Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 25-01-1972 página 3
ABC MADRID 25-01-1972 página 3
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 25-01-1972 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página3
Más información

Descripción

EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA, SOCIEDAD ANÓNIMA M A D H I D FUNDADO EN 1806 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA ABC ¡EL REY! R E D A C C I O N A D MINISTRACION Y TAL L E R E S SERRANO, 61- MADRID COLOQUIO STAMOS haciendo en España una política que quine cubrir el presente y el futuro, como quien construye un edificio desde el suelo hasta el tejado. Para esto es an dato esencial saber concretamente: ¿con qué tipo de ciudadano español se cuente para esa operación? Sin aclarar ese extremo nos meteremos en un arduo negocie sin fibras de contabilidad. -En busca de esa contabilidad concrete, o nómina, o estadística se lanza a te calle una tropa de reporteros al servicio de te Radio, de te Prensa, de te Televisión del Instituto de te Opinión Pública para hacer ana encueste ana especie de cachee psicológico ae nos dé ana imagen clara de lo ae piensa y quiere el hombre de te calle. ¿Be aé calle, de te de Serrano e de te Cava Baja? Conviene distingan- -Es te vas del pueble te ae ye basco. -Digo te mismo: ¿de aé paeMo? Porque ana cosa es Madrid, y otea Cuenca, y otra Almería. -Vina sote ves he ejercido ese servicie de interrogación callejera. Abordé an transeúnte, aceptó d diálogo y me dije cea te más ingenua naturalidad: Está bien: déme el papelito ¿Qué papelito? Supongo ue usted traerá, como es costumbre, an papel con te ae me va a preguntar y con h ne ye debe responder. -Tienes razón en parte. Un micro es como una rejilla de confesonario. Por el tedo de fuera recibe el tartamudeo nacional, y por el lado de dentro expele te ves autoritaria y sinaítica de los w ii -Por eso le doy peca autenticidad al asalto Htterrogativo callejero. Creo ue sería más científico interrogar al teatro clásico, a tes zarzuelas, al refranero, a tes optes, a tos tenguillos gaditanos, ae están mucho más cargados de opinión po pular ae tes comicios electorales. ¿Y aé orientación vas extrayendo de esa investigación extraoficial? -Creo ue el español ne tenemos en almacén está sellado por an cierto liberalismo moral y humanístico, con el qae se pueden h a c e r machas cesas sustantivas con tal de que se cuide macho te parte formal y estilística. ae abra an ante de tratamiento pebtico deberá poner sobre te puerta ana advertencia cantearte a te de te ría de Platón: Nadie catee imMirmlir Geometría ni Meteorología. Parecen ciencias concretes y sen reqaeridas precisamente para ana cómoda y prudente vaguedad. Estemos creando an cenata para esto o te otro. Trabajaremos a ana atmósfera de cordialidad. Nuestra corporación será autónoma, pero trabajará paralelamente a tal e eaal atea e hará an trabajo tangencial Haremos ana revolución vertical pero dentro del encalo de la democracia. -En definitiva, teda pefitiea es aquello ae dije nuestro gran tribano Castebr: un posibilismo -Con tal de qae no se ensanche demasiado te capacidad relativista de esa pateb n Cerne aqael amigo mis ae negaba, conduciendo su coche, a te gloríete de Casteter. Los semáforos y les guardias afirman que no se paede dar te vaetta en an sentido determinado. Está bien, no se paede pero, ¿se puede? ¡Clare ue se puede! Mi amigo dio te vaetta en sentido contrario al ordenado... ¡Pare parihiJosé María PEMAN De la Real Academia Española E S EGOVIA, mil novecientos cinco. Un atardecer de primavera, a fines de septiembre. En te calle Real, más gente ue otros días porque es víspera de fieste. Hora de paseo para tes cadetes, que, a falte de an eme ue no existe) sabimos y bajamos, agrupados de a tees o cuatro, o cuchicheando con tes chicas, baste pasar ne pocas veces per detente del precioso pórtico de San Martín y de te Casa de tes Picos. Teresten y emadtn al ciato. Cuello de uniforme ineonforteble y recto. Dos bombas relucientes sobre el mismo. Y está empezando a anochecer cuando de pronto suena ana bocina de automóvil, cesa poce usual en esa fecha. JE 1 Rey! se oye gritar. Viene de La Granja, y está, en el Asegaeje. Ñas apartemos par si acaso; y. cuando aparece el coche, nos penemos en posición de firmes y flaindaiaoft Oteas veces el Manare sotta pasar cerne ana exhalación, pera hay sabe despacio, y cuál es mi nombra al ver ae se detiene casualmente jante a mí, bascando a ana cimlqaif i JI- -Per favor, ¿sabes ir a te Casa de te contestar. Higo si moviendo la cabeza. -Pues adra, sábete al