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ABC MADRID 17-08-1969 página 126
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ABC MADRID 17-08-1969 página 126

  • EdiciónABC, MADRID
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mito, embrionario aún. Supone una cierta redimensión sacándola de sus anteriores y vulgares cometidos, explotando su ostentosa y llamativa belleza sin pulir. En Carrusel napolitano aparece, al menos, una Loren más decorativa. El alma napolitana es un alma melódica, y por ello la película que la expresa es una estampa variopinta, multicolor, popular, en donde Sofía Loren se encuentra más a gusto recordando quizá sus orígenes meridionales, su vinculación infantil y familiar a Pozzuoli, un pueblecito napolitano que tiene mucho de escenografía cinematográfica, de pintoresco ambiente. A este esbozo de una Loren más fragante y espontánea, con sU Impulso natural, siguen cronológicamente tres títulos que suponen una regresión y es mejor olvidar: El paese del campanelli de Tean Boyer; Due notti con Cleopatra de Mario Mattoli; Attila de Pietro Francisci. Puede que haya sido necesario para ascender a su fama y cotización actual, pero en un sentido artístico rio la ha ten ningún favor. Son vulgares, ínfimos, ridículos, y nada se salva del naufragio, ni Sofia Loren... Una faceta dramática y vuelto al ayer Un año después incorpora un cometido muy distinto en La donna del fiume de Mario Soldati. Un personaje dramático que recuerda por su atuendo, su medio social, sü mentalidad, ai de Silvana Mangano en Arroz amargo Soldati, escritor, poeta, comediógrafo inteligente y sensible, descubre el rostro inédito de una Sofía Lorén distinta. Es quizá una de sus mejores películas de su primera época, uno de sus más destacados papeles. Vienen a continuación comedias intrascendentes en su humor fácil, como Peccato che sia una canaglia de Alessandro Blasetti; El signo de Venus de Diño Risi; La bella mugnaia de Mario Camerini. En Pan, amor y... producto comercial de Diño Risi, tercera de la serie iniciada con Pan, amor y fantasía y que tiene aún menos fantasía, encuentra un momento discutible, excesivo, en sus impulsos elementales. Su pretensión parece ser la de emular a Gina Lollobrigida, antecesora en este filón del cine italiano. Grita, se desgañifa, revela a través de su aparente descuido en el vestir de trapillo sus encantos. Una viuda a la que no es difícil consolar. De ello se encargará el otoñal Casanova que encarna con su énfasis cómico De Sica. Una pizzcrioJcr llamada Soüa. Agradecimiento a De Sica Después de Carrusel napolitano apenas tenía dieciocho años; podía mirar al porvenir con esperanza, pero era bastante consciente y experta en materia cinematográfica para comprender que en to. do ese tiempo no había progresado en cuanto a recitación. La primera gran oportunidad se la debe a Vntorio de Sica en El oro de Ñapóles Sofia Loren no oculta nunca su gratitud: Trabajar con De Sica ha sido para mi un hecho fundamental. Mi timidez desaparecía delante suya; de él aprendí que en la interpretación no hay hada que no sea importante, que todo está controlado, que no se puede mover ni un dedo sin necesidad. Había comenzado verdaderamente mi nuevo destino... Los dos encuentros claves en la vida y én la carrera de la Loren son el de Cario Ponti y Vittorio de Sica. Sabiendo muy bien lo que perseguía, en una índesmayable tenacidad, ambos fueron decisivos para su lanzamiento en gran escala. El oro de Ñapóles uno de los filmes de De Sica que aún pueden estimarse según los cuentos reunidos en el libro de homónimo titulo de Marotta, es una manifestación de la generosidad, de la fantasía y de la esperanza del pueblo napolitano, capaz, en las más miseras condiciones, de resolver genialmente la vida en una bizarra y fastuosa creatividad... El filme queda por debajo de los precedentes de De Sica y Zavattihi, y no puede considerarse como una obra de arte lograda observaba un critico serio como iJmberto Bárbaro, Sofía Loren es la pizzaiola temperamental y exuberante, desenfadada y vital, estrepitosa y llamativa. Su caminar ondulante, su mirada insinuante, su blusa entreabierta, orgullosa de sus atributos femeninos, sientan las bases de un mito popular. 46 l a napolitana y la estrella internacional Sin embargo, esa Sofía Loren estaba en un estado más natural, más en su medio ambiente, más graciosa en su desenvoltura, en su descaro, en sus exageraciones meridionales, incluso, que la recreada por Hollywood, contenida en su desbordante y desbordada personalidad popular. Una Loren sofisticada, sometida a las especulaciones de un sistema frío y mecánico. En contra de lo que se ha afirmado, su mejor momento es el primero. A este respecto, las palabras de Aldo Kyrou resultan elocuentes: Sofía Loren es un monumento. Después de convertirse en actriz internacional, ha perdido su desparpajo y la buena chica se ha subido a un pedestal. Ganando en parte, ha conseguida una curiosa y distante mezcla de diva, de pin- up de napolitana y de gran dama. De su etapa italiana, la interpretación de La Ciociara desprende una fuerza insospechada. Ya no es la impetuosa pizzaiola superficial, alegre, generosa, débil ante la seducción. Una figura dramática que se inspira en la creada por Moravia en su relato del mismo título. Es una de las obras de De Sica que merecen atención, en contraste con las concesiones ostensibles de su última etapa como director, imposible de identificar con el autor admirable de Ladrón de bicicletas Limpiabotas Umberto D Milagro en Milán En el episodio de Bocaccio 7 (3 firmado por De Sica y denominado La rifa dentro de un tono caricaturesco, de un humor fácil y desmesurado, a menudo, es otra vez la napolitana desgarrada que se ofrece como premio principal de un sorteo que vence el sacristán del pueblo. Un espectáculo tratado en clave de comicidad dudosa. Antes ya ha efectuado su primera relación con el cine norteamericano en Orgullo y pasión de Stanley Kramer, rodada en España, al lado de Cari Grant y Frank Sinatra. Cuando alguien le pide a este último su opinión sobre Sofía Loren, responde: The most o sea, la máxima Es entonces cuando el Journal American de Nueva York, la encarga una sección de ecos frivolos. Aconseja a las mujeres americanas: Comed siempre spaghetti Todo lo que poseo lo he logrado comiendo spaghetti

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