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ABC MADRID 26-11-1969 página 26
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ABC MADRID 26-11-1969 página 26

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. MIÉRCOLES 28 DE NOVIEMBRE DE 1 S 89. EDICIÓN ME LA MAÑANA. PAG. 25. munistas de norteamericanos y sudviet- DIRECTOR Torcuato LUCÁ de TENA j DIRECTOR ADJUNTO Pedro de LORENZO SUBDIRECTOR: Jesús REVUELTA IMAZ REDACCiQN. ADMINISTRACIÓN Y TALLERES: SERRANO. 61 MADRID. APARTADO NUM 43- TELEF 225 17 10 Editor: PRENSA ESPAÑOLA, a. A El ambiente optimista que rodea las conversaciones de Helsinki, por mucho que éstas no huyan entrado todavía en el fondo de la cuestión, presupone una posibilidad de entendimiento ruso- norteamericano, cuyas repercusiones, más allá de su reflejo inmediato en la concreta materia de los armamentos nucleares, no se harán esperar. El tejido de las relaciones internacionales habrá de verse afectado directamente; de forma especial, en lo que se refiere a los sectores que de forma más directa están urdidos por las lanzaderas de Washington y Moscú. Es de una importancia tal el tema, que se discutirá a principios de 1970, en Viena o en Ginebra, que los dos conflictos más escandalosos políticamente- -Vietnam y Oriente Medio- -se habrán de ver, por fuerza, afectados. El calado, más histórico que estrictamente político, de las negociaciones para la limitación de los armamentos estratégicos se explica por igual desde la importancia en sí del tema discutido, que desde todo lo que, políticamente, se encuentra implícito en tal negociación: la capacidad real de efectivo arbitraje sobre el mundo en que se encuentran soviéticos y norteamericanos. Si el Kremlin y la Casa Blanca pueden ponerse de acuerdo en lo más, también pueden convenir pautas y criterios en lo menos. Y si un conjunto de realidades surgidas, directa o indirectamente, de la segunda guerra mundial ha dado pie a que se hable de un espíritu de Yalta sobre cuya justeza conceptual todavía se polemiza, cabe apuntar ya que será menos discutida la expresión espíritu de Helsinki cuando se intente rotular con ella el concierto geopolítico en que, a la fuerza, habrá de resolverse el conjunto de las relaciones internacionales una vez que la S. A. L. T. haya comenzado a cubrir sus objetivos. Desde una óptica así se presentan como envueltas en un significado muy específico y concreto cuestiones tales como la dimisión de Cabot Lodge de su jefatura en la Delegación norteamericana ante la conferencia de París y las recientes declaraciones- -duramente críticas para el Gobierno de Saigón- -del general Minh, si hombre especialmente sintonizado con los criterios de Washington en otros momentos del problema vietnamita, propugnador ahora de una consulta nacional capaz de dar entrada a un Gobierno más permeable a las iniciativas de solución política tenazmente propuestas, en la avenida Kleber, por los representantes del Vietcong y por los portavoces de Hanoi. La dimisión de Cabot Lodge y las palabras del general Minh son hechos que convergen contra el futuro político del actual Gobierno de Saigón. Una cosa, la primera, par cuanto supone devaluación diplomática de la conferencia de París- y con ello un punto de quiebra, o simplemente de desequilibrio, para la común y compartida postura de diálogo con los co- namitas; la otra, en tanto que Minh significa para las opciones de la Casa Blanca en el Sudeste asiático, posibilidad de recambio y asociados con menores exigencias a la hora de buscar fórmulas de compromiso en los frentes militar y diplomático. Y si a todo lo dicho se suma el hecho de que Estados Unidos, según ha declarado William Rogers, mantiene conversaciones directas y secretas con ¡os comunistas, se induce como muy probable la hipótesis de que en la estela dei optimismo augural que impera en Helsinki se encuentre montado ya una suerte de acuerdo soviético- norteamericano orientado a acelerar el desenlace del problema vietnamita. Más difícil resulta, en cambio, inferir aproximaciones semejantemente operables de Moscú y Washington en la cuestión- de Oriente Medio. Las partes enfrentadas, aunque simétricamente abiertas a la influencia de una y otra sede de poder mundial, ofrecen un acusado grado de rebeldía a las indicaciones de sus respectivos protectores: Israel, con su tenaz no transigir en la propia postura, ha aventado los adarmes de prestigio que Norteamérica conservaba entre los árabes; y el presidente Nasser fulminó con una cadena de destituciones a quienes se prestaron- -permeables para las sugerencias de Rusia- -a la tarea de apear la cuestión israelí de su lugar supremamente prioritario en la política egipcia. Por todo ello no sería de extrañar que la cumbre árabe de Rabat, a la que incluso ha prestado si! adhesión el moderado, cauteloso y puntilloso régimen tunecino, sea tema de común consideración para soviéticos y norteamericanos en la línea