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ABC MADRID 21-12-1969 página 170
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ABC MADRID 21-12-1969 página 170

  • EdiciónABC, MADRID
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SALUD Y BELLEZA TRIQUINOSIS Por ei doctor M. de AGUILAR MERLO Df la Sociefh tft Kstiwfíoht tic Miélicos so rifo res T IEMPO atrás ABC informaba sobre un pegueño brote de triquinosis en una provincia española, lo cual indica que hay que extremar las medidas sanitarias y veterinarias para que dichas cosas no sucedan. La triquinosis es una enfermedad adquirida al comer carne infectada por los embriones de los gusanos llamados triquinas espirales Entre las fibras musculares de la carne están situados los quistes, larvas o embriones. En la ingestión, son digeridas las cápsulas que los envuelven y entonces, en libertad, se reproducen. Luego atraviesan las paredes intestinales y se difunden por el organismo. La triquina espiral es un gusano sexuado, es decir, con macho y hembra. Viven en verdadero matriarcado. Por eso quien manda o, por lo menos, quien dirige la especie es la hembra. Ella es la más fuerte y la que vive más tiempo. El macho, de unos dos milímetros de longitud (Ja mitad que la hembra) sólo sirve para darla hijos. Una vez cumplida su misión muere, y la hembra se encarga ya de todo lo que habrá de venir. Y lo que habrá de venir son unos seis mil hijos o embriones, a los que la madre alimenta primero en su ser, los expulsa luego al intestino y semanas después invaden todo el organismo, es t acionándose principalmente en los músculos, donde forman quistes dolorosos. Los animales que pueden sufrir la parasitación son numerosos; cerdos, perros, gatos, zorras, jabalíes, ratas, ratones, conejos de Indias, etc. El hombre puede padecer las dos etapas: la parasitación del gusano adulto en su intestino y la infección de sus músculos por los embriones. Pero dentro de la multiplicidad de animales responsables, en la práctica se consíderan sólo dos: los cerdos y las ratas. La rata tiene en sus intestinos el gusano adulto, en sus músculos las larvas. El cetdo se come a las ratas y enferma de triquinosis. Cuando el cerdo infectado es comido por las ratas, se cierra el circulo biológico. O puede el hombre tomar carne de cerdo parasitada cruda, o poco cocida, y también enferma. do jamón, músculos de cuello, etc. no controlada por veterinarios. Por regla general esto ocurre en pequeños pueblos, sin mataderos municipales vigilados o en la típica matanza del cerdo casero. Al comer la carne con quistes se produce una primera etapa digestiva de síntomas de diarrea o molestias propias del crecimiento y proliferación de las triquinas liberadas de sus cápsulas. Luego, a las pocas semanas, empiezan tos síntomas musculares con dolores en diferentes Vocalizaciones como el cuello. quecen. La única manera de evitar la enfermedad en los cerdos es tener I o s completamente aislados de ratas y ratones, en cochiqueras sin espacios oscuros, sin agujeros y cuando éstos existan, tapados con rej i II as, que impidan el paso de los roedores. La manera de evitar en el hombre la enfermedad es solamente que no ingiera carne de cerdo con triquinosis. Tomar siempre jamen o derivados de cerdo garantizados por prescintos sanitarios o llevando a los cerdos a sacrificar a mataderos controlados SÍNTOMAS EN EL HOMBRE Y EN EL ANIMAL C 54 OMO hemos dicho, el hombre se infecta en la inmensa mayoría de las veces por comer carne de cer- faringe, laringe, cuerdas vocales, etc. con hinchazón de los párpados y de la cara. Los músculos respiratorios también son frecuentemente afectados. De todas formas la mortalidad es baja y se supone que menos del cinco por ciento mueren por complicaciones diversas. Respecto al cerdo, su enfermedad se adquiere al comer ratas con triquinas. Al principio tiene síntomas muy poco claros, pera luego al ser invadidos sus músculos más activos, se aprecia vacilación en la marcha, respiración fatigosa, dificultad al comer y al gruñir. Se acuestan constantemente y enfla- EL PROBLEMA DE LAS RATAS P ARA luchar contra la triquinosis el primer problema son las ratas. Se cree existen tantas ratas como hombres, lo cual da una cifra aterradora de animales en el globo terráqueo. Se habla de la explosión demo gráfica de los hombres, pero no de las ratas, la cual sigue aproximadamente la misma curva. Mejor dicho, el crecimiento de la población de las ratas es mayor. Una pareja de ratas tiene descendencia cuatro o cinco veces anualmente. A un promedio de unas catorce crías, cada pare- ja de ratas procrea unos cincuenta hijos por año. Se cree que una pareja de ratas daría unos diez millones de descendientes rápidamente y en sólo unos di ez años, su explosión demográfica acabaría con toda la vida en la Tierra. Las ratas, en Esparía, se comen diariamente en cereales, etc. más de tres millones de quilogramos y producen, también diariamente, cuantiosas pérdidas económicas, destrozando el doble de lo que comen. Afortunadamente su crecimiento no ahoga el Planeta, porque padecen muchas enfermedades y no tienen veterinarios que se las curen, con lo que las epidemias las diezman de tal forma, que se paraliza, un poco, su crecimiento. Sin embargo, siguen siendo un peligro grave, porque a su vez transmiten a los demás seres, en especial al hombre, múltiples enfermedades; una de ellas, la que estamos tratando ahora, la triquinosis. La lucha profiláctica contra esta enfermedad consta, pues, de dos principios generales: La separación total de las piaras de cerdos de las ratas y la exterminación de éstas. Para lo primero, como hemos dicho, buenas condiciones higiénicas de corrales y zahúrdas de los cerdos. Para lo segundo utilizar diferentes venenos raticidas como el tomorin, el dicumarol o el raticida Ibys, etc. debiendo manejar con pinzas los recipientes donde se coloca el veneno, pues el olor d e I hombre lo perciben fácilmente. Otro medio es produciendo epidemias (epizootia, se llama en los animales) entre las ratas con cebos de bacterias tíficas o salmonellas. Esta especie de guerra bacteriológica es muy empleada en el extranjero porque adem. ás de matar a la rata contagiada, ésta a su ves transmite la enfermedad a su carnada, con lo que los efectos se hacen progresivamente mayores. Todos los animales encontrados muertos (ratas, lobos, zorros, etc. hay que quemarlos o enterrarlos, a más de un metro de profundidad, por si tienen triquinosis, para que a su vez no sean devorados por otras ratas y se inicie un nuevo ciclo. Importante eslabón en la lucha con las ratas es no existir en las casas, ni en sus buhardillas, ni sótanos, ningún rincón sin luz, bien vigilado y sin orificios. Si existen éstos, siempre con rejillas. Los cubos de basura, siempre herméticamente cerrados. No dejar desperdicios, ni papeles por el suelo. Las calles muy limpias, sin desperdicios y con alcantarillado perfecto y enrejillado.

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