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ABC MADRID 16-11-1969 página 158
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ABC MADRID 16-11-1969 página 158

  • EdiciónABC, MADRID
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N Vietnam, la tarea era especialmenmente difícil. En 1954, el país estaba dividido. Incluso dentro del Vietnam del Sur existen marcadas divisiones de carácter histórico, motivadas por razones geográficas, religiosas y étnicas. El colonialismo francés tendía a fragmentar la scciedad más que a unirla. Con estos antecedentes, lo que se hizo en el período 1966- 1968 fue de lo más notable, incluso heroico. El pueblo de Vietnam del Sur, que es muy individualista, desea un Gobierno democrático constitucional. Y en la medida en que nos sea posible ayudarles a mantener ese rumbo, debemos cooperar a que lo consigan. En tercer lugar, el sureste de África ha realizado considerables progresos económicos y sociales en los últimos años. Corea del Sur, Formosa, Tailandia, Malasia y Singapur están progresando con mucha fuerza y confianza. Indonesia está salienEL FUTURO DE ASIA ES EL FUTURO do lentamente de la bancarrota en que Sukarno la dejó y empieza a entrever el futuDE TODOS ro que sus notables recursos hacen posible si se mantiene la estabilidad política. En N la reunión de Manila de octubre Vietnam, a pesar de la guerra, ha prode 1966, las siete naciones que par- gresado el planeamiento para la posgueticipaban en la guerra se pusieron rra. No me cabe la menor duda de que el Vietnam del Sur puede llegar a ser un de acuerdo en estos cuatro puntos: éxito económico, como lo es Corea del 1. La agresión no debe triunfar. 2. Debemos romper las ataduras de la Sur. Nosotros, en los Estados Unidos, el pobreza, el analfabetismo y la enfermedad. Japón, Australia, Nueva Zelanda, y otros 3. Debemos reforzar la cooperación países que pueden ayudar, debemos asueconómica, social y cultural dentro de mir la responsabilidad de mantener la continuidad de este ímpetu en el sureste de Asia y en la región del Pacifico. 4. Debemos buscar la reconciliación y Asia. Finalmente, ni por un momento debela paz en toda Asia. Estos no eran meramente unos postes mos renunciar al sueño y al hecho de la indicadores del camino para tiempo de Nueva Asia En la época en que yo soguerra. Expresaban nuestro común pun- portaba, día por día, la carga de Vietnam, mi mayor consuelo, aparte de la actuación YO N O QUERÍA CONVERTIRME EN to de vista acerca del futuro de Asia. El primer requisito era conseguir una de nuestros hombres en el campo de bataUN PRESIDENTE DE T I E M P O DE paz bien vigilada en el sureste de Asia. lla, fue el hecho de que estábamos ayuSolamente una paz así puede justificar el dando a crear un nuevo espíritu de coopeGUERRA coste terrible en que han incurrido los razión y confianza en Asia y en el Pacífipueblos de Vietnam y de Laos- -así como co. Los pueblos y las naciones de Asia no el que han soportado el cooperado nunca antes, a lo largo esta decisión no se llegó en un solo tados Unidos y nuestrospueblo de los Es- habían dilatada historia, salvo cuando se aliados. de su día. Durante semanas estuvimos bus- los pueblos de Asia libre y del Esta vez hallaban bajo el dominio de un solo señor. Pacífico cando alternativas- -conscientes de deben del envío de nuestras tropas que por segunda vez desde 1945 estábamos nuevo. decidir que esto no ocurrirá de Después cuando empezaron a unirse. en 1965 fue enviando nuestras tropas a combatir conCuando escribí estas líneas no podía Además, los pueblos australiano y neotra un agresor comunista. Durante este tiempo fui dos veces a mi retiro en Camp saber cuál sería la situación en Vietnam zelandés tomaron una decisión crítica en David y allí reflexioné sobre las difíciles en la actualidad; pero sí sabía que si los la época en que llevaron sus fuerzas al opciones- tratando de conseguir que H Estados Unidos se muestran firmes se Vietnam: la de que su destino estaba ahoa decisión fuera la correcta y aconsejado conseguirá una paz satisfactoria. Y la ta- ra ligado al de Asia. Fui a Manila y recoconsistirá en por todos aquellos que yo creía que po- rea para el futuro ésta una tarea hacer que rrí Asia, en el otoño de 1966, para espoperdure. No será exclusiva lear este nuevo espíritu. Nadie creía más dían contribuir con su sabiduría. de los Estados Unidos- -ni de las naciones profundamente en él que mi amigo HaLa última cosa que yo deseaba, cuando que han asumido la responsabilidad con rold Holt, y su muerte fue un trágico golrecayeron en mí las responsabilidades y arreglo a los acuerdos de Ginebra de 1954 pe para mí. La tarea futura que tienen oportunidades de la presidencia, era con- y 1962- sino de todos los Gobiernos y ante sí los australianos, los neozelandeses vertirme en un presidente de tiempo de pueblos de