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ABC MADRID 23-01-1972 página 131
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ABC MADRID 23-01-1972 página 131

  • EdiciónABC, MADRID
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m frente a la amenaza de verse cercado por una entente chino- americana. Y unas semanas después de recibir este primer golpe norteamericano, Japón vio que se le cerraba el mercado de los Estados Unidos, base del auge económico Japonés de la posguerra. ¿Qué rumbo va a tomar ahora el incierto destino de Japón? ¿Va a oompetlr son Norteamérica en oortejar a Pekín? Para triunfar en eate empeño Japón posee una baza fuerte. Por el artfoulo nueve de su Constitución de Posguerra (de fabrloaolón norteamericana, como la aotltud antlohlna) Japón ha renunciado a la posesión de armamentos, tete artfoulo es praotlcamente lo únloo Que podrfa contrarrestar el recuerdo de las agresiones japonesas oontra Ohlfta en 1884 y 1931- 41. ¿Pero está aún Intacto ese artfoulo tranquilizador? te pregunta Toynbee. En esta imagen, un aspeoto del glgantesoo meroado del pe s o n d o en Tokio, que da Idea del boom eoonómloo del pafs. es la fuerza impulsora que hay detrás de los diversos esfuerzos malogrados de unir al mundo en lo militar, en lo económico, en lo financiero o en lo ideológico? La fuerza impulsora es seguramente la necesidad humana de unificación planetaria en todos los planos de la actividad del hombre, ahora que, en el plano tecnológico, la unidad mundial es un hecho consurna do. La Humanidad no puede estar unida en un plano y dividida en todos los demás. Debe unirse a todos los planos- -debe fundirse en algo parecido a una familia bien compenetrada- -si no quiere deshacerse a sí misma si cae, en el plano tecnológico, en una guerra mundial suicida. Si el destino de la Humanidad es la más feliz de estas alternativas, ¿cuál debe ser el agente unlíicador? Las unificaciones parciales y abortadas del pasado fueron realizadas por Estados locales utilizando la fuerza de las armas. Pero incluso la unificación por conquista ha dejado de ser posible ahora que hemos entrado en la era nuclear. Una guerra atómica no podría unir: sólo aniquilar. vencer al Inveterado espíritu de división del hombre? Nuestra mejor esperanza está en algún tipo de religión, porque la religión c a p a z de unir al do no ha aparecido aún en el horizonte de esta atormentada generación. Entretanto hay un p a í s cuyo destino se ha mantenido manifiestamente constante durante veintiún siglos. Hasta el año 221 antes de Cristo, China era un caos de Estados en guerra, como el mundo de hoy. En 221 antes de Cristo, China se unificó politicamente y ha permanecido unida, a intervalos, hasta hoy. Los conquistadores temporales de China le han dejado la herencia de provincias a d 1 c i on a 1 es. En el siglo XIX, los depredadores europeos mordieron sus flancos, pero China nunca fue repartida, como África, ni tragada entera, como la India. Y ha emergido intacta. ¿Es su destído el de unir todo lo que está bajo el oielo como su primer Emperador unió la mitad? ArnoW J. TOYNBEE rumbo va a tomar ahora el incierto destino de Japón? ¿Va a competir con Norteamérica en cortejar a Pekín? Para triunfar en este empeño Japón posee una baza fuerte. Por el artículo nueve de su Constitución de posguerra (de fabricación norteamericana, como la actitud antlchlna) Japón ha renunciado a la posesión de armamentos. Este artículo es prácticamente lo único que podría Contrarrestar el recuerdo de las agresiones Japonesas contra China en 1894 y 1931- 41. ¿Pero está aún intacto ese artículo tranquilizador? ¿Acaso no se ha desgastado perjudlclalmente, también bajo la presión norteamericana? Quizá el destino de Japón no haya dado todavía su último salto mortal. ¿Podemos leer el destino de la Humanidad en estos engañosos destinos de unas fracciones de la Humanidad? ¿Cuál kVE W UEDE el mundo unifi 2 carse mediante las re 3 laciones comerciales? Esta fue la esperanza de los pacifistas británicos de la Escuela de Manchester en el siglo XIX, y durante un período de ese siglo el mundo tuvo, ciertamente, una economía más o menos unificada bajo dirección británica. Pero aquel plan británico para unir al mundo no dio resultado. ¿Puede la religión unir al mundo? La religión puede mover los corazones con más fuerza que el comercio, y el comunismo es una forma de religión. Pero la ruptura entre la Rusia comunista, y la China comunista ha mostrado ahora que esa forma de religión, en todo caso, no puede cumplir su promesa de vencer al nacionalismo. ¿Hay algo que pueda

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