de importantes aproximaciones expresada por el optimismo de Helsinki. Señor director de A B ü: Ruego a usted que publique en A B C esta carta. En el suplemento Los domingos de ABC del 16 de noviembre de 1989 aparece una selección del libro Cien españoles y Dios publicarlo por Gironella. Me lia llamado la atención la respuesta de la cantante Salomé Ella, sin vacilación, afirma que los hombres no tendremos pervivencia tras la muerte. Ella está viva; yo estoy vivo ahora. Pues bien, el mismo Hacedor de mi actual vida PUEDE hacer que yo viva después de mi muerte con la misma facilidad con que hace que yo viva ahora) Esa POSIBILIDAD me parece innegable, y conocer dicha posibilidad destruye la certeza de la inexistencia de la ultravida. Los hombres, actualmente, no tenemos certeza de la inexistencia de vivientes en otro astro del Universo, aunque ningún viviente de otro astro haya venido a visitarnos. ¿Se puede negar la existencia de los hombres terrestres por el hecho de que éstos no hayan visitado un determinado planeta? Todo viviente es una maravilla de ingeniería; mi organismo es una maravilla. El Hacedor de esta maravilla puede repetirla; el que me hace vivir ahora, puede hacerme vivir por segunda ves (tras mi muerte) con una vida más larga y más intensa. ¿Cómo sé yo que esa ultravida se realiza o se realizará? Porque la religión cristiana lo afirma como verdad capital comunicada a los hombres en Cristo. Y las señales que acreditan a la religión cristiana como religión predilecta de Dios son varias, aunque la mente de Salomé no las perciba aún. Todo esto podría ser amplificado extensamente, lo cual otros muchos españoles pueden hacerlo mejor que yo. (gwe nuestro Hacedor nos ilumine. -G. ARRIBAS, Seminario Menor de la Universidad Pontificia de Comillas. Con una punzante glosa, quizá ya olvidada as muclios, abría Eugenio d Ors, entonces Xenius la que había fie ser su más eminente sección periodística, el Glcsari en enero cíe 1906. Bajo una aparente friald: fl expositiva, d Ors describía allí las fiestas de ios solitarios la comida de Navidad de algunos seres aislados, cercanos, pero no realmente reunidos en algún pequeño restaurante de Baffeeiona. La efusión del día- -relata- -no les trajo consuelo alguno. Ni yo, ni yo misino, que a todos amaba, supe decirles nada. Y así es como aquellos seres solitarios, que de sus soledades venían, terminada ls triste comida a sus soledades volvieron. Medio siglo largo ha acentuado esa angustia ante la soledad, ante la incomunicación humana, que el insigne glosador catalán diagnosticaba apenas comenzada nuestra centuria. Toda una literatura de la incomunicabilidad ha surgido. Ha subido uno a uno esos peldaños del consenso universal que llevan al premio Nobel. ¿Estamos solos? Es posible que examinado el problema en SH radicalidad filosófica lo estemos. Si se considera el asunto desde su aspecto socia! la soledad ha perecido. No se encuentra el hombre solo ni aun en el refugio de su hogar. A través de muros casi transparentes la televisión del vecino le acompaña. Ya sabemos con cuánta solicitud la televisión previene- -si no crea- -todas nuestras necesidades, desde el detergente al coñac. En estas, ya inminentes, jornadas finianuales, la ausencia se transforma en presencia multánisne gracias a la proliferación de los christmas n rfde os. Millares de secretarias mecanografían Huilones de sobres que, horizontal nevada, van a esparcirse por todo el país. Malo será que algunos de esos tai- jetones no lleguen hasta 1 puerta del más aislado, del más misantrópico de los ciudadanos o campesinos. Los urbanícolas no sólo vemos así aliviarse la angustia de nuestra presentida soledad; medimos, por la afluencia de christmas el auge o el declive de nuestra situación social. Basta un simple cambio de cargo o empleo para que unos chirstmas que nos eran habituales nos abandonen 7 otros, desconocidos, nos vengan. El christmas es así no sólo mentís de soledades, sino barómetro de gracias políticas, financieras o sociales. Quien no haya de recibir ninguno bien hará en adquirir una tarjeta y franquearla es su propia dirección, dándose así por poco precio compañía y amigo, además de incrementar la honrosa actividad del cartero. Gracias a Pepín Fernández, esforzado promotor del christmas de vanguardia que es como una vigenciación de la costumbre, y a Fuertes de Villavicencio, que desde el Patrimonio Nacional pone las más bellas artes tradicionales en circulación, que es la manera de vigenciar la Historia, una costumbre que todos los años es discutida, progresa y arraiga con su revoloteo que parece especialísimo consuelo para solitarios. Desde el chrétmas oficial al amoroso, la costumbre aviva recuerdos, alivia solitudes, templa melancolías, alambra lágrimas. Sálvese el christmas remedio de soledades, en tanto alguien llore con su llegada, -Lorenzo IiOPEZ SANCHO. ISTMAS

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