ABC MADRID 16-07-1969 página 17

para adiestrar a las unidades de superficie, sin descartar su musión puramente ofensiva, a la que nunca se debe renunciar. La creación, el sostenimiento y la utilización de esa Fuerza requiere la existencia de una serie de elementos materiales entre los que destacan las Bases Navales que apoyan directamente a la Fuerza Naval, y la industria nacional cuyo concurse, obvio es decirlo, resulta fundamental. Estamos realizando hoy un considerable esfuerzo para actualizar nuestras Bases. Creemos que vamos bien orientados en este aspecto. En cuanto a la capacidad de ta industria nacional para crear y sostener una Fuerza Naval moderna, mi opinión no puede ser tan optimista. Nuestra industria naval es competente en grado sumo: esto es un hecho evidente como lo prueban los contratos que recibe del extranjero. Mas un b a r c o de guerra es un complejo de armas, elementos de detección y equipos especiales dominados por la electrónica aplicada que, hoy por hoy, estamos muy lejos de construir. En este importantísimo aspecto nuestra servidumbre del extranjero es evidente y ccarta c puede coartar la capacidad de defensa nacional; de aquí la importancia de escoger bien nuestras alianzas, buscando siempre países cuyos objetivos nacionales coincidan lo más posible con los propios. Las naciones fuertes, superdesarrolladas, tras invertir sumas cuantiosas en la investigación y construcción de material militar, impenen unos tipos de unidades de un nivel técnico elevadísimo en todos los aspectos. Los demás países adquieren estas unidades mediante compra, cesión condicionada o entrega gratuita. Para tener unas Fuerzas de defensa adecuadas, o al menos útiles, hay que ponerse a tenor con lo que tienen los demás; de lo contrario no se puede pensar en combatir partiendo de una situación de desigualdad suicida. La utilización de la Fuerza Naval, de la cual soy técnicamente responsable, me llena de satisfacción debido a la competencia de oficiales y subalternos forjados en la vida de sacrificio que impone el Servicio Naval. De hecho, nuestras unidades están permanentemente movilizadas, lo cual es una exigencia característica de todas las Marinas. La reciente evacuación del personal de Guinea y del respetable volumen e material allí destacado fue posible gracias al envío inmediato de los dos transportes de ataque convoyados por el crucero Canarias y apoyados por el petrolero- de escuadra Teide La competencia de nuestras dotaciones se contrasta periódicamente durante Jos servicios que realizam o s c o n Marinas aliadas. Los resultados c o n f i r m a n la buena f o r m a de nuestras unidades. En la Semana Naval de Santander tratamos de dar a conocer al público nacional cómo trabajamos en la Armada. Finalmente y de cara al contribuyente español, unas brev e s consideracionas para cerrar estas líneas. Desde hace unos pocos años tratamos de perfeccionar nuestra veterana insiitudón. La Armada, mediante sucesivos Decretos del Gobierno, está a punto da concluir un proceso de reorganiación interna en el que preside la simplificación, la productividad y la agilidad administrativa. Simultáneamente, hemos sido los pioneros en producir una Ley de Escalas y Ascensos para hacer frente a los problemas del personal; nuestro objetivo es pasar la antorcha a las nuevas generaciones de una forma controlada, sin cataclismos de escalafón y con la debida continuidad. Para terminar y tras de agradecer a la Prensa española, y en particular a ABC. el apoyo que en todo momento recibimos, permítaseme que, de cara al público nacional, exponga unas ideas que en mi epinión merecen ser meditadas. La envidiable posición estratégica de la Península Ibérica es hoy- -como lo fue siempre- -un factor básico en la política internacional. La debilidad relativa de nuestra fuerza naval impide que España explote ella misma las ventajas de su geografía. El interés per nuestra posición motivaron los acuerdos con los Estados Unidos llevados por iniciativa de la Marina americana. EspaEl destructor Roger de Lauria El crucero Canarias ña, con una Fuerza Naval adecuada, está geográficamente en una situación inmejorable para influir decisivamente en la política exterior de las naciones mediterráneas y atlánticas. La importancia estratégica de Gibraltar es nula para España por contar con puertos y bases que lo flaquean a lo largo ds la geografía peninsular. Lo verdaderamente importante, repito, es nuestra potencia naval para explotar esta posición, servida en bandeja por la Naturaleza. La inversión aplicada al presupuesto de la Armada para crear una Fuerza Naval discreta, moderna y eficaz, re valorizaría nuestra posición ante Europa y el mundo, haría caer muchas barreras políticas y nos beneficiaríamos con un factor decisivo que. no tiene precio y se denomina pre igio. w El esfuerzo presupuestario a que me refiero no implicaría adoptar una mentalidad nacional belicista, puesto aue nuestros gastos actuales de defensa per capíta para las tres Fuerzas Armadas, cifrados en 13 dólares, son tan ínfimos que no tienen parangón con ningún país de Europa y sólo representan el 2.2 por 100 del producto nacional bruto per capita estimado en 680 dólares. El promedio que aporta cada europeo Europa occidental) a la defensa de su propio país es de unos 50 dólares anuales que implica un 3.4 por 100 del producto nacional bruto per capita Esta desproporción nos lleva a un resultado tan increíble como el siguiente: el presupuesto de la Marina es inferior al del Ayuntamiento de Madrid. Teniendo en cuenta los graves momentos de tensión internacional en la época en que vivimos, los importantes intereses marítimos nacionales esparcidos por el Atlántico y Mediterráneo en el continuo ir y venir de nuestra Flota mercante y pesquera, la presencia inmediata de fuerzas navales extranjeras en nuestras costas mediterráneas y las graves responsabilidades a que, en consecuencia, debe hacer frente la Marina, fácilmente puede deducirse nuestra preocupación por dotar a EspáTla de una Fuerza Naval moderna y eficaz que responda a las exigencias que acabo de exponer. Adolfo BATURONE COLOMBO Almirante Jefe dsl Estado Mayor de la Armada