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ABC MADRID 20-09-1970 página 166
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ABC MADRID 20-09-1970 página 166

  • EdiciónABC, MADRID
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SALUD v BELLEZA LA SALUD PSÍQUICA Por el doctor M. DE AGUILAR MERLO De ío Sociedad! Española de, Médicos Escritores C 1 UANDO el hombre moder. no decide acudir al mé dico, por síntomas Que parecen ser del cuerpo (orgánicos) ignora que en la inmensa mayoría de las veces son debidos a una causa superior, o psíquica. El espíritu también enferma y su poder de superar a la materia hace que muchas veces se apodere de síntomas de enfermedades orgánicas bien definidas, como una úlcera de estómago, una angina de pecho, etc. y desvíe la atención del paciente sobre sus problemas cotidianos, que son- -en última instancia- -los desequilibradores de su estado de salud. El hombre moderno tiene que luchar como el primitivo por subsistir en su medio ambiente, tiene que saber adaptarse a cada contingencia nueva, pero también debe enfrentarse consigo mismo. Pero hay un cambio de papeles entre el hombre primitivo y el moderno. La lucha física y la agresividad corporal del primero se han desplazado al plano espiritual. El hombre tiene que declinar de sus violencias corporales y competir en el plano espiritual o intelectual. La violencia es propia de masas suhdesarrolladas y de pueblos con bajo nivel de vida. Así alcanzada la sociedad de consumo- -con las primeras necesidades y las triviales cubiertas- -surge una competición, una lucha por la vida, no menos agresiva que la anterior, pero desplazada al nivel de la vida mental. Es decir, en otro aspecto, lo que nos enseñaron sobre la simple evolución de las especies, con términos muy similares. En este género de cosas, y referido tan solo a la biología, Carlos Darwin demostró sus teorías del origen de las especies por medio de la selección natural, unas ideas que se han confirmado más tarde por la vía clínica y médica y por los estudios de la química de la herencia. Pero si grande fue la aportación de Darwin en el vislumbre de esa adaptación al medio ambiente físico, no menos extraordinaria ha sido la de Freud en el campo de la mente. También el espíritu sufre una serie de adaptaciones, una serie de deseos reprimidos nocivos al individuo, o para su moral, o para la sociedad. Estos dos hombres solos han revolucionado el mundo científico en una medida sin igual, y si Darwin nos acercó a los animales y las plantas, para conocerlos mejor y amarlos. 54 Freud nos elevó a un plano espiritual, reactivando la lucha del bien contra el mal, Lucifer contra el Arcángel, dejando al hombre en la cuerda floja de sus esperanzas y sus infiernos. El hombre tenía que buscar un equilibrio también aquí entre sus deseos y los deseos de su sociedad, y para triunfar, en esa lucha por la vida, tenía que saber ponerse en el lugar de los otros y comprender, además de las razones suyas, la de sus semejantes. Pero- -imprescindible- -conocerse a si mismo. La adaptación aquí no se enauen- importa su mundo. Nosotros diríamos que su planteamiento es universal. El hombre, a pesar de ser un animal sociable, es el más solitario de los seres. Por eso todo lo que hace es para olvidarse de su soledad. Por eso la angustia y las neurosis son frecuentes en una sociedad sin solidaridad. El hombre en el mundo moderno no ve más que competidores, y no puede ser verdaderamente amigo más que de un inferior o dealguien que no le haga sombra, o de quien no tenga que envidiar. Pera frecuentemente ciación libre de ideas que despierta el psicoanalista, buscando la causa sobre la que ha actuado la represión, sublimación, regresión, desplazamiento, etcétera, en un mecanismo de defensa psíquica del sujeto. VIVIR CON SONRISA J tra en la lucha con los demás, como en la teoría darwiniana, sino en la lucha consigo mismo. LA SOLEDAD DEL HOMBRE F ERNANDO Dlaz- Plaja dice en su libro El español y tos siete pecados capitales que nosotros no sabemos situarnos en el puesto de otro. Las- más de tqs veces por soberbia, el español ignora cualquier problema que no sea el suyo. No porque sea incapaz de conocerlos, sino porque no sabe salir de su esfera vital. Es un hombre- isla, solitario, aun entre multitudes, al que sólo le este problema de envidiar en otros lo que deseamos para nosotros toma caracteres más intensos. Freud comparaba loa síntomas de las neurosis a los estados de ensoñación y al contenido de los sueños, actos reprimidos en ocasiones que los desviamos o los referimos a otros actos. Si en el sueño, la persona- -nuevo mago- -inventa símbolos de un lenguaje común a todos los humanos, para utilizarlos sin conocerlos, también en las neurosis el enfermo interpreta síntomas comunes a muchas enfermedades sin darse cuenta de su significación, ya que sólo (y en la inmensa mayoría de los casos) puede irse desentrañando por la aso- OAQVIN Calvo- Sotelo deja desusar la pluma sobre un imaginario almuerzo (Los Domingos de ABC, 28- VJ- 70) para criticar el libro de Pemán, Mis almuerzos con gente importante y manifiesta que leerlo es oxigenarse, pero los españoles estamos mal calafateados para la sonrisa sana al juzgar los acontecimientos. Quizá ese es el fundamento, la mala adaptación con lo que no estamos de acuerdo, el chocar primitivamente, a semejanza de situaciones superadas en el mundo moderno, provocando rencores sin ningún género de olvidos. Pemán demuestra que se puede comer, conversar y ser amigo de las más variadas personas, de los más distintos pareceres políticos, científicos y literarios. Parece extraño que se haya escrito en este país tan criticado por Quevedo, Larra, Madariaga y tantos otros. El neurótico lucha y refiere todo a su pequeño mundo. Lleno de aristas no comprende y desprecia todo lo de su alrededor. Debe quitarse esa mentalidad de perseguido, que se convierte en perseguidor, enclaustrado en su caparazón de ofensas y humillaciones. Unamuno contraponía al bíblico vanidad de vanidades su plenitud de plenitudes. Pero en este mundo de competición y de consumo, de erotismo y zancadillas, está volviendo nuevamente a tener vigencia la humildad. La insatisfacción actual, el querer tener coche sólo porque lo tiene el vecino, un televisor mayor que el del amigo, mejor veraneo que su jefe, derrochar más que el mayor despilfarrador, querer i7 nitar al personaje de moda siempre retratado, trae una exacerbación de los instintos, un desear siempre sin sosiego, una insatisfacción sin remedio. Y asi la salud psíquica está deteriorándose en todo el mundo moderno con nuevas generaciones no educadas en el sentido de la vanidad y de la intrascendencia de los medios, sino en el opuesto, el de satisfacer cualquier apetencia sin considerar las íágrimas y los problemas de los que tienen menos que nosotros.

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