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ABC MADRID 07-07-1970 página 3
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ABC MADRID 07-07-1970 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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I T AD O POR PRENSA ESPAÑOLA, SOCIEDAD ANÓNIMA M A D R I D FUNDADO EN 1806 POR DON TORCUATO LUCA DE TENA UANDO la oc 4 tava sinfonía de Mahler se estreno en Alemania, el empresario, sabio en publicidad concentrada, la llamó la sinfonía de los Mil porque a su estreno asistió no el todo Berlín o el todo Viena que solían decir los cronistas musicales cuando, en los grandes acontecimientos, se convertían en revisteros de sociedad, sino el toda Europa de los mil egregios que se merecían el estreno. Estaban en la sala aquella noche Stephan Zweig, Thomas Mann, Straus, Sigfrido Wagner, Bruno Walter... Aquel fue el estreno para la inteligentzia europea. Quedaba pendiente el estreno para los ruiseñores, los poetas, los sencillos: es decir, el estreno en el Festival de Granada, donde lo trascendente se vuelve fiesta. Imaginaos- -decía Mahler a un amigo, en vísperas del estreno- -que el Universo empezara a sonar. En el glorioso estreno del Palacio de Carlos V, lo que se puso a sonar fue cada uno el universo de bolsillo que transporta cada ser humano. No asistía el todo Granada ni el todo Madrid sino el todo que cada uno somos. Yo tenía fila segunda en el gran auditorio repleto. Va usted a estar demasiado cerca lo va a aplastar la música Pero no. La sinfonía de Mahler fue escrita para las divinas longitudes de que hablaba Schuman. La sinfonía está concebida como un suceso humano y teológico. La letra de la primera parte es el Veni Creator Spiritus La segunda tiene por libreto la escena final del Fausto de Goethe. Las grandes pecadoras- -María Egipciaca, la Samaritana- -perdonadas y absolvidas por la Sin Pecado: la Virgen, el eterno femenino La música pasa de ser filosofía a ser oración. Mahler resuelve su sinfonía como en un enérgico mes de mayo de cualquier colegio de monjas: Virgen, Madre, Reina; póngase a tu servicio cualquier sentido superior. Es decir: Venid y vamos todos no con flores superficiales, sino con pensamientos profundos a María. La sinfonía se debate por encontrarle una trascendencia al único futuro que le queda al hombre cuando cancela lo trascendente, y que es el hombre mismo. Desde la fila segunda se veía mejor lo ABC humano. Hasta en los últimos asientos de la orquesta se veía entrar a cada profesor en su éxtasis personal: regando la música con sus espaciados golpes de timbal o gruñidos de contrabajo, como los goterones espesos de una tormenta que empieza. Y en el proscenio, a punto de laminarse, los solistas nórdicos. Para sostener una eran voz hace falta ser una torre somática y fisiológica. Los sopranos y los tenores de Bayreuth, cantan el Parsifal a fuerza de salchicha. Pero ya antes de largar sus voces arrolladuras era un gozo ver a Margaret, Lou, Helen y Úrsula escuchando empezando a cantar por dentro. Eran como gigantes que partieron en busca de Dios y por el camino se encontraron a Beethoven o Mahler con sus casi respuestas. Y los dos orfeones, más las tres escolanías de seises, antes de ser un instrumento musical eran una convivencia humana. Habían atravesado en autobús España de punta a punta y se habían metido en ese otro autobús lírico con ruedas de fuego que es la sinfonía. Desde lejos se guiñaban evocando recuerdos del viaje; eran un conjunto para cantar unidos, pero antes habían viajado unidos también. No hay flirteo que se pueda tensar desde tan lejos como el de un tenor y una soprano. Y no digamos nada de los niños de coro de Guadix, Pamplona o San Sebastián. Se telegrafiaban pequeñas anécdotas: ¿te acuerdas cuando por poco arde con tu palmatoria la barba del patriarca griego que vino a concelebrar R E D A C C I 0 N ADMINISTRACIÓN Y T A L LE R E S SERRANO, 61- MADRID MARGAREMOU, HELEN Y ÚRSULA AM FM VHF UHF en blanco y negro y color antena colectiva TELEVES MADRID. 26 57 802- BARCEIOMA, 33 05 83 VAIENOA. 27 28 26- ¿ARAGOZA, 35 4 S 67 BIIBAO, Itizorra, 10- 2. iDeusic SEVIUA, 27 1 3 Fábrica, Santiogc de Compostela con el obispo? O bien: ¿te acuerdas cuando en este verano- fons vivus, ignis, caritas -Pablitos se hizo pis en el coro? Y todos, y todo, en las m a n o s de Frühbeck de Burgos. Las manos que más estéticamente se mueven sin romper una disciplina sen las de los bailarines y los toreros, y más todavía la de los guardias de circulación y los directores de orquesta, porque en la calle o en la sinfonía hay que cortar las direcciones prohibidas. Frühbeck con una mano crispada que acerca a su torso parece que quiere guardarse la música en sus bolsillos. Pero como no t i e n e bolsillos su frac o su niky devuelve la música a sus ejecutantes, como quien devuelve, perdonadas, al río, las truchas que pescó con la mano. Todo esto adjudicable a su parte ibérica: Burgos. Luego, de cuando en cuando, renace su parte germánica: Frühbeck. Y entonces, firme y quieto, se convierte en semáforo promulgando con olímpico automatismo el rojiverde de la circulación emocional. Desde la segunda fila todo seguía siendo milagro, pero milagro humanístico. Incluso ayudado por esta coyuntura, primera en la Historia, en que la moda femenina ha proclamado no un decreto ni un figurín, sino una libertad de inspiración. Cada una diseña a su gusto su modelo. Si esto es así en la calle, ¿cómo no en el proscenio? Margaret, Lou, Helen y Úrsula iban en sus atuendos desde el remero del Vclga a la madre de familia, o la walkiria con su gran manto de seda y su gran pelo lacio y largo llegándole, como un sauce, a la altura del corazón. Estaba a mi lado el Séneca Creo que Séneca cree que el diablo es alemán. Pero se convencía de que aquella noche lo divino derrotaba a la diabólico. Le señalaba yo aquel zócalo- -poderoso de las triples anglo- germanas en fila. ¿Qué piensas de esa barrera? -Muy difíciles colarles un gol sobre la cabeza... Y, además, bonito oficio, don José. Calle un momento y luego puntualizó: -Cada una de las cuatro ha echado su ratito con Frühbeck de Burgos. José María PEMAN De lit Real Academia Española

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