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ABC MADRID 02-11-1969 página 147
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ABC MADRID 02-11-1969 página 147

  • EdiciónABC, MADRID
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e cultura- La reforma de- nuestros enseñanzas hay que afrontarla radicalmente porque casi nada de lo que existe vale. Estamos formando anticuados arquitectos con medios anticuados, con conceptos anacrónicos de genio universal, de especialista de todo sobre el papel, abandonando en cambio lo que de especifico tiene nuestra disciplina. ¿De dónde le parece a usted que parte el procedimiento equivocado? -D e s d e los tiempos remotos se kan multiplicado las técnicas, pero ha permanecido invariable la a n i d a d del hecho creador: aquí está el problema que debe ser seriamente meditado para afrontar correctamente su solución difícil y por ahora no se ve claro que esto se esté haciendo, aparte del esfuerzo del Consejo Superior de Colegios de Arquitectos, que se ha planteado seriamente el análisis y estudio de esta cuestión. Cada una de las técnicas que inciden en el hecho arquitectónico exige la espedattzadón, y todas esas especialidades claman por la visión unitaria y general que exige una obra de arquitecEstá claro, para Javier Carvajal, que nos encontramos a las puertas mjjarifts de una nueva mecánica profesional, con la aparición del equipo de arquitectura como extensión del concepto de arquitecto, no como agregación inconexa de especialistas, sino como coherente colaboración de técnicos encaminados, dentro de cada una de las ramas de su conocimiento, a la consecución de un fin único que necesariamente requiere la figura del proyectista general- -el arquitecto- no dictador, sino colaborador, que tiene la responsabilidad de la visión general y la unidad de la obra. la arquitectura vena abrir sus. puertas a amplias colaboraciones euiiqucciendo sos posibilidades y manteniendo su carácter unitario. Nuestra carrera exige unos conocimientos que en cierto modo están más vertidos hacia el mundo de las ciencias humanas que hacia la ingeniería y sus técnicas, sobre todo si se piensa en la integración en los equipos de técnicos no arquitectos. Sume usted a esto la masificación de nuestras Escuelas- -4 a de Madrid con cecea de cuatro mil alumnos- -y la insuficiencia de nuestro profesorado- -creo que aquí somos unos dieciséis catedráticos y cerca de trescientos profesores auxiliares- y añada el ensañamiento casi total entre alumnos y profesores que esa y anacronismo p r o d u c e y J tendrá usted un panorama de la gravedad del problema, sumándose además la insuficiencia de nuestros locales y la falta de medios de que las Esencias disponen. MADRID. SIN ARRAIGO Mucha tinta se ha gastado en comentarios acerca de la desaparición de tos antiguos palacetes del paseo de la Castellana. 3 problema, como siempre, trasciende de la arquitectura y del urbanismo. Es un problema cultural y de mentalidad histórica. -Contra lo qué tanto se dice, yo creo ae tenemos, colectivamente, una mentalidad antitradictonal y antihistórica. Somos el país meaos tradicional de Europa. Tal ves porque desde la edad escolar nos están hablando del pasado, o demasiado bien o demasiado mal, y todo fat excesivo es pernicioso. Por una parte es como una acoaseiente vocación 4 e expósitos, ve no tener padre, ni antecedentes, y por otea como una aterradora soberbia colectiva de pensar que nadie de quienes alentaron antes que nosotros biso nada que merezca ser aprendido. Así nos sentónos insoüdarios con todo lo anterior, en un desear ser sai recién nacido de Afinca, cuando somos país viejo de Europa, de esa vieja Europa que estalla de Juventud. Concre- tamente Madrid se ha convertido por esas andaduras en una ciudad sin tradición omn dudad dríuiTf p 1 de un país recién inventado- sin carácter, sin raíces. ¿Quién tiene Ja culpa? Nos mira fijamente, pero sin responder. Después se quita las gafas, como si el que estuviesen empañadas le impidiese oír bien. Pero nos ha comprendido perfectamente: ¿Que quién tiene la culpa? Todos hemos sido responsables: las viejas familias, que no han entendido so papel; la gran clase media, que ha creído afirmar su personalidad acabando con todo cuanto ella misma no ha creado; el Estado, que no ha sabido defender unos intereses culturales e historíeos más allá de lo meramente privado, creando un sistema de defensa que hubiera posibilitado la conservación de t a n t a s cosas desaparecidas- -unas