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ABC MADRID 13-11-1969 página 124
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ABC MADRID 13-11-1969 página 124

  • EdiciónABC, MADRID
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NUESTRAS CRITICAS Edtc. Cultura Hispánica. Madrid. r ITUACIÓN. -El premio Leopoldo Pai j ñero, que discierne el Instituto de Cultura Hispánica, honrado con los nombres de José Luis Prado Nogueira (1965) de Rafael Guillen (1966) y de Aquilino Duque (1967) se decora este año con el de Fernando Gutiérrez, poeta nacido en Santander (1912) pero enraizado en Barcelona, donde ha publicado casi toda su obra: Primera tristeza (1945) Los ángeles diarios (1947) Anteo e Isolda (1950) Algunas veces- -con riesgo de fatiga propia y ajena- -he insistido sobre la incomunicación de las Españas, refiriéndome a la radical ignorancia que el resto de los españoles tiene expresiones en la lengua vernácula de Cataluña. Pero el fenómeno es curiosamente prolongable con los escritos de lengua castellana afincados en el solar barcelonés, aquejados por una extraña situación fronteriza en la que son ignorados o incomprendidos por partida doble. Algún día comentaré la atroz injusticia de esta actitud y sus incalculables consecuencias. ORIGINALIDAD. Las puertas del tiempo -conforme a n sistema que Fernando Gutiérrez ha ensayado ya- -es ten libro poético unitario; es decir, ambicioso. Se trata, en esta ocasión, de un amplio poema que se desarrolla en torno a un eje central: a un tenia único: la creación del hombre. Tomando varios pasajes del Génesis (I, 1; 27; 22; 1; IV, 1... el poeta da su versión lírico- dramática del prodigioso suceso. Quien escribió estas lineas pecó acoso por ver las cosas demasiado humanamente anota el poeta en una página liminar. Quiere decir que, de modo previo, el autor prescinde de cualquier grandiosidad escenográfica, al modo miguelangesco o miltoniano, para intentar ver el acontecimiento, a nivel de la criatura humana, de abajo arriba, en dos sentidos: intentando una recreación de la primera tonta de conciencia del primer ser racional ante el mundo, y dotando al Dios creador de una. conciencia análoga a la de su criatura. En unas páginas recientes he intentado, tímidamente, explicar que lo que sucedió en el Principio no fue el Verbo (como quiere San Juan) ni la Acción (como quiere Goethe) sino que en el Principio fue él Espectáculo es decir, el asombro del hombre primigenio ante el gran escenario del universo. Y este momento es el que recoge Fernando Gutiérrez: Y Adán, primero levantó la cabeza, vio la mano que lo hizo y tocó, miró la boca que sopló sobre él santa miseria. Y en su primer vagido sin infancia gritó el miedo y el gozo de la vida. El Señor suspiró. Tiernas, parieron sus altas manos nobles, ya cansadas en el difícil, claro y sexto día. Después se fue y Adán quedó solo. Sobre la Tierra, como un mar, la vida. LAS PUERTAS D E TIEMPO De Fernando GUTIÉRREZ Por Guillermo DIAZ- PLAJA De la Real Academia Esnaüola Y otra vez miró el hombre. En sus pupilas todo empezaba, limpio de miradas, por estrenar aún desde los ojos. Y vio que estaban bien. (pág. 19) Pero para üegar a esta toma de conciencia, en su gozosa y estremecida plenitud, el poeta crea una imagen previa de Dios, en ¡a que el Creador se siente patéticamente solo entre la nada y el vado. ¿Era el miedo de Dios, el primero, el más alto, más ancho y hondo de los miedos? (pág. 12) El sabor de la nada- -debió de ser tan acre- -como un viento de otoño en el desierto... (pág. 13) 1 Creador está fuera del espacio y del tiempo, porque estos son dos conceptos limitados a la medida del hombre. Fernando Gutiérrez conoce bien lo que pudiéramos llamar la poética de la atemporaUdad, él valor estético de imaginar el tiempo inexistente, el que todavía no