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ABC MADRID 05-11-1969 página 8
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ABC MADRID 05-11-1969 página 8

  • EdiciónABC, MADRID
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LA MUJER QUE FUE MUSA, PASIÓN Y TORMENTO UE una mujer pueda ser a la vez estas tres cosas, lo demuestra la existencia azarosa de la rusa Polja Prokofiewna Suslova, que inspiró y atormentó a un grande hombre del que fue muy querida y que dejó con sus creaciones huella profunda en la literatura universal. Se llama este hombre, nacido en Moscú en 1822, Fedor Dostoievski, cuyos perso. íajfés, que alcanzaron la inmortalidad- -Ra kolnikoff, Sonja, Ekaterina Ivanowena- son magistrales retratos psicológicos de seres reales sumidos en el vicio, la desgracia o los remordimientos, en los bajos fondos sociales o en los dorados salones de Moscú y Petrogrado de mediados del siglo XIX Como la Suslowa escribió un diario reflejando los avatares de su vivir, no hay más que acudir a sus amarillentas páginas para conocer los pormenores de estas dos vidas Q torturadas, y en parte reproducidas en novelas tan famosas como son Crimen y castigo los hermanos Karamazoff y El jugador que han quedado como modelo de desgarradas narraciones arrancadas a una tremenda y amarga realidad. Analicemos, pues, sucintamente, estos tres aspectos de la mujer que fue para Dostoievski inspiración, amor y sufrimiento, que ella misma describió en su dietario íntimo. Polja Prokofiewna Suslowa, musa, pasión y tormento de Dostoievski. Toda la infancia de Fedor Michallowich Dostoievski, junto con la de sus cuatro hermanos y dos hermanas, transcurre en el Hospital Marinsky de Moscú, de une de cuyos pabellones era su padre, Miguel, médico jefe, y donde tenía su vivienda. Hombre éste alcohólico y mujeriego, fueron sus excesos contrarrestados por la madre, muy religiosa y de puritanas costumbres, que ejerció hasta su temprana muerte benéfico influjo sobre sus hijos, que quedaron totalmente huérfanos y desamparados al ser el padre asesinado. Bajo la tutela de unos parientes, Fedor, iniciados sus estudios superiores, ingresó en la Academia Militar de Ingenieros de San Petesburgo, donde alcanzó la graduación de teniente. Pero padeciendo crisis de epilepsia y sin mayor vocación por las armas, abandonó esta carrera y se dedicó a escribir todo lo que su poderosa fantasía le dictaba. Y fue así como empezó a frecuentar círculos intelectuales y revolucionarios, asimilando pronto las deletéreas ideas y doctrinas que agitaban a la juventud rusa de su tiempo, hasta el punto de verse envuelto en una conspiración política que, p o r atentar contra la vida del Zar Alejandro H, mereció que un tribunal le sentenciara a muerte. Indultado por el Soberano y conmutada la pena por la de trabajos forzados en Siberia, toda su juventud la pasó en la colonia penitenciaria de Omsk, sufriendo los rigores del frío y del hambre, además de los de la prisión, de la que pasó a un batallón disciplinario. Y por fin, perdonado nuevamente por el Zar, regreso a Petrogrado dispuesto a disfrutar de una libertad que le parecía mentira y que consideró propicia para sumirse en garitos y lupanares en cuyo ambiente se moverían después muchos de los dolientes protagonistas de sus sombrías novelas. Animado por el critico Belinski, que administraba su facundia y la facilidad de su brillante estilo, publica dos libros: Gente pobre y Memorias de la Casa de los Muertos -que no es el cementerio, sino el presidio siberiano donde cumplió su condena- alcanzando ambos, por su crudeza, un éxito halagüeño que le dieron fama y algún dinero. Y a ellos siguió otro: Humillados y ofendidos en el que se inspiró Víctor Hugo para sus Miserables Pero, hombre sensible, Fedor sintió el flechazo de Cupido y se enamoró de María Isajewa, casada con un empleado mi- Fedor Dostoievski.

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