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ABC MADRID 17-08-1969 página 74
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ABC MADRID 17-08-1969 página 74

  • EdiciónABC, MADRID
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LA NUEVA TECNOLOGÍA DEL TRANSPORTE LOS SERVICIOS DE AUTOBÚS RESPONDEN CADA VEZ MENOS A LAS ASPIRACIONES DEL VIAJERO MODERNO, Y SU CLIENTELA DECRECE EN PROPORCIONES CONSIDERARLES. EL TRANSPORTE COLECTIVO DEBE TENER PREFERENCIA SOBRE EL INDIVIDUAL. Impártante estudio de la Sección de Investigación en materia de Transporte de la O. C. D. E. Las posibilidades económicas de nuestra ciudades y el bienestar de sus habitante; dependen, en gran medida, de la eficacia y de la calidad de los servicios de transporte público. En una reciente reunión, el Grupo consultivo de la O. C. DJE. sobre la investigación en materia de transportes ha estudiado no de los aspectos del problema: cómo crear las normas de los servicios de transporte urbano mejorando la explotación de las redes de autobuses e introduciendo en ellas algunas innovaciones. Con este motivo, el Boletín de la O. C. DJE. ha publicado un artículo de C. Keimelh Orski, jefe de la Sección de Investigación en materia de Transporte, de la División de Cooperación Científica Internacional de la O. C. D. E. que por su indudable interés reproducimos en dos amplios capítulos. DEL AUTOBÚS N las ciudades actuales, el autobús es el medio de transporte público m á s u t i l i z a d o Transporta aproximadamente al setenta por ciento del conjunto de los usuarios de los transportes urbanos. En los países de la O. CD. E. la mayor parte de las ciudades dependen completamente del autobús para asegurar los transportes colectivos. Incluso en las ciudades dotadas de una red de transportes ferroviarios rápidos, el autobús sigue siendo un complemento indispensable de los sistemas ferroviarios. Sin embargo, los servicios de autobús responden cada vez menos a las aspiraciones del viajero moderno, y su clientela decrece en proporciones considerables. Para hacerse cargo de la situación, basta con echar un vistazo a las últimas estadísticas relativas a los índices de frecuentación de los autobuses. En el ochenta por ciento de las ciudades en las que se basa la encuesta, la clientela de los autobuses disminuye, a veces, en proporciones que alcanzan hasta el treinta o el cuarenta por ciento. Este cambio de las costumbres de los viajeros se explica por complejos motivos. Se debe en parte a la transformación de la configuración de las ciudades modernas: los puntos de origen y de destino son ahora tan dispersos que las lineas fijas de autobuses resultan incapaces de ponerlos a todos en contacto; se debe también en parte a la competencia de los automóviles privados, accesibles en una proporción cada vez mayor de la población urbana y que proporciona un mejor servicio en lo que se refiere a la comodidad y a la intimidad de los desplazamientos; resulta también de la implantación o de la extensión de redes ferroviarias de transportes rápidos que aseguran servicios más frecuentes 5 más regulares que los que ofrecen los autobuses. Por otra parte, a medida que la extensión de las zonas metropolitanas va siendo un hecho, los trayectos urbanos aumentan en distancia. Y mientras que, para los trayectos cortos, la diferencia entre la velocidad de los autobuses y la de las formas de transportes competitivas es marginal, cuando se trata de largos trayectos, sin embargo, el ferrocarril y el automóvil privado sacan una ventaja considerable al autobús, que pierde mucho tiempo acelerando, frenando y parando para permitir que los usuarios suban y bajen. VELOCIDAD MEDIA DESPLAZAMIENTO PUERTA A PUEBTA Los autobuses constituyen la única forma de transporte colectivo capaz de asegurar los desplazamientos puerta a puerta Además, como pueden circular en las vías urbanas existentes, no exigen grandes inversiones fijas y son susceptibles de funcionar con tarifas inferiores a las de los medios competitivos. Por otra parte, los autobuses se caracterizan por una agilidad de funcionamiento que ningún otro medio de transporte público puede igualar: dotados de innovaciones apropiadas podría -asegurar los transportes requeridos en los centros comerciales de las ciudades y responder a las necesidades de los viajantes diarios y de las personas que quieran desplazarse al interior de los barrios periféricos poco poblados. Desgraciadamente, los autobuses han permanecido al margen de la innovación tecnológica, a pesar de que los otros sistemas de transporte público se han beneficiado de muchos progresos técnicos. Mientras las otras formas de transporte han evolucionado para poder responder a las nuevas necesidades, apenas se ha intentado adaptar los autobuses a la evolución de las condiciones de vida humana y prepararlos para responder a la transformación de la demanda de transporte. Finalmente, ni se ha estudiado la mejora de su confort ni se han atenuado sus efectos nefastos sobre el medio ambiente ni su aspecto antiestético. Desde muchos puntos de vista, el autobús ofrece un ejemplo paradójico en una época en la que la tecnología progresa rápidamente. El Grupo consultivo de la O. CD. E. sobre la Investigación en materia de Transportes, uno de cuyos objetivos consiste en evaluar el papel que podrían jugar la nueva tecnología y la innovación científica en el marco de los transportes, acaba de consagrar una gran parte de su reunión semestral a los problemas planteados por los autobuses y a las posibles soluciones. Esta Se ha estudiado la evolución de la velocidad comercial media de los transportes de superficie en los centros de diecinueve grandes ciudades de la zona de la O. CD. E. En casi todas estas ciudades, la velocidad comercial media ha disminuido éntíe 1953 y 1963, T en siete de ellas esta disminución es del veinticinco por ciento o superior. En términos absolutos, en ninguna de las ciudades citadas la velocidad media de los autobuses superaba, en 1963, los 16 kilómetros por hora en la zona central. En numerosos casos, dicha velocidad media de los autobuses que circulaban en el centro comercial con gran densidad de circulación no alcanzaba los siete kilómetros por hora. Y es casi seguro que. desde 1963, fecha en la que E. Nielsen realizó fet encuesta U. I. T. P. la situación se haya agravado todavía más. Si la disminución de la clientela es tan inexorable como parece, podemos preguntarnos si los autobuses, tal y como funcionan en la actualidad, rendirán todavía algún servicio útil en el porvenir en el campo de los transportes urbanos y si las ciudades deben continuar empleándolos para responder a las necesidades urbanas d e l transporte. Sin embargo, está claro que lo? autobuses no tienen que seguir funcionando como lo hacen hoy. De hecho, es posible explotar sus características propias de forma que pueden mejorarse el nivel y la calidad de sus servicios.

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