estribo. Acárrate bien, con ana mano aquí y la otra en el parabrisas. Y guíame. Quedo junto al Soberano, ue conduce an Hispano abierto, de das asientos. ¿Per dónde vey? -Ahora, dé frente... Ahora, a la derecha... Ahora, a te izquierda y otea ves de frente. Todo va bien, sin dada. Pero tengo te impresión de estar en el estribo de un tren exprese. Les bocinaros me desconciertan. Una paasa en te conversación. ¿Cómo te llamas? -Carlos Martínez Campos. ¡Hombre, qué coincidencia! Serás nieto de don Arsenie. -No, Señor; de don Arsenio, no. ¿En qué año estás? -Empiezo ahora tercero. ¿Es muy severo el coronel? -Sí, Señor, algo severo. Otra paasa, pero muy breve. -Oye, ¿falta mache aún para llegar a La Moneda Me lo pregante de sopetón, casado aún estoy pensando en lo anterior. Miro y se me forma an nado en te garganta. -Perdón... nos hemos y pasado- -digo en vez entrecortada. ¿Macho? -Sí, Señor... bastante. ¡Pero, hambre! Era te juntera ves ae hablaba can Dea Alfonso X m a quien tente afecto y admiración había de profesar más tarde. Era, igualmente, te primera ves en mi existencia ae me sabia a an automóvil. Caries MARTÍNEZ DE CAMPOS De la Real Academia Etpatola grino, -he adivinado el camino- -para negar hasta ti. -Tras de aquel sueño corrí- -con el dulce y loco empeño- -de ser tu esclavo 9 tu dueño. -Pero tú aún no me contaste- -por qué camino llegaste- -a penetrar en mi sueño. dé Manuel Machado, una de sus poesías de madurez, ue no aparece en obro baste mi Antología de 1932 y ue no recoge el autor en une sayo baste sa admirable Pheenix de 1936, tan bellamente impreso per otro poete, Manad Attoteguirre. Es asi: En sueños te conocí- -y, del amor pere- M MISTERIO 1 ISTERIO Título de una décima ¿Qaé secreto, aé misterio hay en estos verses? Déjemenos, per te atante, gaaar de sa insúmante música y de sa verdadera hechizo, ten sencillamente y, como al oído, expresado. Y abata, penetremos también nosotros en d patecto encantado de te ili iimi Ante teda conviene notar pe te décima es estrofa, rara ves practicada per d aator y per tes poetes de principies de sigla. Señaba drawvh. de hacia 19 M, y para los que con d siglo entraren en te poesía sanaba a retórica teatral jr faneca. Calderón te había dejado panto menos qae inservible para te verdadera finca, l o s románticos na saben aé hacer can ella y tes reanstes incurren en sa peBgresa vulgaridad, su facilidad para te marga, cerne en tes famosas del Des de Maye de Lopes García, e se dejan vencer del vir- j lasiifinis más o aaenes escattaral, romn en tes de El vértigo de Núñez de Aree- Pere es d case ae este décima dd Mnt- terio ne parece décima, no es rechoncha ni exhibe tampoco musculatura atlétiea. Corre suavísima, resbala incógnito en ármente con te incógnita que plantea desde el comienzo En sueños te conocí baste d maravíllese final: Pero aún tú no me conteste- -ñor qué camino negaste penetrar en mi sueño Ocurre con décima ue no te parece, ae no explote tas situaciones, tes peripecias rítmicas de b estrofa, tal como Gongera tes había enseñado y Calderón elevado al cabo, y así, desdeñando tes tentaciones al pase, signe sin perder el hite de ana melodía continua haste d finaL Las pausas clásicas de te espinela son, principalmente, te obligada teas d cuarto verso. Y luego, menos acusada, otea teas d sexto o d octavo. Ritmo para siempre. Mientras ae Misterio respete, sí, te paasa despaés del cuarto. Pero cuando se vuelve a levantar en d ahito verso, Tras de aquel sueño corrí y todo, hace esperar ae te retórica ae baste entonces apenas abultaba canas iba charse baste d climax, d Prisa, verso séptimo. Ritme impar. Porque van a ser los tres últimos les ae van a traer todo el alcance del misterio ae fe preoeapa, toda sa sonda prefundMauv en su aparente caricia, ae nos conmueve al mostrarnos te sima oscurísima de b otra vida, de te vida del sueño, del saeñe del morado, del sueño de los d Admirable poesía y admirable na b tener y qae en a tenerte alcansa sa plenitud de motivo para te más itd d ti gentñna y desnuda poesía. La maestría disimulada con tente señorío, d de te pateara, dd ritmo y de te i vivida censjgaen d prodigio de parecer un canter popular te que, en realidad, es d modelo de ana estrofa cultísima y dificilísima. Y no nos podemos despedir, retirar, sin permitirnos d tajo, ahora que hemos meditado an poco en d encanto d e te forma, de volver a gozar, ya orientados y sin interrupción alguna, sus échente sílabas métricas fundidas en un solo Úngete de oro purísimo. Gerardo DIEGO De la Real Academia Española NNV

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.