Asia y el Pacífico. y los norteamericanos es la de llevar adeguerra Había demasiado que hacer en En segundo lugar, en el propio Viet- lante las políticas de interdependencia que nuestro propio país y había que ayudar a nam debemos hacer todo lo que podamos Harold Holt y los que con él trabajamos reforzar nuestros lazos con Europa y con para que iniciamos. el mundo en desarrollo. Pero la Historia sentativo. tenga éxito el Gobierno repreEl hecho de que, en plena guehabía decidido que yo me enfrentase con rra, el pueblo del Vietnam creara un Gola terrible elección entre intervenir o re- bierno constitucional es un milagro de tirarnos del sureste de Asia. Yo no podía nuestro tiempo. En e s t o s años hemos eludir ni demorar la decisión. aprendido lo difícil que resulta para una LA RECONCILIACIÓN EN VIETNAM Durante los tres años siguientes, la si- nación en desarrollo mantener estable un Y EL CASO DE LA CHINA COMUtuación mejoró notablemente. Aumentó Gobierno constitucional. En este siglo herápidamente nuestra potencia militar en mos visto derrumbarse Gobiernos demoNISTA- tierra. Las medidas que habíamos toma- cráticos, incluso en la adelantada Europa do en los primeros años de la década de occidental. Sabemos que en Iberoamérica los sesenta para ampliar y diversificar existen muchas dificultades para que la O podemos retractarnos de nuestros nuestras fuerzas empezaba a rendir sus democracia funcione y para que se adcompromisos de seguridad en Asia. frutos. En opinión de todos, nuestros sol- quiera el hábito de traspasar pacíficamenAl apoyar el Tratado de No Prodados e infantes de Marina igualaban a te el poder en los plazos constitucionales. liferación estamos pidiendo a esas nacualesquiera de los que jamán hubieran Conocemos los problemas de gobernar de- ciones, entre otras cosas, que renuncien luchado bajo nuestra bandera. Eran tam- mocráticamente en África, en el Medio a fabricar o recibir armas nucleares. Este bién los mejor equipados. Su potencia de Oriente y en otras partes de Asia. Tratado, que tiene gran interés para el Gobierno que es objeto del ataque, y asi, la edificación de una nación poscolonia I en el Sur- -con todas sus dificultades- -estaba entretejida con el conflicto militar. Y, finalmente, la guerra de guerrillas es, por su naturaleza, un lento combate de desgaste, que suele aparecer cómo eterno y sin esperanza: el modo en que Hanoi deseaba que se manifestase. En el invierno y en la primavera de 1965, los norvietnamitas iniciaron la escalada de la guerra- -infiltraron millares de combatientes del Norte a través de Laos, Cambodia y la zona desmilitarizada. Era evidente que se proponían dar el golpe decisivo. Enfrentado con esta situación, en julio de 1965 recibi este informe de mis consejeros Con respecto a Vietnam, tenemos que elegir entre estas tres lineas de conducta: Primera. Cortar nuestras pérdidas y retirarse en las mejores condiciones que sea posible, condiciones que con toda seguridad serían humillantes para los Estados Unidos y muy perjudiciales para nuestra eficacia en el escenario mundial. Segunda. Continuar al mismo nivel, aproximadamente, limitando las fuerzas de los Estados Unidos a unos 75.000 hombres para realizar una labor de contención y aprovechar las oportunidades, si bien hay que reconocer que probablemente se debilitaría nuestra posición. Tercera. Aumentar sustancialmente la presión militar de los Estados Unidos contra el Vietcong en el Sur y contra los ñorvietnamitas en el Norte y lanzar al mismo tiempo una ofensiva en el aspecto político para lograr la apertura de negociaciones. Decidimos lanzar el peso de nuestra potencia en el aire contra el Vienam del Norte y entablar batalla en el suelo con nuestras fuerzas. fuego y su movilidad eran superiores a las de otras fuerzas anteriores de nuestra Historia. A fines de 1967, las principales fuerzas del enemigo habían sido derrotadas, batalla tras batalla. Y el Vietnam del Sur contaba con un Gobierno libremente elegido con arreglo a una nueva Constitución. Situación muy 1 distinta de la de aquellos días- -después del asesinato del presidente Diera- -en que se sucedían los golpes de Estado y la autoridad de Saigón estaba en constante tela de juicio. Sin embargo, el enemigo conservaba la potencialidad suficiente para lanzar ataques masivos contra las principales ciudades del Vietnam del Sur, para infligir graves pérdidas y para aumentar en millares el número de refugiados. Su ataque durante la tregua del tiempo pascual y a final de 1968 no logró su objetivo de inspirar una revuelta y derribar el Gobierno. Pero si inspiró pesimismo en mucha gente, especialmente aquí, en los Estados Unidos, acerca de las posibilidades de terminar la contienda en condiciones acepables. DE LA COOPERACIÓN PUEDE NACER LA NUEVA ASIA E E A N 30

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