ABC MADRID 21-09-1969 página 133

S e repara en las alies de Madrid una avería de agua o de lux, o de cualquiera de esas cosas que forman el manto de ¡lope en que s é ha convertido la capital de España con su Inuo tejer y destejer a causa d e la improvisación, y una vez zada la reparación s e quedan los adoquines levantados y la sin terminar, produciéndose un desastroso y feo e f e c t o Sin duda la inmensa mayoría de los fontaneros españoles son expertos en su oficio y tras la reparación a fondo pasan factura moderada. Pero existe también una minoría, que va iendo, de advenedizos al oficio, que llegan a las casas, lo cian y lo estropean todo, hacen la clásica chapuza en una ría, pasan una factura desmesurada y a los pocos días, cuanto a las pocas horas, la reparación s e desmorona y la averia e de nuevo. ¿Cuántos miles y miles de amas de casa podrían tiguar esto q u e decimos? ¿Cuántos miles y miles de amas de han pasado por el calvario de conseguir que un fontanero les seda el honor de personarse en su domicilio para trabajar unos tos, cobrar por su trabajo mas que un ingeniero y después ta a empezar porque e s e trabajo no ha sido hecho con el do cuidado? ¿A quién tienen que reclamar las amas de c a s a? He aquí otra muestra d e una chapuza callejera que afecta simultáneamente a la calzada y a la acera, y que produce triste sensación en propios y extraños, en madrileños y turistas. Y a los talleres mecánicos, ¿quién los controla? ¿Quién g a rantiza unas reparaciones de las que dependen muchas vidas? ssto oficio, como en todos a los que nos venimos refiriendo, te una mayoría de trabajadores honestos y responsables, pero acremente de automóviles en los últimos anos ha multipllel número de mecánicos improvisados. El resultado ha sido continua sangría para los bolsillos de los automovilistas, a ¡a de las reparaciones que vuelven a estropearse al día s i nte y un riesgo acentuado para todos ios que, conductores satenes, transitan por las calles y las carreteras de España. Otra de las chapuzas que sufren tiabitualmente las amas de casa e s la de albañiles y pintores. Casas recién compradas as que todas las paredes y todas las instalaciones son imperas; casas en las que todo s e agrieta, todo s e desmorona y s e estropea; y e s e pintor desgraciadamente tan frecuente llega a un domicilio particular dejando una estela d e suciedad e abandono y que en una tarde pinta una habitación sin la da preparación anterior, con lo cual a los ocho o diez días otan las manchas, las goteras, las ondulaciones y las grietas. En las aceras de la capital de España y en las de infinidad de ciudades d e nuestro país e s frecuente encontrarse con tspectácuio que muestra la imagen. S e abre una zanja, s e ma de cualquier modo y durante meses, tal vez durante años, peatones, que pagan religiosamente impuestos y contribución, en las consecuencias de la chapuza, de esa enfermedad naal que aqueja a tantos municipios y a tantos y tantos oficios. T X r. v, v