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ABC MADRID 05-10-1969 página 132
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ABC MADRID 05-10-1969 página 132

  • EdiciónABC, MADRID
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m- i uiiuui u ui i J u n- -miniíi- ih i- -h i. miiiB i- iii i- -mni Ti- ii- iH- inii- i i- -H- t i i- n H- i- ini -w- -i- H- Hi- Mnm- -M- I- I -Ti ihi- m a llamaTmc. Para mi- U vida funciona dt esta manera T e doy un poco áz simpatía; y fú me devuelven un poquito de aíccto. Es asS como podímot afG ivoí Asi se estabiecc una corrienTe cálida que no 5 60 st ¡cnc. Eíta pariicipaciún es muy impürUnlc para mi. Disfruto con m b hijo? Me RUita verlos crecer, U D me agrada el sistema educativo francés, basado en una selección drástica. Resulta injurio jurgar a los estudiantes por un día de exámenes, cuando pupdcn estar confusos poi la lensiónr Me destruía el corazón ver a los jdveres esperando en CTupitos a laa p u e r t a i de la Universidad, ¿Cuándo iJegaremos i darnos cucnla de U tragedia de aquellos que se ha. n viato cetcenados por los exámenes de bachillerato? Esa no ea edad de abandonar AS espera nras. No llego a entender eso del abismo de las generaciones Sólo quienes han renunciado a vivir son incapaces de compartir los deseos y esperanias de plenitud que Dencn los jóvenes. Que no me digan que la juventud moderna ea má- complicada que la nuestra, Eso es 3 a estupídej misma. Es cierto que un adulto satisfecho de sí mismo no puede guiar a loa jóvenes. Hay que scc activo para interesarles. No me eJítraña que la juventud a. meticana esté de mi parte. Todos ellos comprenden que a. lgo está cambiando en los Estados Unidos, Todos esos muertos en el Vietnam, las dudas que ha suscitadn esa u e n a los asesinatos de los os Kennedy, de Martín Lutero Kíng. rodo ello son síntomas de que se acerca un terremoto a este país que antes tenía tanta confianía en ai mismo- Los Estados Unidos tienen la misma mentalidad que quien está acostumbrado a que le t o q u e la lotería. Ha estado ganando durante mucboa a ñ o s creía que iba a ganar siempre. Y, de repente ha cambiado la fortuna- Su juventud como la de lodo el mundo, está confusa y busca líderes. Cn nucslraa aooiedadoa prósperas fa no eut n deílnldfls daramenlo lan ncDosIdadua bá kas. Conaenuentornonie el atraotUo de log pohttaos, al Igual quo el de loa artlsiairt. es más dúbll quo en mi goneraojún. En lofi países olvMUados ya no su muere nadlo do hambre. En 6 patado, ¿a qulún so le habrfa úourrldo t i r a r al pan a la bajura? El pan V el vino eran algo prooloso, Un vaso de vino ara un ospectáeulo radiante y deseable, se podía traaladar dkEctamente a un euiidro. Los uoñoa y la poesía eran nuestros lujos y. por eso mismo, reourriamos más a la espiritualidad. En laa Imágenes de l a derecha, doa escenas de la úlUma flonoantraolún do h l p p k s en la Isla de W i g h l No llago a enmendar eso del abismo de las generaclonesV Sólo quienes han renunelado a v i v i r- -a f i r m a Picasso- son Ineapacea de compartir los deseos y espcram 19 de p l e nitud quo Llenen los JóvencR- Que no me digan que la Juventud moderna es más complicada que la nuestra. Eso Cfi la t eLupldei mtama. Es cierto que un adulto satlsrcoho de 31 mismo no puede goíar a loa Jóvenes, Hay que ser activo paí- a Interesarles. Se refiere Picasso a la Juventud en gonaral de la que son manifestaolunes minoritarias y eirtremas los hJppiea y otros movimientos- En ellos, al lado de íaolores positivos- -la p a i el amor, la música, el arle- se alinean otro negativos: laa drogas, la promlscurdad, etc. S EL RITMO DE LA VIDA HA CAMBIADO MUCHO, PERO NO SUS ESENCIAS tin n u e s t r a s sociedades prósperas ya no están definidas claramente Us necesidades básicas. Consecuentemente, el atractivo de los políticos, alñgual que el de los arti taa, es más dcbjl que en mi tí: eneracion. En los países civjMiados ya no se muere nadie de hambre. En el p a s a d o ¿a quien se le habría ocurrido tjrflr el pan a la basura? El pan y el vino eran algo precioso. Un vaso de vino era un espectáculo radiante y deseable, íc podía traíladar directamente ü un cuadro. Los sueños y la poesía eran nuestros lujos y, por eso mismo, recurríamos m i s a la esakitualídad. ij Quienes vienen a mi casa dicen que vivo en una atmó fera ascética: hay unos pocos muebles y muchos recuerdo 5 recoe: ido 9 por mis amigos, que rae los envjan porque saben que amo la naturaleza. Cuando encuentro un lugar para un objeto determinado, se queda aiii, M, (íusra recutdar el momento eitacto en que unos amifiog me traieron una liKura de cobre, de Perú- -los cuernos de África- -y la calaveta de un carnero de Islanóis. Nunca cambio nada de sitio. De lo contrario, no lo encontraría en el momenlo en que lo nccciito. i Ah I, fíjese en mí libro, tan especial, sobre Paríí. ¿Verdad que hay uti algo especial en P j r í s? ¿Quién po dría decir qu ¿es? ¿Es b belleza del lu ar, su gracia, la amplitud de su arquitectura que viene influyendo en sus habitantes desde hace siglos? Aunque le tengo un E an cariño a París, jamás pense que iba a ser tan íelii vrvienqo en el campo. Aquí, al sur de Francia, hay muy buen sol. L o s olivos se ven desde la terraza. (Quién podría ima Ínar J que haya tanta vida en un espacio tan reducido? El ritmo de la vida ha cambiado m u c h o pero no aus C 3 Ckii- ida- Cu kudo la fjCntí ha hla de ir en reacior de Nueva York a Madrid o de Bombay a Tokio, íucna como si fuesen a hacer los recados en bicicleía Cuando fui a Polonia, en 1947. en un pequeño avión de hélice, tiré por la ventana b manzana del postre. A veces me pregunto ¿ddndc habrá ido a parar, que le habrá pasado a la manzanaPablo PICASSO 12 f

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