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ABC MADRID 30-07-1969 página 87
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ABC MADRID 30-07-1969 página 87

  • EdiciónABC, MADRID
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LA FIESTA NACIONAL, HOY A LAS 5 DE LA TARÍ LA BUENA CRIANZA S EGUIMOS con el toro. Nos hemos referido de pasada al fraude frecuente de hacer pasar por toros a lo que son simplemente novillos engordados. Pero para tranquilizar al público se exhibe obligatoriamente el peso de la res antes de que ésta pise la arena. Estamos de acuerdo; pero ¿por qué no la edad? Sólo así se podrían evitar muchos abusos. El peso tiene que estar en relación con la edad, y lo demás son supercherías, burdas triquiñuelas. A veces, con la presencia se suple la falta de peso. Por un efecto óptico, parece más chico un toro que otro, según sea su pelo: berrendo, cárdeno, etc. También es evidente que un toro gordo parece más toro que uno de inferior peso, aunque no lo sea. Importa, pues, la edad. El peso dependerá de los años del bicho y en sse equilibrio- -edad y peso- -reside lo principal del toro. Respecto del trapío, ya hemos dicho que es diferente, según las ganaderías. Dejémosle a cada una el suyo. Pero nos interesa también, y mucho, el poder. Los toros de verdad, en los que no anda mezclado el engaño, deben tener poder. Hoy no lo tienen. Probablemente, porque de toros de lidia sólo poesen el n o m b r e Aunque tengan años, aunque tengan edad. Son toros a secas, más cerca del bull inglés o del strer alemán, como dice Ortega y Gasset, que del auténtico toro de lidia. Porque los toros destinados a ser corridos en las plazas exigen desde su catalogación unos cuidados especialísimos, una crianza adecuada al objetivo que con ellos se propone el ganadero. Acabo de leer unas declaraciones del doctor Agustín Barbosa, criador mejicano de reses bravas. Dice cosas muy sustanciosas. Como éstas: Tras de ver lidiar una gran cantidad de toros en esta temporada española, he de modificar la idea que tenía sobre el elemento básico de la Fiesta, Lo que se ha dado en llamar raza, casta, enjundia y fuerza en la embestida, que suponía la tenía el toro español en grado superlativo, se nota disminuido en tal forma, que no es mucha actualmente la diferencia con nuestro toro. Digo actualmente, porque en España, como en Méjico, a toda costa se ha venido preocupando el ganadero por obtener el toro comercial o sea el que pase con sencillez muchas veces, aunque vaya al caballo con poca codicia. Es más, debo afirmar que en cuanto a lo de caerse los toros por la falta de fuerza, lo haoen allá (en España) con mayor frecuencia que acá (en Méjico) En cambio, justo es reconocer que el porcen- taje de toros bravos completos es muchi mayor que el nuestro. Las observaciones proceden de un ganadero, de alguien que sabe bien lo que trae entre manos y que no se recata de confesar públicamente que la gran preocupación de los criadores es conseguir toro comercial suave, blando, con maneras borreguiles; es decir, el toro que acostumbramos a ver en nuestras plazas. Sin embargo, el toro es animal netamente hispánico. Como señala Cesáreo Sanz Egaña, en España, desde la época prehistórica y en la antigüedad histórica, hay abundantes noticias de existencia del ganado vacuno de tipo muy semejante a nuestro actual toro de lidia La tradición mejicana es muy posterior. Vaiños a referirnos concretamente a una famosa ganadería, la de La Punta, la más española de todas, ya que nunca ha sido cruzada con ganado del país. Pues bien, el primer semental español, oriundo de Parladé, fue adquirido en 1921. No hace aún medio siglo. Las observaciones de don Agustín Barbosa obligan a una reflexión serena y desapasionada y la conclusión no puede ser sino que en España se ha bastardeado mucho la buena crianza. Andrés TRAVESI

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