ABC MADRID 12-09-1971 página 14

ABC. DOMINGO 12 DE SEPTIEMBRE DE 1971. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 14. el Gobierno de Taipeh, desde la firma de la Carta de San Francisco. hoa problemas internos de la economía norteamericana repercuten, como es dicho y sabido, en este lado del Atlántico y en la otra orilla del Pacífico; forzando revaluaciones monetarias en Europa e instándolas, por vía de petición directa, para el yen japonés. Repercuten y presionan en la base misma sobre la que el pueblo nipón ha remodelado menos su política que la historia suya; su forma de vida, incluso. Pero rendir sus exportaciones del mismo modo que rindió, sin condiciones, sus armas a bordo del Missouri es cosa a la que el Gobierno de Tokio se niega, dado que sus exportaciones, al contrario que sus armas, no han sido vencidas, sino que han resultado victoriasas. Ganando la batalla con los bajos costos de producción a un gran competidor cuya potencia se ha visto progresivamente mermada por un aumento de costos derivado menos del juego normal y equilibrado de precios y salarios, que de las decisiones de las grandes centrales sindicales y de las grandes corporaciones de la industria. Capaces de desbordar el nivel de los salarios y el de los precios que en cada caso definía el juego de la oferta y la demanda. Pero es que si las discrepancias económicas entre Japón y los Estados Unidos encuentran su causa objetiva en las anomalías internas de la economía norteamericana, las discrepancias políticas- -Tokio se niega a suscribir el plan de Washington sobre las dos Chinas en la O. N. U. -surgen de un estricto problema de concurrencia diplomática, entre las expectativas estadounidenses y las niponas ante el futuro asiático. Aunque para Tokio sea de importancia fundamental respecto a su propia actitud con Pekín todo cuanto en Pekín se defina con la visita del presidente Nixon. Tokio se resiste, en tanto que China roja es asunto propio de su política regional inmediata de una parte a tener a Washington como intermediario, y de otra, a suscribir frente a Pekín- -como Massip señalaba en su crónica de ayer- -los riesgos específicos que para Washington comporta la operación que tiene preparada con vistas a la próxima sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Japón quiere las manos completamente libres para ese inmediato futuro en que el régimen de Mao estará incorporado de pleno a la normalidad política internacional. Y en su lógica pretensión de ser cabalmente leal a los propios intereses se niega a financiar las consecuencias que se derivan de los problemas institucionales de la economía norteamericana (recuérdese la fe expresada por Nixon el pasado lunes en el libre juego de la oferta y la demanda) y se resiste también a ser peón y no aliado de Washington en el nuevo horizonte asiático abierto ya por Nixon antes de que en la primavera próxima llegue, invitado de honor, a Pekín. ABC DIHECTOR: Torcuata LU CA de TENA DIRECTOR ADJUNTO: Pedro de LORENZO SUBDIRECTORES: Jesús REVUELTA IMAZ y Luis María ANSON R E D A C C I Ó N ADMINISTRACIÓN Y TALLERES: SERRANO, 1 M A D R I D APARTADO 4 3 TELEFS. 2251710- 2759408 y 2255020 i r Editor: PRENSA ESPAÑOLA, S. A. U. S. A. Y JAPÓN Difícil, por no decir imposible, hubiera sido imaginar, sólo tres años atrás, que las relaciones nipo- americanas llegasen al punto en que hoy se encuentran; que alcanzaran ese grado de discrepancia formalizado en las negociaciones de Washington. Las tesis mantenidas, respectivamente, por el secretario norteamericano de Estado, William Rogers, y por el ministro de Asuntos Exteriores del Gobierno de Tokio, Takeo Fukuda, han marcado, efectivamente, con sus antagónicos contenidos, un nivel de discrepancia que se presenta como insalvable. A su lado parece casi insignificante toda esa larga negociación, el cúmulo de intereses contrapuestos que fue necesario sortear, para que la soberanía de Okinawa revertiera a los japoneses. Arranca el problema, aunque en medida distinta, de dos actitudes políticas en la Administración republicana del presidente Nixon. Una, que fue de inhibición, o, en todo caso, decisión retardada: