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ABC MADRID 14-12-1969 página 162
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ABC MADRID 14-12-1969 página 162

  • EdiciónABC, MADRID
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dar una convivencia y un calendario. Poco más o menos, como la Liga Árabe. De algo no cabe duda: 1 flamenco, tal como hoy lo conocemos, es un arte joven. Personalmente no me atrevería a adjudicarle más de siglo y medio. Todo lo anterior, incluyendo a Teletusa, a los trovadores, a los moriscos de Granada y al cante gregoriano no pasan de ser orígenes. Pero como el flamenco siempre ha vivido de ocultis refugiado en tabernas y antros, ejercido por gente marginada a la que se malpasaba perdonándole la vida con unas monedas, ocurre algo muy importante: que del flamenco no existe archivo. Ni información erudita alguna Contribuye a este estado de cosas el hecho de que el gramófono, recién inventado por Edison, no alcanza un mediano apogeo hasta bien entrado el siglo XXI) W A EL VIDEOTAPE HA LLEGADO TARDE P OR lo anteriormente expuesto, me choca enormemente cuando alguien, en terrenos del flamenco, cita a un cantaor a quien jamás ha oído cantar (de raigambre italiana) y para Mercedes La Serneta La Niña de los Peines se indignó cuando- me oyó llamarle Sarnata ¿Qué es eso de Sameta -me dijo- -Ella no tenía sarna. Sino iue el padre se llamaba de apellido Serna, o. ue es un nombre muy torero y muy bonita. El cine y el videotape llegan tarde para La Bita La Trini e incluso La Pompi La Gamba La Macarrona y La Malena De chiripa, uno ha conseguido escuchar a Antonio Chacón en unos inefables discos, dotados de un reborde para que no se escapara aquella mastodóntica cabeza sonora) y donde se leía: Malagueñas número tres. Cantes populares de Andalucía, interpretados por el señor Chacón También los había de la señorita Pastora Imperio (sic. y de La Murga Los Medina, Sevillanos Algo fuera de serie. Se me perdieron en una mudanza) Merced al perrito norteamericano que escuchaba (por medio de un artilugio de cuerda las facultades canoras de su patrón, también logré oír el polo del Mochuelo y ciertos excelentes fandangos de l a s W A EL CANTE, CUESTIÓN DE ALMA, NC DE VOZ M Pero aquellos eran otaros tiempos y nadie ANUEL. Torre. Niño de Jerez el que cambió pelo a pelo un gallo por un caballo, se tuvo que alicatar con cazalla, y esto se nota perfectamente, para que una máquina sin afina ni belleza registrara el prodigio, pletórico de vida y sentimiento de un cante- -García Lorca escribió páginas y páginas sobre él- -donde el duende emitía, agónico, los más negros de sus sonidos. Ambos discos- -el de Tomás y el de Manuel- -los he escuchado yo. Fosforita mi grande y valioso amigo, como los aficionados antiguos, se gastó su dinero en recorrer los pueblos de Andalucía. T en uno hablaba a una vieja que había escuchado a Frasquito Yerbabuena y en otro a un anciano Que había asistido a la vendimia o la trilla y sus cantales. Y aprendía. Como el cante no es cuestión de voz, sino de alma, éste de nuestro propio sentimiento es el único termómetro posible. Máxime cuando no existen archivos sobre una pobre gente de vida verdaderamente dcstoievskiana (Gauguin. Van Gogh, Bau- Act de constitución del Centro de Estudios de Música Andaluza y de Flamenca, t r a s ta concesión de 5.0 QB dólares pop la Unesco para investigación de tes orígenes de! flamenco. A la derecha, Sara Lezana. o se hace lenguas de una bailaora a quien ni siquiera su abuelo alcanzó a ver sobre el tab to en el ejercicio de sus fad Baila como el Pimcu ui de Cádiz -me dijo un famoso autor que se reputa versado en- flamenee- cuando él y ya, en El Corral de la Morería contemplábamos la singular forma que de interpretar la danza tiene Antonio Gades. Para mis adentros me reí pensando que ninguno de los allí presentes había visto jamás bailar al Pirricuoui nombre supuesto -Ninguna persona viva tampoco. El gramófono llegó tarde para las dos Parraias para Enrique El Mellizo para El Filio de cuyo personaje viene aquello de la voz afilia y al último articulo ie Julio Col! que tanto sabe de jazz y de jondo le brindo el dato) para Joaquín el de la Paula, de Alcalá de los Panaderos; para Stlverio Franconetti conoce por las placas que así denominaba entonces a los discos la gente del puefclo andaluz) ni siquiera a Tomás Pavón (un rey) ni a Manuel Torre un coloso) Tomás, en su grabación, aparece perfectamente asustado. Fue a impresionar y el micrófono lo impresionó. Tomás no era un hombre de esta época. Para él, cantar requería la amistad, la conversación, el cigarrillo liado con medio papel de fumar se lo había ordenado así el médico) y ese impagable estar a gusto de los j nrf? lTTces. Tomás era un ser de otro planeta mucho más bello. Delante de mí, un ganadero le régelo mil pesetas para la plaza de Reyes 1 mercado matutino de su ido latrada esposa) y lo dejó marchar sin pedirle ni una sola copla. Tomás era sentimiento y delicadezas puros. No me cabe duda de que está, en el cielo; en el que haya. Se me saltan las lágrimas recordándolo. delaire. fueren objeto de compra, después de lusa muerte miserable, por parte de lo más orondo de una burguesía. Pero ocurría que sus obras podían plasmarse: sobre el papel o sobre el lienzo. EL baile de La Trini o las coplas del Breva no El cante flamenco es un arte popular. Sencillo. Simple. Hay que ir a él (como en los poemas jondos de Federico por la vía más sencilla. Se lo expliqué una noche a Alfonso Paso y lo convencí inmediatamente. Alcalá de los Gazules jicimos una para; a todos le dieron agua, a mí no me dieron na. -Mira, Alfonso. Esta copla, en apariencia tan misteriosa, no tiene nada de misterioso. Se trata de una conducción, de una cuerda de presos. El protagonista se queja

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