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ABC MADRID 11-01-1972 página 104
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ABC MADRID 11-01-1972 página 104

  • EdiciónABC, MADRID
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C ¿r. s REO que fue el cardenal de Retz quien dijo que el arte de conducir a los hombres no es más que el arte de asociar sus ideas Y pienso que en esa frase, rica de contenido, se encuentra la guia para hacer una buena política, siempre que el objetivo sea el bien común. Por tal razón me ha parecido oportuno entrevistar, con vistas al futuro, a un hombre joven, montañés y pasiego, político de vocación y acción, que se llama Alfonso Osorio y que cuenta un importante curriculum de servicios al Estado. Que los jóvenes hablen, con sinceridad y seguridad, de cara al mañana que nos acecha, es de interés en esta hora de España que se enfrenta, ya, con una época que, para ser dominada por entero y poder actuar en ella como protagonistas exige muchas razones, mucha inteligencia y no poca audacia. Y como vivimos actualmente con primacía de problemas económicos, comienzo esta conversación con Alfonso Osorio preguntándole: -Quien como tú has ocupado puestos de responsabilidad en la Administración económica del Estado y los ocupas en la empresa privada, qué piensas del grado de desarrollo de la economía española? -El profesor Lasuen, una de las pocas cabezas económicas qne nusee España con verdadera audiencia en el exterior, ha puesto de manifiesto recientemente, siguiendo el método de estimación del Instituto de Investigación para el Desarrollo Social de las Naciones Unidas, que el nivel real de renta per capita español es del orden de unos mil doscientos dólares, superior en un treinta por ciento a ht estimación directa, oficial. ¿Noticia segura? -Información correcta que conviene reiterar y generalizar, porque como el principal motor de nuestro desarrollo ha sido, canto diría. Kennedy, la confianza política áel mondo empresarial y sindical la confianza política en Franco, se entiende, merece qne sea divulgada y que públicamente se le dé esta satisfacción. ¿Esto significa pleno optimismo? -Sí, ya ne nuestro desarrollo económico ha alcanzado un nivel notable y está asegurada su proyección futura. A no ser ue lo detenga, o lo retrase, la desconfianza política, que hay que evitar a toda costa. ¿Qué juicio darías sobre el Tercer Plan de Desarrollo? -Creo que la conveniencia de los Planes de Desarrollo y en los tecnócratas subordinados a la política. Pero creo, también, que los Planes no deben ni extralimitarse en su función, ensambladora y orientadora, ni convertirse en dogma de fe. Hecha esta afirmación, para mí las nuevas etapas del desarrollo económico español deben estar, aparte la educación, en la infraestructura y en los servicios, especialmente las instituciones financieras. ¿Qué quieres decir? -Sencillamente que España en este momento posee un mercado de dinero tolerable, pues la Banca comercial está en un importante grado de desarrollo. Pero, como ha señalado el citado profesor l a suen, el mercado financiero es de país subdesarrollado y no está en consonancia con nuestra verdadera situación económica, lo que puede suponer un freno Rara la futura capitalización del país. Sólo una ordenación adecuada de estos sectores y de nuestro sistema fiscal pueden asegurar y potenciar nuestra agricultura, económicamente rentable, y a la industria realmente seria. -Hecha la afirmación de que hemos superado los mil dólares de renta per capita ¿qué consecuencias obtienes de este hecho? -Este hecho me hace decir que hay que afirmar ya, sin demoras ni complejos, que España no es diferente. Que tenemos el genio y el vigor necesarios para llevar a cabo lo que precisemos si prolongamos nuestra paz. que para que ésta se consolide hay que ofrecer a nuestro pueblo no el mito negativo de Namancia, que, por otra parte, fue una derrota, gloriosa, pero derrota, o sólo el avance económico, evidentemente necesario, sino la respuesta afirmativa que se desprende de nuestra gran Historia y que reclama con urgencia la juventud. -Esto supone que si somos un país económicamente desarrollado no se debe demorar el desarrollo político. ¿No es así? -Por supuesto, porque ambos deben de ser paralelos. ¿Cuál es para ti la base de ese desarrollo? -Extraer sinceramente las consecuencias políticas y legales que se deducen de nuestras leyes constitucionales y tomar conciencia de los auténticos problemas de nuestro tiempo. ¿Y cómo? -Recientemente Nixon, refiriéndose a su país y a estos problemas, señaló que ya es hora de que nos preguntemos, consciente y sistemáticamente, qué clase de Nación queremos ser Creo que nosotros podemos gozar de una posición positiva si ponemos en marcha la gran política que debe realizarse, con perspectiva y burga visión. Esto es, si en vez de vigilar sólo los famosos indicadores económicos de coyuntura fijamos nuestro punto de mira, además y sobre todo, en auténticos indicadores y objetivas poÚtfcos y sociales que valoren y proyecten nuestro pa triotismo, nuestro afán de justicia, nuestra ética, nuestra capacidad de solidaridad y convivencia, de civismo, de generosidad, y nuestro nivel cultural y artístico. En definitiva, que se neétsita una estrategia creadora. -Ya que estamos en el tema político, ¿cuál crees debe ser la cualidad primordial del político auténtico? -Sin duda la lealtad a los Principios y a las personas. Y en cuanto a éstas, la lealtad, que siempre es sacrificio, no puede ser, en cambio, ni servilismo ni adulación, aunque muchos lo confundan, sobre todo si están en el poder. Después extrañamente se sorprenden si el adulador o el servil les traiciona cuando les iguala o les sapera. Por eso, para ser auténticamente leal, lo primero es proceder con dignidad y libertad. Un hombre no pjuede estimarse a sí mismo si acepta una colaboración o una subordinación política por propia conveniencia y no por servir un ideal. En todo caso debe reservarse, si es honrado, la posibilidad de manifestar su discrepancia cuando exista, porque si se produce y no la expone demuestra ser íntimamente desleal. ¡Pero, cómo debe ser para ti el líder político? -El magisterio político es de conducta pública. Por eso, en el futuro, los liderazgos serán Piara quienes ofrezcan serenidad interior, valor moral y físico probados, prudencia, una conducta justa, e íntegra y capacidad de renuncia, de sacrificio y dedicación a España y sus hombres, por encima de vinculaciones y ambiciones personales o de grupos. Creo que esto mismo piensan la mayoría de los españoles y que sólo- éstos tendrán la asistencia popular. Hasta hoy, para mí, ese liderazgo lo ejerce Franco. Después de él, como es irrepetible, habrá que buscar los líderes o inventarlos ¿Supongo que no será el Rey ese líder futuro? -No. El Bey tendrá el magisterio a que antes me he referido, porque, como ya he dicho en otra ocasión, el Príncipe Don Juan Carlos tiene, por talento, talante y formación, todas las virtudes del Príncipe

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