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ABC MADRID 06-07-1969 página 14
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ABC MADRID 06-07-1969 página 14

  • EdiciónABC, MADRID
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ABC. D O M I N G O 6 DE J U L I O DE 1969. EBIC 1O N DE LA MAÑANA. PAG. 14. Científicas- -evitará que el esfuerzo del Estado en la formación del personal científico pueda exteriorizarse en una obligada renuncia a los dictados de la vocación. He aquí el nudo del problema. Hoy más que nunca existe el riesgo de que un gran número de jóvenes universitarios llamados por impulso vocacional a las tareas de la investigación científica, sientan la necesidad de desviarse del imperativo intelectual que los movió a elegir ese camino por falla de estímulos económicos y de asistencias oficiales. Si nuestra Patria quiere consolidar eficazmente esa política esperanzadora que se cifra en sus Planes de Desarrollo, tendrá que colmar de alientos y asistencias materiales a los científicos españoles. Si a la cifra de los ochocientos encuadrados en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas se suman los de las empresas paraestatales y privadas, quizá el total no pasará de los tres mil. Hasta que este número se quintuplique, España no alcanzará el índice que le corresponde en la proporción de gastos totales destinados a la investigación, comparados con la renta nacional. Entonces podremos decir que, ciertamente, nuestra Patria ha salido del nivel en que vivía dentro de la panorámica del subdesarrcllo europeo. El problema consta, pues, de dos factores, cada uno de los cuales está subordinado a! otro: hombres y dinero. La existencia de un elenco investigador supone unas dotaciones racionalmente concebidas, sin las c u a l e s los estímulos vocacionales entre los universitarios resultarán prácticamente nulos. Nuestra política científica tiene, pues, una doble meta, hacia la que urge caminar con paso decisivo. ABC Torcuato LUCA ele TENA DIRECTOR ADJUNTO: Pedro de LORENZO SUBDIEECIOH: Jesús REVUELTA IMAZ DIRECTOR: REDACCIÓN, ADMINISTRACIÓN Y TALLERES: SERRANO, 6 1 MADRID. APARTADO NUM 43- TELEF, 225 17 10 planetario EL QUE NOS HIZO AGACHARNOS No me es posible precisar si fue en Retour a Faube o en Abuso de confianza allá por 1940 ó 42, donde Danielle Darrieux aparecía, a través del ojo de una cerradura, en el momento de despojarse del vestido y quedarse en combinación. Quizá ésa es la primera vez en que la astucia de un realizador cinematográfico acierta a suscitar la complicidad de millones de desconocidos. La aguda simulación del plano convertía a cada espectador en un voyenr El que sabía que lo era encontraba allí su medida. Descubría un oculto motor de su comportamiento quien hasta aquel instante lo ignoraba. El hombre que con tan profunda punción penetraba en millones de seres de todo el mundo era Henri Decoin, entonces marido de Danielle Darrieux. Esta suerte de exhibicionismo matrimonial se ha desarrollado mucho años después. Quizá es Vadin, sueesivo esposo de Brigitte Bardot, Annette Stroiberg y Jane Fonda, quien ha llevado la inciativa de Decoin a más extremadas consecuencias. En todo caso, hay que considerar a Decoin como uno de los más finos psicólogos del cinema europeo, consideración que suscita una sorpresa si se sabe que Henri Decoin, héroe de la guerra del 14, había sido antes de comenzar a escribir literatura y guiones cinematográficos, antes de realizar películas, cronista deportivo de li Auto el periódico para el que Henri Desgranges inventó el Tour de Francia en 1903, y, como tal, uno de los primeros poetas de esa epopeya anual de los gigantes de la ruta a quienes habría que llamar hoy héroes de la anfetamina Por el periodismo deportivo, es decir, por la contemplación del hombre hazañoso, llegaba Decoin a la psicología. Es lógico que un hombre inteligente se pregunte cuáles son los resortes de todo acto desproporcionado. Se pasa, pues, del acto al motivo; del músculo, al motivo. Así franqueó con admirable rapidez Henri Decoin la distancia enorme, aunque a primera vista no lo parezca, que existe entre un ring y una alcoba; entre un