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ABC MADRID 29-10-1969 página 125
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ABC MADRID 29-10-1969 página 125

  • EdiciónABC, MADRID
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PROSCENIO- -iPuede, con sinceridad, hablarse de chiste? en un concepto moderno del teatro? ¿Puede haber teatro de humor sin chiste -En efecto, a mi (me parece que si, iue en el teatro moderna lo ideal es prescindir del o chiste. Digo teatro moderno 3 porque el teatro fornico del 98 S está basado fundamentalmente j en el chiste, en el retruécano. P Si un señor es muy malo, lo K gracioso es que se llame Casg to El público sé divertía, con j eso. Hoy no vale. Lo ideal del teatro de humor es extirpar ese chiste. -Sin embargo, ¿podría usted hacer una comedia muy actual utilizando los viejos recursos del retruécano, los equí- vacos y los juegos de palabras? -Los recursos del teatro de humor son muy pocos. Lo que pudiéramos llamar lo actual de una obra radica, principalmente, en la forma que se da a esta obra: la diferencia que puede haber entre el teatro de- -En la mecánica t e a t r a l eon Jardiel; en el diálogo, con Tono; por la inteligencia y el humor español, con Mihura, y en la humanidad de los personajes, con Rulas Iriarte. ¿Qué ha traído usted al teatro y qué se ha llevado del teatro? -Lo que yo he traído al teatro, no lo sé. Lo que me he llevado es el conocer y amar una profesión que no se parece a ninguna otra. Digo esto por sus gentes, maravillosas en sus sacrificios: ahí está la fatiga de las dos funciones, el que cada estreno sea un examen lleno de inquietud y de sufrimientos previos. Creo que estos seres no tienen comparación con los de ninguna otra, profesión. -Vn hombre de teatro, y más si hace teatro de humor, debe tener preocupaciones sociales, ¿cuáles son las suyas? -El hombre de teatro, por el mero hecho de dedicarse a ellas, ya tiene una preocupa- Pepo ALONSO MILLAN Cervantes florece incluso en la desgracia. Tiene el teatro su hermosa tradición risueña. La comicidad se instala en él ya en los tiempos de Plauto y aun anteriormente. Desde la primitiva mojiganga a las p a r a d o j a s Bernard Shaw va un largo tramo poblado de carcajadas, risas y sonrisas. Parece, no obstante, como si el teatro español se hubiera p u e s t o últimamente demasiado serio. Ha quedado rota, discontinua, la tradición de nuestros autores cómicos. ¿Acaso el humor no comporta su mensaje? ¿No cabe instalar la risa en el retrato de la costumbre? 1 chiste, ¿no es la pildora oportuna para salvar al hombre de un colapso de seriedad? La excepción se p r o d u c e con todo su valor comprobatorio, en un autor joven, de obra ya copiosa y refrendada por el aplauso público. Dieciocho comedias estrenadas y dos sin estrenar tiene en su haber Juan José Alonso Millán. A punto de aparecer en cartel. la titulada E 1 día de la madre escrita para Isabel Garcés, y dos más en el telar para Juanjo Menéndez e Ismael Merlo, respectivamente. No hay mejor manantía! para la risa que la seriedad y así lo ha entendido el autor con su última obra estrenada, parodia de un drama rural escrita completamente en serio Me lie citado con Alonso Millán, en este café frontero al Palacio de Comunicaciones, para hablar del humor, de la comicidad de su t e a t r o Voy prevenido. Dialogar con un humorista supone ejercicio de inteligencia poco habitual. El va respondiendo a las cuestiones que le planteo sin pose alguna. No estoy- -lo compruebo en seguida- -hablando con un ser chistoso, sino con una persona inteligente. Por eso. rápidamente entro en el tema: ¿Cómo definiría- su teatro: cómico, de humor, satírico, costumbrista? -I e pregunto. -Yo he pensado, y pienso- -responde Alonso Millán- -no encasillarme. La última comedia mía en la pasada temporada era dramática. Se titulaba Estado civil, Marta Pero yo creo que para lo que