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ABC MADRID 04-12-1969 página 73
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ABC MADRID 04-12-1969 página 73

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. J U E V E S 4 DE DICIEMBRE DE 1969. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 73. FÚTBOL EL REAL MADRID, ELIMINADO DE LA COPA DE EUROPA Perdió- -sin deber perder- -un partido contradictorio, a consecuencia de un fallo inicial del meta Junquera, que le costó un gol, y la decisión arbitral de anular un gol legítimo de Velázquez, que habría sido el 3- 2 favorable al Madrid ESPLENDIDO PRIMER TIEMPO DEL STANDARD DE LIEJA, CON UN FÚTBOL DE CALIDAD Y UN PERFECTO SENTIDO TÁCTICO Alineaciones. -STANDARD DE LIEJA: Piot; Beurlet, Jeck, Thissen; Dewalque, Takac; Van Moer, Kostedde, Deplreux y Cvetler. A los veinticinco minutos del segundo tiempo Galio sustituyó a Kostedde. REAL MADRID: Junquera: Calpe, Zunzunegui, Benito; Pirri, Zoco; De Diego, Amánelo, Grosso, Velázquez y Gento. En el segundo tiempo Bablloni de defensa central, Zunzunegui de medio derecha, Pirri en el centro del ataque y Amánelo en el ala derecha, saliendo del equipo De Diego. Gala del encuentro. -Asistió el Príncipe Don Juan Carlos, a quien acompañaron en el palco presidencial los ministros secretario general del Movimiento y de la Gobernación, delegado nacional de Educación Física y Deportes y presidentes de la Federación Española y de los clubs Standard y Real Madrid. Entrada. -Se cubrió la mitad del aforo, aproximadamente unos 50.000 espectadores. Terreno de juego. -Bien cuidado el césped de la lluvia y las heladas de días pasados, pudo ofrecer el Madrid un piso en perfectas condiciones. Temperatura y otros factores. -Cuatro grados, sin viento. Luz artificial para una clara visibilidad. Arbitraje. -A cargo del suizo Mr. Bucheli, que no está capacitado para una empresa fuerte de Copa de Europa, como era este partido. Favoreció al Madrid en la interpretación de la jugada que sancionó con penalty, al ver caer a Amánelo cerca del área chica cuando intentó saltar para rematar un centro largo de Gento. Destrozó al Madrid e influyó en el resultado del partido, y quizá de la eliminatoria al no dar validez al gol legítimo que marcara Velázquez en un empalme desde treinta metros de distancia a la puerta belga, ordenando el saque de una falta contra el equipo belga. En la jugada del primer gol del Standard, cuando Junquera cayó con el balón dentro de su puerta, traspasando la línea de gol, el arbitro ordenó seguir el juego, muestra de que no vio dónde cayó el balón, y luego concedió gol por indicación del juez de línea. Cuando faltaban dos minutos, un remate de cabeza de Pirri, a centro de Amánelo, la detuvo con la mano el defensa Thissen, que estaba situado bajo los palos y junto al poste izquierdo, sin que Mr. Bucheli viera la falta. El balance, pues, es de un gran déficit para el crédito de este arbitro helvético. Goles. -A los nueve minutos, en un contraataque belga, el medio Pilot lanza un tiró desde treinta metros que Junquera espera tranquilo y ve llegar la pelota a sus manos, pero por colocarlas mal, por tenerlas frías o por algo que él explicará a los que se lo pregunten, se le va la pelota hacia atrás y cae sobre la línea de gol; se lanza a ella para rectificar y se vuelve a caer más dentro, donde se enmienda y saca el balón; el arbitro ordena seguir el juego, pero el juez de línea hace indicación con la bandera de que ha sido gol y M. Buchelin concede el primer tanto al Standard. A los veinticuatro minutos, centro de Gento, que cabecea De Diego en el centro del ataque y pasa cruzado a Velázquez, que empalma un gran tiro y marca el gol del empate. A los veintisiete minutos, Kostedde está en posición muy avanzada y llega a su zona la pelota, off- side del ariete belga que no ve arbitro ni el juez de línea de ese medio campo; el centro de Kostedde da en un jugador blanco y llega el balón a Depireue, que de buen tiro bate a Junquera y marca el segundo gol del Standard. A los catorce minutos del segundo tiempo, centro de Gento que intenta rematar Amánelo; cae éste dentro del área por la acción del defensa Thissen y la falta es castigada con penalty que Gento transforma en el segundo gol del Madrid, que es el segundo empate. A los veinte minutos, el tiro de Velázquez