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ABC MADRID 13-01-1972 página 13
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ABC MADRID 13-01-1972 página 13

  • EdiciónABC, MADRID
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MADRID, JUEVE S 13 DE E N ER 0 DE 1972- NUM. 20.531 Cl NCO PE S E T A 3 A B C EN WASHINGTON ABC DIRECTOR; TO LUCA DETEN DEPOSITO L E G A j M- 13 v 1958 112 PAG NIXON SACRIFICARA CUALQUIER COSA PARA GANAR LA CONFIANZA DE CHINA La actitud pro Pakistán en la Prensa indostánica fe ha valido el crédito de Pekín EN ESTE NUMERO Editorial INICIATIVA SOCIAL (Pág. 14) Malta KO ES PROBABLE, POR ELLO, QUE EL RECRUDECIMIENTO DE LA GUERRA INDOCHINA FRUSTRE LOS PLANES DEL VIAJE PRESIDENCIAL Washington 12. (Crónica de nuestro corresponsal, por télex. Conducida por la mano de su presidente, a la vez intrigante y enérgica, la política exterior de Estados Unidos, la gran apertura de su nueva trayectoria intercontinental, la de los nuevos intercambios y coexistencias, parece decisivamente orientada hacia China, la China continental del maoísmo. Para ello era probablemente necesario un gestó convincente brindado a los jefes de Pekín, y, analizadas las circunstancias, el gesto lo encontraríamos en la actitud de Washington, coincidente con la de China, en la reciente guerra del Subcontinente indostánieo y en el envío de un grupo de unidades de la VII Flota- -ahora retirada- -al golfo de Bengala. líos papeles Anderson a los c u a l e s habrá que acudir muchas veces al estudiar la trayectoria Nixon, son a este respecto muy elocuentes en el sentido de definir claramente la actitud de la Casa Blanca en aquel conflicto, sin concesiones a la prudencia neutralista, a márgenes de espera o maniobra que parecían indispensables en aquella conflagración y que, además, eran los que aconsejaban el embajador americano en Nueva Delhi y algunos de los más respetados consejeros del presidente, como el secretario de Estado. Prevaleció el paquistanismo abierto, impuesto sobre los miembros del Consejo de Seguridad por el máximo portavoz del presidente, arquitecto de la n u e v a política asiática, Henry Kissinger. El presidente quiere que nos inclinemos hacia Pakistán decía el poderoso asesor presidencial a sus interlocutores en la sala de operaciones instalada en los sótanos de la Casa Blanca en los días álgidos del conflicto. Me chilla cada media hora porque no tomamos actitudes más categóricas. Ix que no decía Kissinger es que probablemente era él, Kissinger, que había estado dos veces en Pekín en los meses recientes, quien aconsejaba a Richard Nixon las directrices de la nueva política, en la cual, de momento, pese a las arriesgadas coyunturas, Pakistán y la India eran, en el juego político de Washington, dos peones incapaces, en un sentido u otro, de trastornar el equilibrio asiático centrado, en última instancia, en un gran pueble amarillo dentro de cuyas fronteras vive la cuarta parte de la población de la tierra. China, protectora a su vez de Pakistán por animosidad crónica hacia la India. Los papeles Anderson las minutas de aquellas reuniones de la Casa B l a n c a mareadas top secret y secret- sensitive proceden, sin duda, de niveles muy altos y no pueden atribuirse más que a la necesidad moral, después del previsible desastre paquistaní, de hacer saber a la opinión mundial las presiones que se ejercieron para imponer una política cerradamente anti- india. En estas condiciones, la Casa Blanca no parece muy interesada, contra lo qUe se creía, en una investigación sobre el origen del grave filtra jé. De dar algún resultado, sería, fatalmente, el del escándalo. Pekín importaba más a la Casa Blanca en aquel difícil momento que cualquiera otra circunstancia táctica o estratégica. Había que convencer a China del juego limpio de Washington, a despecho de los reveses diplomáticos en la O. Ñ. U. -previsibles- y del inminente colapso militar de Pakistán frente a las fuerzas superiores de la India de Indira Gandhi, esa dama como la llamaba Kissinger en sus comentarios verbales. Por ahora, P e k í n parece convencido de la sinceridad de la apertura de Nixon, tomada con muchos riesgos y con serias repercusiones en el cuadro de la política exterior asiática, sin O F E R T A NORTEAMERICANA PARA NEGOCIAR CON DOM MINTOFF (Pág. 17) Fútbol VENCIÓ ESPAÑA A HUNGRÍA POR 1- 0 (Pág. 59) MIRADOR LITERARIO Páginas especiales (De la 40 a la 42) CARICATURA DE MINGÓTE (Pág. 31) excluir a la ü. R. S. S. Es de notar, por lo que se ha ido sabiendo, que ni aún el primer ministro de una aliada tan considerable como Japón, Eisaku Sato, pudo enterarse de los planes diplomáticos del viaje de Nixon a China en febrero. Son muchas bazas sacrificadas en la partida nixoniana en Asia. Quedaba; -y persiste- -una situación de incertidumbre, que es la crisis militar de Indochina, seriamente agravada estos días en Camboya y Laos y la eventualidad- -admitida por los m a n d o s americanos en Saigón- de una n u e v a ofensiva tet norvietnamita en las próximas semanas. ¿Podría semejante situación, o la reciente ofensiva aérea americana sobre Vi tmun del Norte, aliada de China, torpedear o aplazar la Misión Nixon a Pekín? Aquí se cree que no, y se esgrimen, para demostrarlo, las facilidades y cortesías encontradas en China la semana pasada por el último equipo americano que ha ultimado con el Gobierno chino los detalles de protocolo, movimiento, transporte, comunicación, seguridad, aloj a m i e nto, información, etc. Hasta un punto de precisión de operación militar. El cuerpo periodístico que acompañará a Nixon serámucho más limitado de lo que se deseaba- -alrededor de un centenar de corresponsales- pero esto, que era de esperar, no afecta esencialmente en lo más mínimo el viaje presidencial. Para resumir: Nixon, t a n t o como la apertura norteamericana a l a s colosales realidades de la China de Mao Tsé- tung, busca en su viaje, en este año electoral, la imagen del presidente de la paz, del mandatario que, mientras sus adversarios demócratas se apuñalan unos otros en a las primarias de los Estados, recorre medio mundo para ofrecer a la vieja China, inmensa y cerrada, comunista y misteriosa, puertas abiertas y manos tendidas. Es un juego arriesgado, porque en medio se encuentran Japón, la China de Chíajig Kai- Chek, Corea del Sur, India y acaso la misma 17. B. S. S. pero el presidente no parece rehuir ninguno de los interrogantes de su Misión a Pekín. -José María Edición de las CUATRO de la MADRUGADA AGENCIA OFICIAL Princesa, 10 Goya, 5 G. 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