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ABC MADRID 21-08-1969 página 78
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ABC MADRID 21-08-1969 página 78

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página78
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ESCRITORES AL HABLA MANUEL HALCÓN UCEDE en algunos libros y en otros 1 no. En unas novelas el interés termina en la última página, en otras se lantiene un interés, si se quiere extrali: rário, por el hombre que la ha escrito, o no sé por qué sucede esto, por qué en nos casos la novela se independiza- -cruellente- -del autor para sobrevivir en el empo, y en otros sirve de pedestal a su eador. Misterios de la creación literaria; usterips de la personalidad del novelista, eyendo Los Dueñas Monólogo de una mjer fría Desnudo pudor sentimos apremio de conocer al hombre que tan uramente critica a la alta sociedad, que msigue profundizar con técnica de ciruino en la psicología femenina; queremos iber cómo ha vivido el campo andaluz ara que consiga re- crearlo tan fielmen; y esa atrayente sensualidad que transurre en blandas ondulaciones por todas is novelas. Se suma a este interés el que espierta un? parte de la crítica que no uede evitar el estudiar la producción de -Busco al escribir romper la esclavitud del pensamiento, y sufro cuando no lo consigo del todo. Escribo sólo cuando la cuartilla me llama con apremio. No me domina el afán de una obra extensa. En una veintena de libros cabe el mundo propio y parte del ajeno, pero comprendo que cada escritor tiene una medida diferente. Yo no escribo para mi deleite, sino para mi descanso, es decir, para liberarme. Y de paso para ganar un dinero que viene muy bien. Pero esto es secundario. Dinero se gana más en otras actividades. He perdido Halcón desde una perspectiva condiciona- mucho tiempo preguntándome si interesada por su situación social: se le critica ba verdaderamente cuanto escribía y pualejamiento de una realidad social que su- diera escribir. De si dar con sencillez y pone frialdad en el tratamiento de ciertos claridad ideas originales encontraría sus temas. lectores. Creo que si no llegan a venderse- -Desde el momento en que se me acusa mis libros en apreciables cantidades no hude elegir ambientes de la alta sociedad se biese adquirido aplomo para continuar pume reconoce e! tema social. Lo qu es imblicando, aunque hubiese seguido escriposible es hacer la crítica de la alta so- biendo. ciedad sin hablar de los personajes que la componen. Y estos son banqueros, marque- ¿Qué es un libro de creación para ses, burgueses, eminencias científicas, et- usted? ctéera, etcétera. Pero bueno, si esto es un- -Como que las defecto ya me gustaría no tener otros. Lo manos del un pájaro estoy palpite entrecon lector. seguro feo es hacer la crítica de cualquier sector el tiempo dejaránYde publicarse que pájaros sin conocerlo o por resentimiento. Entre muertos. la gente rica se da desde el santo al sinNo creo al escritor que me dice que nunvergüenza, pasando por ej inmensamente ca le ha preocupado el estilo. Halcón me desgraciado. Y a ver quien evita esto! Podemos definir con una sola palabra ha contado una graciosa y significativa el estilo de Halcón: un estilo elegante. Sin anécdota, arranque juvenil de sus primepreciosismo ni empacho, sin retorcimiento ros años de escritor. Había terminado una ni llana vulgaridad, el difícil término novela y dejado transcurrir unos días para que, disipada la fiebre de creación, pudiera medio que exige la elegancia. tomar una actitud crítica; pero fue tan exigente, en especial con el estilo, que ni corto ni perezoso se ciñó el flotador de uno de sus hijos y distribuyó po ésta, a modo de entretela, las cuartillas de su novela. Y en el mar estuvo hasta que la tinta se hizo agua. -Sobre la polémica suscitada en torno a la narrativa hispanoamericana pienso que todos tienen razón y por eso durará poco. Mis simpatías se van con la vivida arremetida de Alfonso Grosso. Coincido con Isaac Montero que tiene este supuesto enfrentamiento, no por un hecho literario, sino propagandístico, a publicidad ha puesto la mesa del revés. Alguien saldrá ganando con todo esto. Repito que la crítica tiene razón al elogiar libros como el de García Márquez- -novela que entre otros méritos tiene el de ser novelera- Más elogios, y muchos con sobrada indulgencia, se hacen de cierto puñadito de escritores españoles. Es evidente que ha aumentado el número de buenos novelistas sudamericanos, como aumentó también el número de malos. De todo hay hoy más en el mundo. De acuerdo con el elogio de nuestros críticos, pero lo que me parece una falta de caridad de oficio es que se establezcan comparaciones con la producción española; porque de sobra sabemos lo que aquí hubieran dado de sí esos escritores, durante el cuarto de siglo de censura de la que ellos se han librado. No obstante, en España se ha publicado una veintena o más de obras cuya calidad no se ha sobrepasado en América. Creo que la novela es actualmente el género literario que más riqueza está dando en España. En el Siglo de Oro hubo Inquisición, pero ésta se imponía lo mismo en Basilea que en París, en Ginebra o en Amberes, y casi exclusivamente por motivo de dogma religioso. La sujeción que hemos tenido aquí hasta la nueva ley de Prensa ha coincidido con la libertad de expresión en América, especialmente en lo relativo al erotismo que, gustándonos o no, es, con lo policíaco, la materia única que soporta el lector de novelas. Todas llevan una importante cabeza erótica para desbrozarse el camino. Y cuando no erotismo, desenfadada sensualidad. De esto último están hechos la mayoría de los libros de grandes tiradas. Manuel Halcón lee su discurso de ingreso en la Real Academia.

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