se ha producido, como cuando en el Homenaje a Bécquer Rafael Alberti dibuja un- mundo en que todavía el viento sueña los cabellos que peinará, y el fuego, las mejillas que un día habrá de encender. Y, justamente, en la medida de esta inexistencia, en función de un futuro todavía nebuloso. Dios adquiere- -como su criatura humana- -la conciencia- de su soledad. Y sin pasos anduvo los inmensos, los sordos lugares de la sombra que luce y es oscura a la vez. Entonces todo era lo que sería: lo que serian las luces, lo que serian los árboles, lo que serian agua y pájaros, lo que serian peces y montañas, lo que seria el hombre, la mañana y el niño, lo que no era todavía. Lo que no era. Y conoció la soledad. (pág. 12) HONDURA. -El poema, pues, respira hondo y se eleva a planos trascendentales de pensamiento. Describe la creación del hombre Y Dios ya nunca estuvo solo y el del animal fiel, a quien puso nombre, Estos nombres los usó para hablar y no estar solo. El primero fue Perro (pág. 21) y la mujer, cuyo primer nombre es Tú (pág. 27) Y el Pecado Original, en el que Eva ofrece a Adán de boca a boca el fruto verdeazul de la muerte (pág. 34) Y la presencia no apocalíptica. sino entristecida, de Dios. Y la extraña extensión del castigo, que se despliega injustamente hasta los animales ¿qué manzana, morderían los perros, que paría la perra con dolor? pág. 42) Y el nacimiento del hijo, Caín, como gozosa y extraña recompensa del pecado; como el goce del vivir, el paladeo del paisaje, la alegría del esfuerzo, el entender la existencia como dulce fatiga, con la campaña de tos seres humanos y de las anomalías del Señor, que deja a sus criaturas que sean, a la vez, creadoras. Y la hermosa comprobación de que Adán no fue niño jamás como sus hijos- -que cobraron despacio la magnitud del hombre (pág. 50) y Ut aparición de la Muerte sobre la existencia humana: Y allí, a la puerta, Dios. Y aunque Adán no veía su cara, amarga mente, pensó que estaba triste. Entonces se miró las manos: se las trajo vacias de la vida. Y pensó que el final de la vida era éste, y que, a pesar de todo, la vida continuaba siendo hermosa. Pero ahora sólo le quedaba la muerte. Y vio que estaba bien. (pág. 56) FORMA. -Este hermoso libro poético tiene la andadura versal que le conviene. Un verso blanco de amplia estrofa heterosilábica, cuya característica es ese sosiego, que musicalmente diríamos de andante maestoso En esta manera ajustada brilla de pronto la metáfora valiente, como un relámpago, sobre un decir de jugoso y grave castellano, de tono discursivo y, a veces, incluso, meditabundo, con descenso perfectamente premeditado a la frase coloquial o popular, cuando así conviene a la intención del poeta. DE LIBRERÍA ULTIMAS NOVEDADES ED. AGUILAR: La gaviota (Colección Crisol) de Fernán Caballero; Obras completas vol. IV, de Ramón Vén de Ayal Pintora china de IMDchael Coartéis, y Tintura japonesa. de Theo Lesoualc. de la Histo rJ de la natura. Versión española al euldad i de B. Sanies Torroella. ED. GUADARRAMA: Mcfistófeles y el andrógino de M. Eliade; Don Juan y el donjuanismo de M e r c e d e s Sáenx- Alonso; Entre el destino y la voluntad de K. Jaspers; El antiguo régimen y la i- evolución de A. de Tocqueville. ED. PLAZA Y JANES: Hombre, materia, evolución y vida de Venancio Sarcia Rodríguez; La guerra secreta del petróleo (Colee. Rotativa) de ¿actúes Bergier y Bernarcl Thomas. ALIANZA EDITORIAL: Tragedias Los caballe- -s de Absalón La devoción 0 1 Cruz El Mágico prode digioso y La cisma de Inglaterra de P. Calderón de la Barca. ED. QUEVEDO: Perfil humano de Stafael T fj Ü de Lorenzo Pérez Agnado. ED. SAGITARIO: Eros y ágape de Andera AREtODISIO AGUADO: Gracias por nada de José Potti; Camino de las liradas de Gustavo Vascénez Hurtado.

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