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ABC MADRID 01-02-1972 página 110
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ABC MADRID 01-02-1972 página 110

  • EdiciónABC, MADRID
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Conde de Montarco Jos totes sismen siendo taras, tos que sostienen que hay ne hacer con les caernos la contrario K con los lapiceros deben llevar su teoría a sos naturales consecuencias y no detenerse. Para sos planes seria Mejor el embolado a la portuguesa. Can él tendríamos ato tipo de Resta, decorativa, Metafórica y propicia a la mojiganga. Pera todavía hay atea razón para mantener íntegras las defensas- -y atavies- -del tara. Y es que, al afeitar las astas, todo él tarea se desvirtúa, se artificiansa y traslada y perturba su centra de gravedad, su equilibrio de terrenas y distancias, su elegancia y hamlnia no sala en. lo arriesgada, sino en le taurino y en lo estética. El convertir a ana fiera en un domesticada remeda más colaboracionista ne antagonista, y no par maestría del torero, sino por Mandicie del semitoro, es la cansa principal de oe un espectáculo, ana ma jria tan naMe y hermosa, se vaya pervirtiendo, degenerando hasta el escarnio de la farsa. Duque de Pinohermoso las posibilidades de una cogida y los peligros de una cornada de consecuencias mortales, ya que si no les daría lo miaño que estuviera afeitado o no. También se han dado casos de personas muertas por un toro holandés y, sin embargo, a nadie se le ocurre que pueda tener interés la pelea entre un hombre y un semental de raza frisona. Gregorio Marañón moya tadora, entonces a reformar el Reglamento sin pérdida de tiempo. Eso es todo. He dicho muchas veces que la Fiesta es un arte que nace del peligro. Si hay toro- -de cuatro a seis anos y con los pitones intactos- -hay peligro y hay arte. Si no hay toro no hay peligro y no hay arte. Hay circo. Y tendrá su público, ¿por qué no? Pero la afición auténtica no Irá a esos toros porque no irá a la taquilla. Y hará bien. DUQUE DE PINOHERMOSO E 3 afeitadas de las taras na puede subsistir más que en las siguientes condi- DOMINGO ORTEGA CONDE DE MONTARCO Por varias razones soy contrario al afeitado de los caernos de los toros de lidia. Aparte de que, en principio, deben de respetarse los reglamentos vigentes creo que en las corridas de toros se da una inrfin entre la fiera y el hombre, en la que cada uno tiene sus armas, de modo que disminuir las de una de las partes significa hacer una trampa. La belleza y la fuerza de las corridas de toros radica en el peligro de muerte que el torero arriesga. Si este peligro disminuye, hasta casi desaparecer, la actitud del torero se convierte en un juego plástico que transforma la Fiesta nacional en un ballet convirtiendo los movimientos del torero en posturas de bailarín. Se dice por algunos de los partidarios del afeitado que esta operación no disminuye el riesgo de muerte para el torero, y se cita el caso de Manolete que murió de la cornada de un toro que estaba afeitado Es cierto que los cuernos de los toros afeitados pueden ocasionar una cogida mortal, pero si muchos toreros imponen el afeitado de las reses que han de torear será porque consideran que esto disminuye Na salo considero perjudicial para la En la clandestinidad, en contra de las Fiesta el afeitado de los toros, sino que reglamentos vigentes, le cual constituye un me parece totalmente inmoral que se haya- sistematizada en determinadas circunstanfraude intolerable. O autorizado oficialmente, en cuyo caso cias, mientras muchas muchachas, asi siempre los w se siguen enfrenfeande mi f na irla nadie a una placa de taras. al toro íntegro, hecha y derecho, que es el que supone el verdadereo drama de la Fiesta. Por esa reo que, si la autoridad no pone interés en n iigM. r ios medios que tiene a su alcance para hacer cumplir la Desde las dehesas a las plazas de toros legislado y evitar el afeitado como frauel responsable de la integridad de las reses de, debe legitimarlo autorizando darameaes el mayoral de la ganadería, al que se le te que se desmochen todos les taras, caacredita la condición de guarda jurado. ma ya se hace can las de rejoneo. una vez en la plaza son los veterinarios los responsables del reconocimiento sanitario y de la aptitud de las reses para la lidia. Los veterinarios son nombrados peala Dirección General de Seguridad, en MaEl afeitado de los toros me parece fudrid, y por los gobernadores civiles, en provincias. Y dichos reconocimientos de las nesto porque la base fundamental de la reses versarán sobre la sanidad, edad, peso Fiesta es el arte y gracia del torero hery defensas. Los veterinarios rechazarán manado con el riesgo y la emoción. Si a las reses que no se ajusten a esas condi- este vergonzoso acto se le añade que los ciones. Todo esto no r digo yo. Lo dice ganaderos, por exigencias de los toreros, lo van eliminando la casta y el nervio de la Reglamentación tj f ft vigente. Los mayorales de los ganaderos y los sus toros, y los picadores, aprovechándose veterinarios de la autoridad competente son, del peto, los castigan brutalmente y, para pues, los responsables de todo, en cuanto colmo, no los lidian con la edad debida, las a las coiMflfftoinies TM eift fa de las corridas se convierten en pantomimas cirreses. Ante esta realidad clara y con- censes. Cuando yo conocí al gran poeta y gacreta y ante la falta de edad y el afeinadero Vülalón, en la Feria de Sevilla, tado de los toros no hay más que tres soluciones: Primero, que se cumpla el Re- el año 10, clamaba: Los toros, con cinco glamento. Segundo, que, si se incumple, la años, tirando cornadas y comiendo haautoridad sancione con plena eficacia al badas. Y don Ramón del Valle- Inclán se queautor del fraude, y tercero, si las autoridades están desbordadas, en este sentido, o jaba de que no se pudiera encontrar un bien lo que el público quiere es toros in- medio de simular la muerte de un torero fantiles y añadir a la puya, las banderillas, todas las corridas, para que el público se el estoque y la puntilla una navaja afei- percatase del riesgo que corrían los lidia- MARAÑON SEBASTIAN MIRANDA

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