tengo mayor facilidad, tanto de construcción como de diálogo, es para el teatro de humor. Lo que ocurre es que el teatro de humor no gusta al público. El público español ríe el teatro cómico. Le gusta reírse con lo que siempre se ha reído. La reflexión o inteligencia que debe tener el público del teatro de humor, por desgracia no se da s i e m p r e El público prefiere más ¡a evasión de la comicidad que la reflexión del teatro satírico. ¿Qué misión, condición y situación tiene el chiste en sus comedias? -El chiste es fundamental en este teatro de evasión, porque la gente ríe con el chiste, ríe eon la frase. Esto de que ríe con la frase siempre está subordinado a la situación. Sin la situación es difícil que ría el chiste. Como caso curioso le diré que en alguna ocasión he repetido una frase que había sido reída en otra obra, pero ya sin la situación, y el público no la ha reído. Él público sonríe con la situación y ríe con el chiste. COMICIDAD Y HUMOR EN EL TEATRO Por Julio TRENAS Osear Wilde y el de lonesco es una diferencia f o r m a l Yo pienso que la comedia actual es más intelectual, más profunda. Se puede hacer una comedia al día sin utilizar viejos moldes. No obstante, atendiendo ya a su pregunta, no me atrevería a emplear esos viejos moldes, como usted me sugiere, para una comedia. -Dígame los cuatro grandes del humor teatral español en la época actual. -Yo creo que empecé a aficionarme al teatro- -no tengo ningún antecedente teatral ni familiar para esta vocación- -leyendo a Jardiel Poncela. notaba que había compañeros de mi misma edad, de colegio, que no lo entendían, mientras yo me moría de risa. Me pareció que hacer un teatro con esas ideas con esas situaciones y esas frases era cosa verdaderamente importante. Y en seguida esto se convirtió en un ideal para mí. Luego, conocí a quienes son para mí los dos genios del humor español actual: Tono y Mihura. Ellos, eon su forma de ver el teatro, introducían un estilo dentro de la sociedad española que, gracias a su talento, quienes nos dedicamos a hacer reír en el teatro podemos seguir la línea que marcaron con sus ideas. Como me ha dicho usted cuatro a u t o r e s le agregaré el nombre de uno a quien admiro por su clima poético, por la humanidad que da a sus personajes, y que considero fundamental en el teatro de humor: me refiero a Víctor Ruiz Iriarte. ¿Con cuál de esos cuatro autores se encuentra más filialmente ligado? ción social, y, si el teatro que hace es de humor, esto se convierte en fundamental; es decir, la sátira en el teatro de humor es indispensable. ¿Mis preocupaciones sociales? principalmente, la ética. -Se le acusa de haber mezclado comicidad y erotismo en sus obras de más éxito, ¿considera esto cierto? -Las relaciones h o m b r e mujer pertenecen a un estrato social que a mí me interesa mucho; 1 erotismo me parece que está al borde de la comicidad. Por eso siempre me pareció un método lícito mezclar las dos cosas. En cuanto a que esas comedias tuvieran más éxito que otras, yo lo achaco a que para que una comedia tenga éxito de público lo principal es que la gente entienda lo que pasa en ella. Este erotismo mío, a la española, como de andar por casa, parece que entraba de lleno en el gusto de los espectadores. ¿Cree que alguna de sus obras hubiera alcanzado el éxito que alcanzó de no haberlas representado actrices que unían a su arte el más atrayente sexy -No. Yo creo que no. Pero como le decía antes, el teatro tiene que entrar por los ojos. La gente tiene que creerse la situación. Yo pienso que a una mujer hermosa le ocurren unos problemas totalmente distintos que a una fea. Y de lo que trataban esas comedias a que usted se refiere, era precisamente de mujeres hermosas. ¿Hubiera usted podido es- cribir teatro para la sociedad de don José Echegaray? -De haber vivido en aquella sociedad, pues sí.

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