que envía el balón a la red de Piot, pero el arbitro lo anula. A los veinticinco minutos se va Kastedde; le sustituye Galle, y la primera intervención de éste es irse con el balón a trompicones perseguido por Babiloni, y resuelve la jugada con tiro que es el tercer gol del Standard. Resultado del primer tiempo: REAL MADRID, 1; STANDARD DE LIEJA 2. Resultado final: REAL MADRID, 2; STANDARD DE LIEJA, 3. El Real Madrid ha realizado baldíamente uno de los esfuerzos más intensos y meritorios de su larga arrera de salto fie obstáculos en quince Copas de Europa. La crónica del juego tiene que ir dedicada al Standard belga, porsjee él fue el equipo Que hijo el mejor fútbol técnico individual y de conjunto, el grumo ordenado en sus movimientos tácticos, fútbol corporativo, con sensación de equipo completo, sin un fallo, sin un error, sin una grieta, estructurado con doble muro defensivo cuando el Madrid tenía la pelota, y desdoblamiento de la primera línea al correspondérle el turno de ataque. La crónica del resultado- -sin embargo- -podía ser distinta si mereciera la pena desmenuzar el proceso de los goles, sus causas y sus efectos en un se- EL PRINCIPE DON JUAN CARLOS PRESIDIO LA RECEPCIÓN EN HONOR DE LA FEDERACIÓN ECUESTRE INTERNACIONAL Su Alteza Real el Príncipe Don Juan Carlos de Borbón ha presidido la recepción en honor de los miembros de la Comisión Ejecutiva dé la Federación Ecuestre Internacional. El acto se celebró en el Instituto Nacional de Educación Física y Deportes, con asistencia del presidente del Comité Olímpico Español, don Juan ntonio Samaranch. La Asamblea de la Federación Ecuestre Internacional dio comienzo ayer en Madrid. Sus tareas finalizarán hoy. gundo partido de eliminatoria. El Madrid ha jugado mal este partido, pero la suerte ha sido más negra que su juego, porque el primer gol del Standard, cuando aún no había empezado a jugar bien el equipo belga, fue un donativo del meta del Madrid, que trazó el resultado de este octavo de final. Un gol de Standard aquí era peor- -para la posible fórmula de desempate- -que haberse traído el Madrid de Licja un 2- 0 en contra. Fue un fallo garrafal, un puro accidente, pues minutos después haría un par de paradas espléndidas, demostrativas de que su alineación había sido un acierto. Ese gol en contra deshizo al Madrid, le obnubiló, pues todos sus movimientos hasta el descanso estarían ciegos, sin luz en los ojos ni en el cerebro, un fútbol a base de piernas y pulmón, pero sin ideas. El Standard en esta primera fase sería un equipo perfecto en sincronización de acciones, jugaba a placer, hasta dar la impresión de que había demasiados cangrejos en el campo. Parecía que el Standard jugaba con doce o trece hombres y el Madrid con siete u ocho. Los conté y eran once contra once. Gran equipo el campeón de Bélgica, en plenitud de forma. Ya quedó cantado esto en la crónica del partido de Licia y se ha repetido aquí. La diferencia ha estado en que allí no tuvo fortuna el Standard y aquí, mucha. Porque hasta en dos paradas espectaculares y sensacionales del meta Piot cabe hablar del buen azar que ha tenido aquí el Standard, aunque pueda admitirse que la suerte va con el que la merece. El Madrid fallaba por donde tantas veces impuso su mando, por el eje gue componen Pirri- Grosso- Velázquez, aunque no por la pieza del joven interior de la rubia melena, sino por los dos motores de! eguipo, esta vez con bujías engrasadas. El Standard se comía al Madrid, pero no como en el romance que justamente confesaba ya me comen, ya me comen por do más pecado había sino por donde siempre hubo virtud y esta vez no pudo ser. El cuarto de hora de descanso fue para el Madrid como una cura de quince días en un balneario de aguas termales. Y los cambios ordenados por Muñoz constituyeron un acierto, pues el Madrid funcionó pronto con otro aire, más bien vendaval, en dirección a la meta belga. Zunzunegui arregló el eje como un mecánico especialista y dio un vigor y una velocidad al juego blanco que se tradujo en dominio territorial con amenazas constantes de gol. El Madrid estaba en lucha para levantar el partido; podía perder el partido y la eliminatoria, pero dispuesto a morir con las botas puestas. Era ya el gran Madrid de los cíen recursos, de los resortes morales. La san-

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