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ABC MADRID 02-11-1969 página 19
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ABC MADRID 02-11-1969 página 19

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. DOMINGO 2 JOB NOVIEMBRE DE 1969. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 19. DEMOCRACIA CAZADORA Una singular capacidad para aplicar lo más solemnes y elevados conceptos a cuestiones de menor cuantía- -gracias a k cual somos grandes creadores de la trascendencia de lo baladí- -puede quizás compensarnos, a los españoles, de muchas otras incapacidades y menguas. En admirable y competente ejercicio d tal capacidad se han relacionado ahora nada menos que la función social del derecho de propiedad y una estimación mumériea de la democracia, como realidad social y política, no con la planificación del desarrollo eiconómico o con el mecanismo representativo sindical, pongamos por caso, sino con el derecho a cazar que, aun avalado por su antigua y noble tradición, no supera el relativo nivel de interés comunitario que merezca la prástioa de un excelente y popularizado deporte. Salvados, desde luego, los respetos que merecen personas y opiniones discrepantes, parece excesivo que al enjuiciar la Ley de Caza prevalezcan, sobre las consideraciones deportivas y técnicas, criterios políticos o contrastes de sociología elemental. ¿Quién no estará de acuerdo con el. deseo de abrir a todos la posibilidad de cazar gratis, sin pagar el terreno asiento de la caza ni el paisaje que cazando se otea? Y lo mismo se podría coincidir en el ideal gratuito de automóviles para todos los aficionados a conducir, frontones para todos los adeptos al juego de pelota, piscinas para todos lo nadadores, etc. etc. Esto, sin salimos del terretao deportivo, pues que las urgencias del deseo serían mayores y más graves en otros ejercicios y disfrutes sociales de superior calificación. Pero a la coincidencia en el deseo se sobrepone algo tan difícilmente modificable como la realidad; la antipática realidad, obstinada en prestarse muy poco a transformaciones político- legales que no la tengan en cuenta; que prescindan de sus propias y previas leyes. ¿De qué forma, verdadera y cierta, dai todo a todos, o igual a todos, o a todos privar en idéntica proporción? Endemoniada pregunta para la cual mucho tememos que sólo exista, en la práctica, urna respuesta análoga al ofrecimiento de compota del esotérico cuento A través del espejo mañana compota y compota ayer, pero nunca hoy compota Inevitable la limitación de la caza, no afirmamos, sin más, que deba prevalecer para ordenarla, el módulo limitativo del precio. No sería un enfoque correcto del problema, pues ocultaría a la visión del mismo una cuestión previa: el valor económico, el coste de la caza. A partir de éste, la caza tiene, nos guste o no, un precio. Y sin ocultar a la comunidad lo que vale la caza, su precio, hágase la organización que se quiera o a más plazca. Pero si se argumenta con la democracia cazadora, procédase con más correcta conducta democrática. Supongamos que una modificación de la Ley de Caza en las Cortes aumenta la superficie de los terrenos municipales abiertos a la caza, sin más trabas que las licencias y las vedas, dejando libre el cincuenta por ciento de tal superficie. Pero no nos echemos todavía al monte, porque nuestro tiros andarían más cerca de ser privilegio de minoría aficionada que reconocimiento democrático de aceptado ejercicio. Hágase, según las ofertas económicas que existan paira acotar esta superficie comunal ampliada, el cálculo de lo que por este concepto, sean millones o cientos de miles de pesetas, ingresaría el Municipio. Conocida la cifra por todos los vecinos del mismo, cazadores o no, que decidan por votoe si prefieren perder una cuantiosa suma de dinero anual, con la que podrían perfeccionar sus servicios municipales, o prefieren ganarla limitando el derecho a la caza en sus terrenos comunes. En muchos Municipios españoles- ¡y para qué contar de su situación hacendística, de su atraso y sus penurias! -el precio de la caza se cifra en millones. ¿Qué diría, sabiéndolo, porque debe saberlo, la mayoría. democrática de estos pueblos? Merecería la pena ensayar este o análogo sistema para darle legítimo fundamento a la democracia cazadora. Para que cazasen los cazadores, sabiendo y dando por bueno todos el gasto que supone la caza. Lo que cuesta el deporte cinegético. Hermosa, digna de expansión y estímulo, es la afición a cazar. Importante, hasta merecer una regulación legal, discutida en las Cortes. Pero- ¡por Dios! -no hagamos trasoendentalismos políticos sobre ella. No facilitemos, con la mejor intención, Babias populares. No ayudemos a inventar, en la línea de los sucedáneos, la participación en la perdiz y en el conejo. planetario LA ALIENACIÓN COMO MÉTODO COMERCIAL Con celeridad sorprendente un enorme edificio progresa bacía lo alto. Es una estructura