hombre- -torso desnudo, breve calzón- -que boxea y una mujer- -mínimas gasas en penumbra; -que ignora ser contemplada. Y al dar ese salto, cambiando el automóvil y la máquina de escribir del reportero por la cámara del cineasta, no podía pararse hasta no hacer de la cámara ojo de un personaje y hasta no hacer de cada uno de nosotros ese espía suspecto, vergonzoso; hasta no encontrar y no hacernos descubrir lo que a cada uno de nosotros nos abochorna y nos atrae. Hora, cuando por los diarios llega la noticia brevísima de que, cumplidos ya setenta y tres años, Decoin, el olvidado, ha fallecido casi sobre la mesa de operaciones de alguna clínica, el recuerdo lejano de aquella escena vivida y, sin embargo, imprecisa, nos incita a proclamar al hombre que desaparece como fundador de un cine psicológico en el que no se araña en la psicología del personaje, sino en la del espectador; en la que se hace a éste partícipe. En la que se le muestra algo por el ojo de una cerradura. El mundo miró así, espiritualmente agachado, una escena de Henri Decoin. -Lorenzo LÓPEZ SANCHO. üi Editor: PRENSA ESPAfiOLA, S. A. LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA La investigación científica en España está alcanzando categoría de preocupación nacional. Porque nunca como ahora el hombre ha confiado a la ciencia su bienestar material y la felicidad de su futuro. Hasta en los países del Tercer Mundo se manifiesta como exigencia ineludible del momento la explotación de todos los recursos que la Naturaleza brinda al servicio del hombre. En ella se cifra la política de los Planes de Desarrollo, cuyos resortes principales se hallan subordinados al impulso dado a la investigación. Si el desarrollo supone un proceso simultáneo de crecimiento es lógico pensar que los objetivos propuestos y las acciones específicas para lograrlo se conjunten y armonicen dentro de un orden y de un plan. En esa planificación que toda política de desarrollo supone corresponde rango preeminente a las tareas científicas y al trabajo tecnológico. De este modo no solamente se eleva el nivel de inteligencia y cultura de la sociedad, sino que, además y primordialmente, se logra el máximo rendimiento en las fuentes de riqueza nacional. Es decir, que a n t e todo, la característica principal del esfuerzo investigador es su rentabilidad. Los investigadores sirven con su trabajo al progreso de la nación. El espectáculo del mundo actual lo confirma. Los avances en el campo de la energía nuclear, de la biología o de la astronáutica señalan el futuro hacia el que camina, con paso incontenible, la Humanidad. Ahora bien, en la investigación importa tener en cuenta dos factores: el económico y el humano. Investigar cuesta dinero y éste es el gran problema que hay que afrontar con toda valentía desde las alturas del Estado. En todos los países se destina en el gasto público una partida importante para la investigación. Los últimos datos sobre las- cantidades consagradas a este fin, en comparación con la renta nacional, dan las siguientes cifras: Estados Unidos, el 3,31 por 100; Gran Bretaña, 2,93; ü R. S. S. 2,43; Holanda, 1,71; Alemania, 1,61; Japón, 1,61. En España la proporción no pasa del 0,2 por 100. Es triste reconocerlo, pero nos hallamos todavía en mitad de camino. Lo más importante es que se ha reconocido ya que el dinero gastado en investigación es una buena inversión desde el punto de vista nacional. Pero al lado del problema financiero está el hombre. Porque sería inútil cualquier fórmula que tendiese a fomentar una política científica en la que se prescindiera de la ayuda económica, que cada día con más apremio necesita el personal investigador. La dignificación socieconómica de éste- -ha dicho recientemente el profesor Lora Tamayo, presidente del C o n s e j o Superior de Investigaciones Coleccionista particular compra pisapapeles de cdsial con dibujos Pagándolos hastia 200.000 pías. Dirección: HOTEL VELAZQUEZ Teléf. 275 23 00 En urbanización totalmente dotada de servicios. Verlo en: VENDO CHALET Urbanización SOTOSIEHEA SOTO DEL REAL (MADRID) (Oficina de Información.

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