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ABC MADRID 22-06-1969 página 130
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ABC MADRID 22-06-1969 página 130

  • EdiciónABC, MADRID
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infantitas que usted dice era yo. ¿Y qué pasó entonces? -La mujer se me quedó mirando muy asombrada y luego estalló en alegría. Y me dijo: ¿Y por qué no se lo lleva usted a su palasio, Artesa? Esto ya no es más que un corralón. Lo van a echa abajo de un momento a otro y cuarquiera sabe dónde irá a parar er cuadro. En cambio así se conservaría y podría seguirlo viendo Y me lo llevé. Y aunque esto no sea un palacio, aquí está en la fachada. Son las doce. Don Juan baja unos minutos y pasea con su hija, la Infanta Doña Margarita. Vamos hacia un rincón del jardín donde hay una gran jaula que sirve de albergue a un extraño y bellísimo pájaro brasileño. EN EL DORMITORIO, EL CRUCIFIJO, LA BANDERA DE ESPAÑA Y EL PENDÓN DE f Y CASTILLA, QUE ALFONSO XIII TUVO jtí ú SIEMPRE EN EL EXILIO Vuelve Don Juan a su despacho. Jaime Pato y yo visitamos el dormitorio con la bandera de España y el pendón de Castilla que tenía Alfonso XIII sobre la cama en sus años de exilio. Y el crudel Pepe, cerca de Eritaña. Cuando yo era una niña solía fijarme en él. Y muchos años después, en una de las últimas veces que estuve en Sevilla, pasé por allí y vi que no estaba. Entré a preguntar y una mujer muy vieja me dijo: ¿Usted dice aquello de cuando el Infante Don Carlos y su familia entraron aquí aquella vez? Mire usted, de verdad, eran los reyes de Sevilla, que hay que ver lo que es eso. Todas las cofradías sevillanas fueron con caballos y carretas. Y mire usted, en ésa que aparece ahí detrás, iban las infantitas. Todavía me acuerdo de ellas. Y entonces yo le dije: Pues mire, una de esas cifijo que el Monarca tuvo en sus manos al morir en el cuarto de un hotel como dice el romance de Agustín de Foxá. Doña María de las Mercedes ha p a s a d o a su cuarto de estar donde recibe a unas españolas. Se acerca la hora del almuerzo, que tiene lugar a eso de una a una y media. La Familia Real se reúne en el salón, una estancia cómoda y grata Uena de retratos y recuerdos. Junto a esa pieza está el comedor. En él comen a horas inalterables y más bien tempranas. A veces se queda con ellos uno de los gura la G i r a l d a de Sevilla. ¿Tanto la echa de menos, Señora? ¿Y qué sevillana hay por el mundo que no se acuerde de una cosa así? Sevilla se echa de menos siempre. Son las once de la mañana. Dos automóviles con matrícula española paran ante la casa. Sus ocupantes entran seguidamente. Doña María de las Mercedes se detiene frente a un s e g u n d o azulejo. Aparecen en él caballistas y carretas que desfilan como en una romería o procesión de las tierras del Sur. Chaquetillas cortas y váreles... -Este estaba en la Venta secretarios. Y en ocasiones, s o n visitantes españoles los que les acompañan a compartir el almuerzo o la cena. Se prolonga la sobremesa. La Familia Real repasa la cartelera de espectáculos. Don J u a n lee detenidamente la 1 Prensa española, recién llega- f da de Madrid. j Estas horas que también En Villa Giralda pueden verse docenas de fotografías familiares sobre mesas, cómodas, chimeneas, etc. En el salón se enouentra una del Príncipe Don Juan Garlos, que reproducimos en el ángulo superior Izquierdo de esta página. En la dedicatoria de esta fotografía puede leerse: Al empuñar por primera vez, lleno de emoolón, nuestra bandera, quiero que tengáis el recuerdo de vuestro subdito más leal e hijo más cariñoso. Juan Carlos. Sobre estas líneas, una Imagen bien conocida: San Fernando, 1930; ante su padre, el Rey Don Alfonso XIII, Don Juan de Borbón jura la bandera española. A la izquierda, el Jefe de la Casa Real Española sonríe feliz teniendo en sus brazos a su nieto el Infante Don Felipe.

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