la de actuar sobre el mecanismo de los precios y los salarios. (Posiblemente, si el presidente Nixon se hubiera decidido por tal terapéutica en el momento que comenzó a propugnarla la oposición liberal, esa inflación, acompañada de recesión que la economía norteamericana padece, no habría hecho necesario, para corregirla, la rotundidad del aparato aplicado desde el 15 del pasado mes de agosto. Una tasa más alta de empleo, resultado de índices de inversión superiores, habría posibilitado una política de intereses altos, de encarecimiento de los capitales, capaz dé aproximar la rentabilidad de las inversiones entre el interior y el exterior de los Estados Unidos- Mercado C o m ú n y Japón, fundamentalmente, con lo cual, sin duda, habría descendido la salida de capitales norteamericanos y frenado con ello la expansión del déficit de la balanza de pagos de Washington. El dólar, así, no hubiese continuado deslizándose por la pendiente de su anemia, ni las crisis monetarias alcanzado su última intensidad. La Administración republicana se resistió en exceso a admitir una explicación no convencional de las tensiones inflacionistas en los Estados Unidos; tensiones, en absoluto, clásicas o convencionales, por cuanto se producían teniendo en su flanco un aumento continuo del paro. La otra actitud política que se encuentra al fondo del actual problema ñipoamericano es de naturaleza bien distinta a la anterior. No se trata precisamente de una inhibición o de un retraso, sino de una decisión, más que rápida, madrugadora; con ribetes de casi profecía. Una decisión revolucionaría: la de abrir el diálogo con China roja, llevando a Pekín hasta, el puesto que en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas ocupa BREVE LOS TAXIS Y LOS DÍAS DE LA SEMANA taxi es un ser desamparado. El taxi vive una vida bastante anárquica, y eso ee evidencia de su irregularidad de presencia en las calles, según los días y según las horas. Dijérase que todos los conductores se retiran a almorzar al mismo tiempo y a cenar igualmente; y desde luego, una inmensa mayoría elige el domingo como festivo poniendo en un verdadero aprieto al que necesita un taxi con mayor o menor urgencia por falta de los referidos vehículos ese día. Antes los taxis llevaban una letra esNuestra reciente Brevería sobre el monumento dedicado al sol en la bella localidad malagueña de Fuengírola parece haber disgustado a un sector de la opinión, a juzgar por las cartas que se nos dirigen. Cúmplenos, por tanto, dejar constancia, para irán- RÍAS crita que indicaba el día de la semana en que libraban. Esa norma debería seguirse a rajatabla y haber obligadamente cada día un número determinado de taxis en la calle. El taxi es un servicio público, ya que figura en todos ellos que lo es con las letras S. P. Y es verdaderamente lamentable que quienes necesitan un taxi los domingos los vean pasar cargados de las familias de los conductores- propietarios porque todo el mundo tiene derecho a irse de excursión j cada quisque que dicen los castizos. Extendida la costumbre a los empleados d autobuses y Metro, la ciudad quedaría hecha un paraíso. quilidad de cuantos se han sentido ofendidos, que aquella iBreveria- no contenia ninguna intención hiriente ni vejatoria para el municipio malagueño, merecedor de benepláctios por una iniciativa de acusado carácter turístico y que únicamente ha pretendido simbolizar el carácter soleado de su costa. Nadie advierta en nuestra reconvención- -suscitada por el olvido en que en ocasiones quedan sumidas personas y valores más trascendentes y merecedores de inmortalizarse- -acusación alguna de heterodoxia. Resulta evidente que la erección del monumento ni supone pleitesía alguna al sol, ni asomo siquiera de paganía, sino, en definitiva, una prueba más de admiración y gratitud hacia la obra del Creador V la exaltación artística del astro que da nombre al deslumbrante litoral malagueño. Quedan complacidos- -suponemos- -quienes asi, en este sentido, nos escriben: ¡hasta un procurador en Cortes! MONUMENTO C. O. U. Curso de Grisniación Universitaria Informes: Secretaría- Serrano, 154. Teléfono 261 18 40. Horas: 10 a 1