aparentemente monolítica. Los bloques prefabricados se ajustan entre sus pautas de hierro. El edificio será ciego, sin ventanas al exterior. Toda su anatomía está subordinada a la rapidez de la construcción, a la eficacia de su funcionamiento. Se quiere que esta suerte de torres de Babel, destinadas a albergar grandes almacenes comerciales, carezcan de referencias al ambiente exterior. Según parece, los especialistas en comportamiento humano han averiguado que unas nubes ligeras radiantes de sol por sus bordes, un cielo plomizo y apretado, una lámina pulverizada de lluvia, influyen sobre el ánimo de los vendedores. Las estadísticas de ventas son sensibles a esos cambios atmosféricos que deprimen, exaltan, alienan de alguna manera al dependiente encargado de la relación con el presunto vendedor. No quiere el comercio someterse a la caprichosa meteorología y por eso destierra la ventana, que es como proscribir al Sol y a los pájaros, al polen y al trino, para que, inmerso en una atmósfera condiciona da, el vendedor dé la suavísima curva del rendimiento constante y deseado. Ya se ha llegado a eso en lo que un tiempo fue arte o artesanía del comercio y hoy es ciencia todo lo exacta que permitan ios basamentos psicológicos. Se sabe exactamente ya cuáles son Jos emplazamiento que más venden; qué colores inducen al visitante a comprar; cómo han ele ser de medidas, de formas, fie rótui s y dibujos los envases. Todo ello significa que el comerciante ha alcanzado ya el sutilísimo nivel de la araña, la destreza aprehendedora dé la hormiga- león. Iluso es quien, penetrando en uno de estos modernos santuarios de Mercurio, cree que dispone de su libertad de elección, de una autonomía decisoria. Su conciencia individual quedia sometida a una calculada serie de sugestiones, de provocaciones, que le inducen las imágenes, objetos y fórmulas asociadas a cada producto, canalizadoras de su voluntad de adquisición. Así es como el ciudadano de las sociedades de consumo abdica, sin darse cuenta, una parte importante de su libertaid de elección. Más allá del marketing el piscanálisis descubra al comerciante la gama de las necesidades cultas del individuo y los métodos mediante los cuales esas necesidades pueden ser convertidas en deseos y éstos en impulsos. los nuevos almacenes, cerradas a toda influencia exterior, oscuros de toda luz que no sea la que en sus mismas entrañas se fabrica, vienen a ser como inmensas estámagos donde se digiere nuestra libertad después fle haber comenzado p r arrebatar al eíército de los vendedores el eontacto con las externas influencias alienantes, de la misma manera aue en las modernas granjas avícolas se hace crecer y engordar a los pollitos sometiéndoles a un régimen de fliurnidad artificial, pero permanente. Manipulado, condicionado, sometido, el hombíe que va al teatro a expresar sus protestas y al estadio a liberarse de sus frustraciones cae en la sumisión al comerciante. Heide rfcer dijo un día que el hombre es un ser para la muerte No. Ahora el hombre es un ser para el comercio. -Lorenzo LÓPEZ SANCHO, norteamericano. Si tenemos en cuenta que durante la década de la Alianza para el Progreso la cooperación económica con el Sur se producía en el rígido marco de las dos condiciones inesquivables- -compromiso de consumir los créditos en el mercado del país que los otorgaba, y fidelidad ideológica al constitucionalismo del Norte- no se nos aparece como osado el atribuir a tal filosofía de las relaciones intsramericanas una contribución fundamental a la inestabilidad política del hemisferio. Si las condiciones de los créditos no abundaban en la promoción económica del mundo iberoamericano, sino que, año tras otro, ahondaron el foso que le separa de la sociedad superdesarrollada del Norte, y, además, se agravaba con ello la inestabilidad social de sus comunidades nacionales, las condiciones ideológicas que se imponían no cooperaban a otra cosa más que a multiplicar, políticamente, las sacudidas y la inestabilidad toda engendrada por su interior desequilibrio. Los intentos de democratización social y desarrollo económico promovido? gor Gobiernos militares, en su composición y su origen, parecen haber estado tan presentes en la carta interamericana propuesta por Nixon como las recomendaciones formuladas por Nelson Rockefeller en su informe. Bien venida sea, pues, la nueva doctrina estadounidense s o b r e Hispanoamérica, por todo lo que aporta de realismo y por cuanto conserva de las buenas intenciones de la Alianza para el Progreso. Pulverice OZONOPINO RUY- RAM que, mezclado con agua y lanzado a la atmósfera, la purifica, dejando un ambiente sano con su delicioso perfume dé bosques (3.209. RTTT- RAM -HIGIENISTA- MADRID A LA PEBITOS CON EXPEMEMCIA para su estudio de proyectos, se necesitan. Presentarse de 6 a 9. Muro Contratas Eléctricas. Clara del Rey, 60. Absoluta reserva. Sueldo a convenir.

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