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ABC MADRID 10-10-1969 página 3
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ABC MADRID 10-10-1969 página 3

  • EdiciónABC, MADRID
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EDITADO POR PRENSA ESPAÑOLA, SOCIEDAD ANÓNIMA M D R I D FUNDADO EN 1905 POR DON TORCUATO Í. UCA DE TENA ABC R E D A CC I 0 N, ADMINISTRACIÓN Y T A L LE RES: SERRANO, 61- MADRID lazos de intimidad espiritual que le unían a un mundo que de y Fortunata pronto ve suplantaJacinta de Galdós, actualiza el tema de las adaptaciones tea- es fundamental no sólo en lo que se re- do por otro con esa evidencia brutal, con trales. Aunque a nadie se le ocurre pro- fiere a la esencia de las artes narrativa esa tremenda sensación de realidad de mover una discusión bizantina sobre su y dramática, sino también por lo que res- la representación escénica. ¿Con que éslicitud, avalada por una larga tradición pecta a su proyección en el tiempo, a la ta es- Fortunata? ¿Con que ésta es Jaliteraria, sí cabe considerar algunas de vida que las obras de arte y los perso- cinta? ¡Válgame Dios! En cualquier casus derivaciones. ¿Hasta dónde llega la najes literarios emprenden, independien- so se producirá el choque entre lo imalibertad de los autores de estos arreglos temente de sus creadores, desde el mo- ginado y lo visto sobre el escenario, pero y cuáles son sus responsabilidades? mento en que ven la luz pública. Sin la colisión será más suave, y por tan Galdós no se oponía a la teatralización llegar a los extremos de Unamuno de pre- to menos demoledora, si el adaptador no de sus argumentos novelescos. Al con- sentar a Don Quijote como creador de modifica sustancialmente el contenida trarío, en ocasiones llevó de su propia Cervantes y declarar que el personaje, o de la obra y el director de escena da animano, del libro a la escena, algunas de el mito, pertenecen más al lector que al mación al mundo y a los personajes tal sus narraciones y no siempre le acompa- autor, no cabe duda de que el lector tie- como los concibió el autor. Ahora bien, ñó la fortuna en el empeño, y en otras, ne su parte en la creación del personaje, el director puede verse sumido en un mar como en el caso de Marianela consin- o del mito, y es lógico que se le reco- de perplejidades, sin saber a quién referirse, si la versión del adaptador no cointió que lo hicieran dramaturgos tan ex- nozcan ciertos derechos sobre él. El lector de novelas no pierde su in- cide con el pensamiento del autor, si el perimentados como los hermanos Quintero. Balbuena Prat, en su Historia del dividualidad al formar parte de lo que carácter de los personajes ha sido moditeatro español nos informa de una dra- se llama gran público. Los espectadores ficado, o el ambiente falseado. matización de Fortunata y Jacinta an- de teatro, en cambio, componen un conNo, no es fácil la reducción de una junto cuyas diferencias y grados de cul- gran novela, cualesquiera que sean sus terior a la que ahora se representa. El número de adaptaciones de novelas tura y sensibilidad no le impiden reaccio- dimensiones, a los límites exigidos por la nar al teatro es incalculable. Salvo los casos tiva. de una manera instantánea y colec- representación escénica. Una operación No en que las realiza el propio novelista, ginación. necesitan poner en juego su ima- que por su naturaleza es impura- -condiLas cosas están mejor calificado que nadie para conocer viendo. En el lector son como las reali- ción que no excluye valores artísticos- -de la virtualidad dramática de su obra, las za una operación mentalnovelas se de la puede convertirse en una mixtificación en más de las veces las adaptaciones obede- cual el poder sugeridor de lavirtud del de no mantenerse a toda costa la fidelipalabra cen al propósito de explotar la popula- novelista se transforma en imágenes. ¿Có- dad al pensamiento y al espíritu del au ridad de novelas muy conocidas, como, mo es Fortunata? ¿Cómo es Jacinta? Ca- tor. por ejemplo, La hermana San Sulpicio da lector, utilizando los materiales que Delineadas las responsabilidades d e l de Palacio Valdés, o La casa de la Troa su adaptador y los límites a su libertad, queya de Pérez Lugín. Este tipo de arre- le suministra Galdós, se las imaginale po- da un punto a considerar: la impunidad manera, y esta manera de