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ABC MADRID 03-09-1969 página 19
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ABC MADRID 03-09-1969 página 19

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. MIÉRCOLES 3 BE SEPTIEMBRE PE 1969. EDICIÓN BE LA MAÑANA. PAG. 19 A B C EN DUBLIN EL PROBLEMA DEL ULSTER NO TENDRÁ REMEDIO DURADERO SIN LA COLABORACIÓN DE INGLATERRA Y DE LA REPÚBLICA DE IRLANDA Los ofertas del primer ministro irlandés, señor Lynch, podrían abrir el camino de un diálogo razonable entre los dos países Dublín 2. (Crónica telefónica de nuestro redactor, enviado especial. Varias veces durante la pasada crisis de la provincia inglesa de Irlanda del Norte, el Gobier, no de la República de Irlanda, desde Dublín, ha ofrecido su colaboración al Gobierno británico para afrontar el problema del Norte en común, ya que, electivamente, las dificultades de aquella región afectan tanto a Inglaterra como a la República de Irlanda. La oferta era, por lo tanto, el único camino razonable para encontrar alguna vez la solución a la cuestión irlandesa, que espera desde hace siglos un remedio que Inglaterra no quiere aceptar, aferrándose con su conocida tenacidad a una fórmula de Gobierno autónomo, dibujado en la Constitución de 1920, que ha demostrado luctuosamente, a lo largo de cincuenta años, su inviabilidad. Porque los sucesos fie agosto no son otra cosa que un episodio quizá más sonoro, más cruel, con más eco en la Prensa mundial, desde luego, pero simple continuación del estado permanente de desequilibrio en que ha vivido la artificial creación de Irlanda del Norte desde la participación de la isla irlandesa en 1920, para proteger a los colonos ingleses y escoceses, todos ellos protestantes, que habían sido instalados ea las tierras del Norte por el Gobierno de Londres a partir del siglo XVII. No ha necesitado el Gobierno de DaWín ningún argumento especial para demostrar que en- el norte de la isla, las dos comunidades- -la protestante y la catóJica- -viven en perpetua guerra civi! desde la partición. Que no ha sido, como trágicamente se ha demostrado, ninguna solución, sino más bien la causa de los problemas, porque los irlandeses católicos que viven en la Irlanda de! Norte bajo el régimen de provincia inglesa carecen de los más modestos derechos civiles y es natural que se subleven, buscando un remedio a su condición de ciudadanos de segunda clase. La partición de la isla en seis Condados colonizados por Inglaterra y veintiséis Condados libres, se hizo en 1920, única y exclusivamente para que el millón de protestantes del Norte, en lugar de ser una minoría sumergida entre tres millones de irlandeses católicos, fuesen una mayoría frente a medio millón de católicos nativos, hijos del suelo donde viven. El juego de convertir una minoría en mayoría, con apoyo de la fuerza británica, ha terminado en un fracaso del que fueron testigos, durante los últimos días, todos los representantes de la Prensa mundial, a través de una abrumadora- cascada de testimonios. La oración fúnebre del régimen de Stormont- -el Gobierno local- -se ha entonado en todos los idiomas del mundo y ¡a llagada de las tropas inglesas para sustituir a los policías locales y la progresiva ocupación de funcionarios ingleses en los puestos claves, como la Comisión de encuesta sobre la Policía y la investigación sobre la caus a de los desórdenes, han sitio su poco glorioso entierro. Ahora bien, el Gobierno de Dublín tiene toda la razón al decir que tratándose de un asunto que ha explotado en su propio territorio natural y estando comprometidos en el problema metlio millón de irlandeses católicos, toda solución definitiva de la cuestión debe cumplirse a través de un contacto estrecho entre los dos países: Inglaterra e Irlanda, con directos intereses en la región. Basta mirar un mapa, leer un manual de Historia y comprobar por los periódicos que en Irlanda del Norte las cosas no marchan bien, para comprender sin más ejercicios de imaginación que el Gobierno de Dublín tiene toda la razón. Como ha dicho en su excelente discurso ante el Consejo de Seguridad el ministro de Asuntos Exteriores de la República irlandesa, señor Hillery: La presencia d una fuerza extranjera británica en Irlanda y la intransigencia de los irlandeses del Norte siguen siendo los dos elementos de la división de Irlanda. El primero de ellos permite la continuación del segundo, y así, a través de una espiral, marchamos fatalmente camino de perpetuar una situación que se ha demostrado incapaz ds sobrevivir. Porque Irlanda del Norte, por muchos remiendos que le echen a su maltrecha Constitución de 1920, no puede vivir, ni bajo un sistema de dominación de los protestantes sobre los católicos ni tampoco separada del resto de la isla de la que forma parte natural. El sistema actual de dominación inglesa lleva en sí la tragedia, como la nube tor- En nuestros departamentos encontrará la solución inmediata y completa de todo cuanto se precisa para el nuevo curso. lepa y artícelos para infernado Hatería! de escritorio os En una sola visita, usted podrá decidir fácilmente. UNIFORMES REOLá ENTARIQS PARA TODOS LOS COLEGIOS Preciados, 3- Goyo, 76

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