final la ciudad se lo lleva todo del campo, empezando por el dinero y terminando por la diversión. Manuela -le digo- -es un personaje típicamente campesino; sus supuestos, ¿podrían darse en una mujer de ciudad? -Claro que sí- -contesta rápido- aunque con otras maneras y hasta otra manera de respirar. Otro todo, menos el toque andaluz. Insisto en la misma dirección con otra pregunta: -Como novelista, ¿le fue fácil pasar de este tipo de mujer, de la mentalidad campesina, al refinamiento de la protagonista de Monólogo de una mujer fría -Cuando se crea un tino- -resuelve- -el narrador prevé la contrafigura; es la señal de que encuentra apoyo. DISTANCIA Y TRANSFORMACIÓN CAMPESINA Halcón no ha novelado sólo los temas del campo. Es acaso el más sagaz conocedor de la alta sociedad, de un mundo aristocrático dondje, por su inserción humana en él, se mueve sin admiraciones fáciles ni ataques tópicos. Por eso su crítica, cuando la ejerce, adquiere singular eficacia. Pero es el tema de la tierra el que nos lleva. Bien está, considero, que escriba las novelas de asunto campesino en su despacho madrileño, pero, ¿y la inspiración? ¿Piensa acaso los temas del campo enf la. ciudad? El proceso- -me lo explica- -resulta curioso: -Aunque parezca raro, son más los escritores que ven el campo bajo techo, casi siempre a puerta cerrada, l a visión del campo se efectúa por impregnación. La distancia devuelve más potenciadas y co más pureza las sensaciones. No obstante, el campo como la ciudad, vive una etapa de transformación. Se maquiniza. Se industrializa. Pregunto si esto influirá en un cambio de su esencia y acción literaria. -No creo. El interés mayor del campo Hace diez años que Manuel Halcón Ingresó en la Real Academia de la Lengua. En esta imagen aparece junto a don José María Pemán y a don Ramón Menéndez Pidal, que acababa de ser reelegido como director de la Casa. radica literalmente en la vida de las plantas, más aun que en tos animales, criados para enviarlos pronto a la muerte. Es el rodar de los ciclos, la gran aventura anual del agricultor. Ese echarlo todo al surco, saber que brotará la planta sin saber nunca cómo llegará hasta el final. ¿Qué libro, como expresión de la emoción campesina o de la (preocupación ciudadana, destacaría en estas Obras Completas Los pasos de Mari una narración corta que irá en el segundo tomo. Los Dueñas donde la ciudad prevalece sobre el campo. -La publicación de sus Obras Completas ¿supondrá un cambio de ciclo en su producción literaria? -Pienso, sencillamente, que es el hecho de interés editorial que corresponde a una obra que empieza a ser extensa. ¿Qué punge ahora mismo más fuertemente en usted como escritor: otra novela o el remanso de las Memorias que, según tengo entendido, está escribiendo? -Otra y otra novela; me quedan cosas por hacer en la narrativa, la vida renovada. Las Memorias es pasado inmediato. Historia. Penosa tarea. Hay que juzgar personas y circunstancias. Medir y pesar las palabras. -Para usted, el estilo y el lenguaje, ¿suponen preocupación, siquiera sea intencional, al escribir? Hay una reflexión, brevísima, antes de la respuesta. Halcón se lleva la mano cerrada al mentón y habla defínitorio: -Estilo de pensar, no- de vivir o de escribir. Pero hay que tener los tees. Busco, con otra pregunta, el secreto de su modernidad literaria. ¿Cómo ha logrado mantenerse independiente de corrientes y modas y tan poderosamente actual? Tiene una respuesta simple en su lógica: -Como no sea porque no puedo aguantar lo antiguo; sobre todo la parsimonia y el énfasis descriptivo. Ni la ausencia de ideas frescas y propias. ¿Cuál será el proceso de publicación de sus íOJnras Completas -Después de este primer tomo esperan turno otros dos. ¡Esto es übmo un acordeón. Depende del fuelle que aún nos permita la vida. Esto es hablar de un futuro todavía lejano, pero tengo encomendado a un familiar que, cuando por los años, se me ponga la pluma pesada, me la retire amorosamente. He prometido no llorar. Hemos hablado largamente. El diálogo transcrito refleja una parte pequeña del sostenido. Me raspa todavía una curiosidad. ¿Por qué ha elegido a una mujer para prologar la edición de sus Obras Completas -He tenido la inmensa suerte- -responde a mi sugerencia- -de que Paulina Crusat, a juicio de muchos la eabeza femenina más dotada de las tetras españolas actuales, la de más sensibilidad y cultura, se haya decidido a escribir el prólogo. Me animó a pedírselo la lectura de las notas críticas con que había comentado algunos libros míos en la revista ínsula antes de conocernos. Comprobé que se había enterado de todos mis porqué y para qué. Eso que algunos no ven, porque leer a través de la claridad es a veees más difícil que comprender a través de lo farragoso. Me despido de Manuel Halcón. Ya en la calle no puedo menos de hacerme esta reflexión: resulta curioso que sea una mujer, Paulina Crusat, quien haya analizado en profundidad crítica al escritor que, al crear los personajes femeninos de sus novelas, tan sagaz y sabiamente comprendió a la mujer. No olvido esta frase suya: Mientras más se escriba sobre la mujer, más se avanzará en el estudio del hombre. Julio TRENAS

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