imaginar glos tiene una finalidad puramente co- ne en contacto con el misterioso proceso de que gozan los adaptadores infieles de las grandes obras de autores desaparemercial, aunque los resultados sean mu- creador. ¿Cómo chas veces decepcionantes y los adapta- vantes describió era Don Quijote? Cer- cidos. Si las obras son de dominio púcon precisión y detalle blico, actúan a sus anchas. Si no, les basdores no obtengan, contra lo que esperaban, ni gloría ni provecho. Palacio Val- sus rasgos físicos y morales; sin embar- ta un permiso de los herederos, más atensi examinamos las dés sentía aversión a las adaptaciones. go, de la figura del héroe interpretaciones tos por lo general a la exigencia de tos cervantino nos beneficios legítimos que les corresponSolía decir que a las novelas les sienta que los grandes mal salir de noche. Autorizó, no obstan- legaronveremos que dibujantes de varios den que preocupados por la integridad siglos, no se te, la de la más popular de las suyas, por sí y que ninguna coincideparecen entre de la parcela cultural de que injustificano desairar a personas que se lo pedían con la imagen que nosotros exactamente damente disponen. En los países que resen nombre de una vieja y entrañable hemos forjado. Existe, pues, mismos nos petan la propiedad privada no se pone una imagen en tela de juicio el derecho de los heamistad. de Don Quijote nuestra, producto de una rederos a usufructuar la obra literaria de No todos los novelistas de aquel tiem- visión personal e intransferible, que no un glorioso antepasado. Pero sí es cuespo eran de la opinión del autor de Maxi- nos gustaría ver deformada o maltratada tionable el disfrute de otras prerrogatimina Algunos, intelectualmente tan exi- por adaptadores temerarios. vas, como la del uso que de ella puede gentes como Unamuno y Pérez de Ayahacerse autorizando, condicionando o La labor del adaptador de novelas, sola, no pusieron inconvenientes al arreglo bre ser ardua, presenta problemas delica- prohibiendo su difusión. Guillermo Día m teatral de novelas suyas. Unamuno au- dos. Corre el riesgo de ser infiel al au- Plaja, en su libro El oficio de escribir torizó la de Nada menos que todo un tor, y de serlo, corre el riesgo, a mi jui- plantea certeramente, entre otros, estos hombre y Pérez deA y a l a la fle Tigre c i o más r a v e y Ayala de problemas. En lo relativo a las adapta? V A u rllgre S P r lue e I d año que puede causar es irreparable, de destruir en el ciones para teatro, cine o televisión, no Juan Creo recordar quepersona fueron c a i l ddti l realizadas por la misma ambas y que lector ingenuobla ilusión creadora y los es razonable que los herederos o la liuna y otra se representaron con éxito. El bérrima voluntad de los adaptadores de hecho de que Unamuno, siendo él misobras de dominio público puedan alterar mo dramaturgo, si bien haya que recoa su conveniencia o antojo aquellas que nocer que no muy hábil, confiase la adappor sus valores artísticos, filosóficos o tación de su relato a otra pluma, más morales pertenecen al patrimonio común. PARAGUAS diestra seguramente que la suya en el Se hace necesario poner coto a los lamanejo de la técnica dramática, indica mentables arreglos que a veces convierque no concedía demasiada importancia ten en verdaderos engendros obras funa los cambios de forma literaria, siempre, damentales de nuestra historia literaria. claro está, que fuera respetado su penLa crítica los denuncia. Las personas culsamiento. tas los repudian. Pero mientras no exisExposición y Almacén ta un organismo culturalmente solvente, Este es el problema central de las adapfacultado para evitar la degradación púDelegaciones taciones: el respeto al pensamiento y al blica de las obras maestras, seguiremos sentido de la obra original. Respeto que Barcelona 15 Viiadomat, 2181 asistiendo al triste espectáculo de ver conse debe, en primer lugar, al padre de la Teléf. 2398638 vertidas las mejores creaciones de nues criatura, o sea, al autor, y en segundo tros ingenios en literatura de consumo. lugar, a los lectores. Porque las novelas Madrid 5 Virgen del Puerto 5I se escriben para los lectores, no para los Teléfs. 2657802- 2650707 espectadores de los teatros. La diferencia Manuel CEREZALES BST rz LAS ADAPTACIONES DE NOVELAS ALA ESCENA

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