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ABC MADRID 07-10-1969 página 33
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ABC MADRID 07-10-1969 página 33

  • EdiciónABC, MADRID
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A B C. M A R T E S 7 PE O C T U B R E DE 1969. EDICIÓN PE LA MAÑANA. PAG. 33 EL INCENDIO DE ESCOMBRERAS Favorable evolución del siniestro en las últimas cuarenta y ocho horas Ayer quedaron apagados tres de los seis depósitos qu todavía ardían SE CONFIA EN QUE S! LÁ SITUACIÓN METEOROLÓGICA SE MANTIENE, EL FUEGO TERMINARA BAJO CONTROL, SIN PROPAGARSE Cartagena G. (Crónica telefónica de nuestro enviado especial. Voy a contar lo que he visto. El lector tiene doble opción: no creerme o pasmarse de admiración hacia los hombres de quienes voy a hablarles aquí. Cierto que este siniestro ha sido, con sus cinco muertos, muy moderado en víctimas para lo que pudo ser; pero también es cierto que ha sido- -está siendo todavía- -buen banco de pruebas para aquilatar el valor y la eficacia de muchos hombres. Be todos cuantos hombres vi en estas horas al pie del fuego, pero especialmente de alguno de ellos. Unos tanques arden todavía; otros han ardido hasta la consunción del líquido que contenían y la propia consunción, fundidos continente y contenido en llamas y humo; pero otros han sido apagados después de haber estado inflamados. ¿Y sabe usted cómo esos tanques fueron apagados? Eso es lo que yo he visto y quisiera saber contar. Son tanques, algunos de ellos, de techo flotante. Cuando su contenido empieza a arder, las llamas prenden por las fisuras existentes entre ese techo y el contorno, y el tanque incendiado presenta en lo alto una corona de fuego. Entonces esos hombres de quienes quiero hablar trepan por las escalas que por allá arriba están casi al rojo vivo, saltan sobre esa cubierta flotante- -salto que supone meterse dentro del círculo en ignición y pisar sobre un gran disco de acero que puede volar en cualquier momento, porque descansa sobre ardiente líquido inflamable que hierve bajo los pies de aquellos valientes- y desde allí, desde el foco mismo de ignición, aislados del resto del mundo por un contorno de llamas, actúan tranquila y certeramente hasta ahogar en espuma al fuego que les cerca. Y uno, espectador desde abajo, siente el gozo de ver cómo aquel anillo de fuego se atenúa por algunos sectores de la gran circunferencia... y la angustia de ver que apar otros sectores se aviva. Y la angustia también de pensar que esos hombres trabajan en el centro de algo que sobrecoge a quienes lo contemplan a distancia separadas de ello por decenas de kilómetros. ¿Cómo se puede estar ahí, permanecer ahí, entregarse ahí a una minuciosa labor que requiere mano firme, voluntarioso olvido Se un riesgo tan ostensiblemente evidente, talante sereno? Si les preguntamos a ellos, no sacamos nada en claro. Porque para ellos se trata simplemente de un cosa que hay que hacer Efectivamente, hay que hacerlo; pero nadie les obliga a ello. A nadie se obliga a nada aquí. Se dice, sim. ¡clemente: hay que hacer esto, y como quien lo dice toma, la escala, allá van detrás del primero unos cuantos hombres, muchos más, por supuesto, que los que son necesarios. A todo esto, abajo, sentimos la cara abrasada por un lado, mientras por el otro nos azotan el viento y el agua, que viene procedente de dos fuentes: el de la lluvia y la que se arroja sobre los taques, que sube fría y cae caliente. De la que cae, podría protegernos el impermeable y el casco que nos han dado. Pero de la otra no hay quien nos proteja. Y he aquí que a estas alturas fie la propia vida un tiene un recuerdo para aquellas viejas sirvientas que en su ya antigua, infancia contribuían desde el ambiente doméstico a educarle