ciertamente por rasones de pura WM i HlB 4 Ítí w ÉM m ¡ci a a r l f c tb rmJUj m. i concepto mifflf de la sociedad d que entra en juego, al afrontar los problemas urbanísticos. El urbanismo no conseguirá brillantes resultados, al margen de los planteamientos de estructura que te condicionan. ¿Es un problema de arquitectos? -No es tan sólo un problema de arquitectos, sino que básicamente exige un claro planteamiento de los puntos de partida y de los objetivos que en terreno político, económico y sociológico se- pretenden. Este es d real planteamiento de fondo; lo otro, lo que generalmente se entiende por urbanismo es, en la mayoría de tes casos, problema de diseño o de remodelación urbana qse, sin un planteamiento de fondo cierto, no es más que na salir al paso de tos problemas cotidianos sin enfrentarse realmente con la realidad. Tanto el problema de fondo como los de tante esfuerzo previo de investigación, de toma de datos, de precisión y de organización. -Por desgracia, nuestra sociedad no ejrtii arofttauMBrawa a- plaBlCAPse y ateaos a abordar estos problemas, sin te cual todo queda en improvisación y soluciones de emergencia. Nuestra sociedad- -en t o d o s sus niveles- -no se ha dado aun cuenta de la gravedad del problema, te cual invalida toda iniciativa de acción eficaz. Ahora se aipieta a tomar ondeada d d problema de las grandes ciudades, pero se toma conciencia cuando ya no tiene, casi, solución. Pero cuando se perfilaba como un futuro cierto, nadie dio audiencia tes Be clamábamos por planear su remedio, entonces posible. Mientras hablaba, Javier Carvajal daba vueltas en sus manos a un portaminas. -Incluso ahora- -añade- -d problema de las grandes ciudades se ve como un problema de pura casuística, aislado en la dudad misma, sin relación con el contorno comarcal, regional o nacional, según tos casos. Le preguntamos que cómo ve la solución de Madrid. -La solución de Madrid ya ao está en tes estrechos límites de su dilatado perímetro, sino en su interiand -regional, y- sus problemas deben abordarse no dentro d d concepto de dudad, sino dentro dd concepto de dudad- región. Cualquier error ea este sentido puede ser funesto y cuaV quier improvisación t e n e r incalculables consecuencias. Una nueva Universidad, una nueva zona residencial, un nuevo centro administrativo ao pueden pensarse ya, sino dentro de una ordenación general que afecta posiblemente a un área de 56 kilómetros de radio, como mínimo, y desea- cadena consecuencias imprevisibles en d tiempo. Afirma, asimismo, Javier Carvajal, que tos problemas de infraestructura- -de redes viarias, de transportes, servicios, etc. deben estudiarse previamente a la implantación de nuevos núcleos, lo cual exige una visión amplia y previsora. -Hay otros problemas, como son los de descongestión de las grandes ciudades, que ai tan siquiera pueden resolverse en los límites de su propio interiand regional, sino dentro, ea las provincias, creando aivetes de vida capaces de frenar la inmigración y fomentar iaduso la reauaigradóa. La táctica está bien cuando existe la estrategia, pero la táctica sola no gana, a la larga, batallas. Pretender que tes males están ea otro sitio es engañarnos. Cierto que tes problemas de diseño tropiezan coa tes vicios de la propiedad dd sudo, partida y atomizada, con la especulación, con la pugna de intereses y derechos particulares y coateauiccioaes y coa tes tos planes. Marino GÓMEZ- SANTOS 36 ser una carga insoportable para sus propietarios, a los que no se les podían pedtr Chatet en Somosaguas. aptitudes de heroísmo- tos técnicos, que no han atendido en sus propuestas a más ratones que las de la mera técnica, y los que deberían ser guias y mentores del pensamiento de la sociedad, olvidándose de su función, deformando e ignorando. EN TORNO AL URBANISMO Antes de finalizar esta conversación con Javier Carvajal nos referimos al problema medular, que en este caso es el urbanismo. -El urbanismo, desde su misma rafe, se enfrenta con las realidades económicas, sociales y políticas sobre las cuates debe operar y que mucha veces llegan a deformar aquellas soluciones óptimas que lo serian en el terreno de fat ciencia urbanía tica pura, de la investigación y de la teoría. El urbanismo es, en cierta manera, la expresión más clara el status sociológico de los wtbla piuut. al afrentarnos con. él aos vemos obSgados a plantearnos las razones de su justificación. Son los propios conceptos políticos y en electa

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