ABC MADRID 18-12-1969 página 126

AJITE ARIO DE BECQUER LA VENTA DE LOS GATOS E N la famosa Venta de los gatos sitúa Bécquer una de las más bellas leyendas que, con las Rimas dieran fama y renombre a uno de ios líricos sevillanas más representativos de su época, coya obra perdura y se mmntfa vigente a través de los tiempos, a pesar del materialismo imperante de nuestros días, tan divorciado del ambiente poético en que vivió Gustavo Adolfo. Emplazada en el camino que conduce al cementerio, la Venta de los Gatos fue. entre otros ventorrillos célebres- -según declara el poda- por las circunstancias especiales que en él concurren, el más neto y característico de todos los ventorrillos andaluees A este popular establecimiento concurrían gentes de diversa índole, unas de paso, que harían un alto en su andadura para beberse un vaso de vino, y otras para pasar un rato agradable, jugando a las cartas y charlando de los problems del país, sin faltar las parejas de enamorados, ana de las cuales sirvió de motivo literario al autor de Rimas y leyendas Pero han pasado ya muchos años. Más de un siglo. Y aunque la Venta milagrosamente, subsiste, ya p mut queda de ella más que la leyenda. Los muros permanecen en pie, pero una buena parte de la techumbre- -apuntalada- -amenaza desplomarse. Tres viven en un espacte casi inverosímil. El extremo de la derecha sigue dedicado a taberna. Unos individuos bebían, sentados a una m en el momento en que visitamos la que un día fue lugar de esparcimiento y regocijante alegría de viejos y jóvenes. Pero ya no es lugar de cita, como en los tiempos de Bécquer. No existe la vieja y añosa parra -aunque si se ven viejas y desvencijadas sillas -ni muchachas con su pañuelo de espinilla de mil colores, con claveles en el pelo, que tocan la pandereta y chillan y ríen y a i i a voces en tanto que Impulsan como locas el columpio colgado entre los árboles, ni los mozos del ventorrillo que van y vienen con bateas de manzanilla y platos de aceitunas, ni el chasquear de los látigos de los caleseros que llegan levantando una nube de polvo, ni ruido de cantares, de castañuelas, de risas Ta no queda nada ds esto en la Venta de los gato N el recuerdo de Amparo, la desdichada muchacha que, con su muerte, hizo perder la razón ai hijo del ventero. En el carro de los muertos ha pasado por aquí; llevaba una mano fuera, por ella la conocí. Actualmente, la Venta de los gatos sigue siendo muy visitada, especialmente por los turistas, que hacen las preguntas más diversas sobre la existencia de este histórico ventorrillo, cuyo nombre ha pasado a la Historia unido a una de las leyendas más bellas de uno de los más significados poetas de nuestro romanticismo. Gentes de todas las latitudes contemplan con deleite si destartalado caserón. Tal vaz la cuéntela actual se mantenga debido a esa corriente turística. ¿Por qué no realizar en ella otras de conservación, de readaptación, manteniendo su estilo primitivo para mostrarla a ese turismo interesado Casa de la calle del Conde de Barajas, en fa que nació Bécquer. Lápida conmemorativa en la Venta de ios gatos