como niño prudente y pusilánime. Porque aquí está viendo con sus propios ojost fa que imaginaba cuando aquel? as dos buenas mujeres, tan torpes como bien intencionadas, le sobrecogían el ánimo con la descripción de las calderas de Pedro Botero. Sin que pueda discernir si la puntual materialización de aquellas remotas imágenes deba ir en elogio de la propia capacidad imaginativa o del poder descriptivo de aquellas dos buenas mujeres. Lo cierto es que aquel escenario está ahí y en él hombres que no son merecedores de condena, sino de la admiración, la estimación y la gratitud de quienes les vemos trabajar y de quienes sin verles reciben, por nuestra mediación, noticia de su tarea, LA SITUACIÓN EL LUNES POR LA! TARDE La situación ha evolucionado sensiblemente a mejor en el transcurso de los dos últimos días y sus noches. En un estado de excepción, como el que aquí se vive ahora, en el que el personal está sometido a un esfuerzo muy superior al que normalmente la vida nos pide en circunstancias ordinarias, puede llegar un momento, cuando la situación se prolonga, en que el hábito de horas, de días familiarizándose con el peligro, provoque la pérdida de esa heroica tensión que sostiene al hombre en los plazos iniciales del siniestro y degenerar en pérdida de presión, en indiferente inhibición, que puede acarrear la depresión. Pero no hay tal cosa aquí, por ahora, y no porque se nos diga- -aunque se nos dice- sino porque personalmente lo hemos comprobado. Sobre este tema hablábamos a mediodía de hoy con el d i r e c t o r adjunto de K, E. P. E. S. A. don Luis Figueras- Dotti, quien ha hablado de normalidad dentro de lo previsible y de actividad circunscrita a la lucha contra cuatro tanques que permanecen incendiados, mientras los restantes se apagaron ya. Confiamos- -ha dicho- -que si la actual situación meteorológica se mantiene, todos los que siguen ardiendo terminen de arder controlados por nosotros. Dice que el disminuir el número de tanques en ignición no sólo significa eliminación de focos de peligro, sino también posibilidad de concentrar esfuerzos defensivos en áreas más reducidas. Y mencionada la meteorología. viene a cuento hablar de la eficaz colaboración que está prestando la base aérea de San Javier, a la que se debe que los bruscos cambios de orientación del tiempo provocados por las tormentas no hayan sido más que meras contingencias adversas, previstas con antelación suficiente para oponer a sus efectos enérgicas contramedidas. Entre tanto, la vid sigue... y la amenaza también. Esta tarde siguen ardiendo tres tanques. Al amanecer de hoy eran seis, y en el transcurso de la mañana han quedado extinguidos tres. Uno de los apagados- -el 733- que lo ha sido cuando nosotros estábamos allí, se encuentra amenazado por el 722, a sii derecha, y el 730, a su izquierda. El 722 camina ya hacia la fase de consunción y expele largas lenguas de fuego y compacta columna de humo; el 730, casi lleno, puedtí ser- -si Dios quiere- -el último recipiente afectado... Si es que el 723, acosado pof ambos flancos, no vuelve a encenderse. Allí arriba, en su borde, se recortan sobre él fondo negro que presta la columna de humo, las figuras amarillas de media docena de hombres que velan para que esd no pueda suceder. Si la amenaza es fia gran te, la actitud preventiva no puede sei? más previsoraniente- -y heroicamente- -efi caz y terminante. -Manuel MENENDKZ CHACOlí. la media que no necesita sujeción y se adapta suavemente. Nuestro Dsparíamenio la presenta en sus versiones Canírece, Espuña 7 FaníasíaCaresse, Roma, Bonanza, Café, Suez, Negro y el sugestivo eurocolor para Otoño- Invierno. SASKIA STAND ESPECIAL PLANTA BAJA. Preciados, 3- Goya, 76 248 82 63

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