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ABC MADRID 11-09-1969 página 43
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ABC MADRID 11-09-1969 página 43

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. J C E V E S U D E SEPTIEMBRE DE 1969. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 43. DECLARACIONES DEL EMBAJADOR ESPAÑOL EN EL MERCADO COMÚN SOBRE LA REDUCCIÓN DE ARANCELES A NUESTRAS NARANJAS Creo que corresponde a una necesidad de la C. E. E, de establecer un régimen comercial homogéneo para sus principales suministradores NUESTROS CÍTRICOS ENTRABAN EN EL MERCADO COMÚN PAGANDO EL 20 POR 100 DE DERECHOS ADUANEROS; AHORA SOLO ABONARAN UN 12 POR 100 Con fecha de 1 de septiembre actual entró en vigor la aplicación de un acuerdo por el que el Mercado Común reducía en el 40 por 100 sus derechos arancelarios en favor de las naranjas españolas, noticia Que fue difundida desde estas mismas páginas. Ahora nos llegan las declaraciones que el embajador español en el Mercado Común, don Alberto Ullastres, ha hecho a un redactor de la agencia Cifra en relación con tan importante concesión para nuestras exportaciones de cítricos. ¿Qué significa, señor embajador, esta concesión? -Creo que corresponde a un deseo y a una necesidad que siente la Comunidad Económica Europea (C. E. E. de establecer en este sector un régimen comercial lo más homogéneo posible para los principales suministradores del área mediterránea al Mercado Común. Lo va haciendo en el marco de los acuerdos que cierra con ellos. Con nosotros, por varias razones, lo ha hecho sin esperar a la firma del que estamos negociando. Es como un adelanto del mismo. ¿Cuáles serán las repercusiones de la concesión en nuestras exportaciones de cítricos? -Las naranjas y los limones españoles, hastar la fecha, entraban en el Mercado Común pagando unos derechos dé aduana del 20 por 100. En lo sucesivo, sólo abonarán un 12 por 100. Pero para ello es preciso que se vendan por encima de un cierto precio, establecido en función de los que venían normalmente siendo alcanzados en años anteriores. Ello es debido a que la Comunidad no quiere que la ventaja que nos concede sirva para provocar una baja de las cotizaciones habituales. En el terreno de las repercusiones prácticas, y si el sistema funciona correctamente, como es de esperar, la concesión supondrá un aumento de los ingresos que recibimos por estas exportaciones españolas, las cuales constituyen el primer renglón de nuestras ventas en el Mercado Común (más de 150 millones de dólares) IGUALDAD DE TRATO PARA TODOS- -Parece ser que Marruecos y Túnez van a recibir un trato aún más favorable. ¿No puede ello perjudicar a las naranjas españolas? -La situación no se presenta tan sencilla como parece deducirse de la pregunta. Es cierto que las naranjas marroquíes y tunecinas van a pagar en lo sucesivo en Alemania sólo un arancel del 4 por 100, en lugar del 20 por 100 que, hasta la fecha, les era aplicable. Pero, en cambio, en Francia, en donde hasta ahora las citadas naranjas norteafricanas entraban libres de derechos, mientras que nosotros pagábamos un 20 por 100, pasarán a pagar un 4 por 100; es decir, que la mejora de su posición en Alemania, en comparación con la nuestra, no es sino una compensación teniendo en cuenta la importancia res- pectiva de los mercados) de la pérdida de la ventaja que tenían en el francés. El Mercado Común considera que al rebajar para Marruecos y Túnez su arancel en un 80 por 100 en todos los países de la C. E. E. que no son Francia, y subírselo en este país desde 0 a 4 por 100- -mientras que a España se lo ha rebajado en todos, incluida Francia, en un 40 por 100- nos ha otorgado idéntica concesión o todos a partir de la situación que existia hasta ahora. Como, por otra parte, para disfrutar de la concesión arancelaria hace falta respetar un cierto nivel de precios, ni Marruecos ni Tunes podrán utilizar la mayor concesión arancelaria en algunos países de la Comunidad para hacer una competencia a la baja de nuestras exportaciones, ya que, en tal caso, perderían la concesión. EL ERROR DEL IMPUESTO ESPECIFICO- ¿Puede usted decirnos algo acerca del impuesto específico de 1,20 dólares jue van a gravar ahora nuestras naranjas, y si este impuesto no anula de hecho la concesión? -Hay aquí un error evidente. No hay tal nuevo impuesto específico de 1,20 dólares. Se ha producido, indudablemente, una confusión con uno de los varios elementos Estimulado el celo de la Justicia, avivado el interés esclarecedor de las Cortes y alertada la opinión pública por cartas, notas informativas y comentarios, el asun to Matesa requiere serenidad y perspectiva. El ruego de la primera acaba de formularlo el propio ministro de Hacienda; el de la segunda atañe a una responsobilidad política. Porque a todos nos atañe también la responsabilidad de contrU buir a salvar lo que sea posible en una situación y en un caso enconado por tantos motivos. Y conste que no me refiero sólo a los millones en riesgo, con ser muchos, sino a esos otros valores que por desgracia están era juego, como son el prestigio de nuestras finanzas públicas, la política de crédito a la exportación, la subsistencia de tantas iniciativas creadoras- -que merecen apoyo- el acervo de esfuerzos desplegados por nuestras empresas en los mercados exteriores, la confianza en la gestión a todos los niveles puesta en entredicho y, en suma, la ola de malestar y de peligroso Inhibicionismo que ya ha provocado, irremediablemente, el estridente fallido de Matesa. El ministro de Hacienda puede calificar de un sarcasmo del destino que su Ministerio, que siempre ha desempeñado ante la opinión exportadora el papel antipático del cerrojo se vea hoy afectado y conmovido por unas facilidades crediticias consideradas excesivas a favor de nuestras ventas exteriores. Espinosa San Martín pensará, y se preguntará, para sus adentros por qué accedió a ese fomento exportador de los telares sin lanzadera, cuando a él, al fin y al cabo, las pesetas, propiamente dichas, le interesaban más que las divisas. Pero ahora son las pesetas y las divisas las que están en danza, y con ellas nuestra política económica, desarbolada momentáneamente por un huracán levantado, cuya furia puede derribar al tiempo lo bueno y lo malo, lo positivo y negativo de un sistema y de unos empeños por abrir mercados; por consolidar una progresión exportadora que sería una lástima segar ahora de raíz. Por eso, todos debemos unirnos en un intento colectivo de serenidad, que permita discernir con las máximas probabilidades de acierto el enfoque futuro de unas actuaciones de las que depende buena parte de nuestro desarrollo económico. La cabeza clara es condición indispensable para cualquier gerencia y un mínimo de conocimiento objetivo de la realidad de los mercados internacionales y de sus limitaciones. Tengamos fe en nuestras producciones industriales, porque se la merecen, pero prometamos en 1969 que no vamos a creer más en brujas o en hadas buenas con la varita de todas las virtudes. -Nemesio FERNANDEZ- CUESTA.

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