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ABC MADRID 19-06-1969 página 109
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ABC MADRID 19-06-1969 página 109

  • EdiciónABC, MADRID
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crónica semanal de las letras ALONSO DE ERCIL. LA S E cumple este año el IV centenario de la aparición de la primera parte del poema épico La Araucana que tuvo lugar en 1569. Su segunda y tercera partes fueron publicadas en 1578 y 1589, respectivamente. Su autor, Alonso- de Ercilla y Zúñiga, de familia oriunda de Vizcaya, nació en Madrid en 1533. Fue paje de Felipe H, a quien acompañó, siendo todavía príncipe, en sus viajes por Mandes e Inglaterra. Desde este último país embarcó para América con la expedición que dirigía el adelantado Jerónimo de Alderete contra los indios araucanos. Muerto éste, iüe sustituido por García Hurtado de Mendoza, bajo cuyas órdenes tomó parte en varias batallas. La vida de Alonso de Ercílla transcurrió como la de un cumplido caballero renacentista. Fue viajero, soldado, poeta, lector asiduo de los clásicos y cortesano. La Araucana es el relato, en octavas reales, de la guerra que libraron los habitantes del valle de Ara- úco, en Chile, contra los conquistadores españoles. Ensilla escribió su valioso testimonio en los propios campos de batalla, como César, sobre pedazos de cuero y papel. Entre las singularidades de esta obra- -considerada como la más importante en el género epopeya de nuestra moderna literatura- -quizá la más destacable sea la admiración que por el vencido siente su autor. La bravura de los indios araucanos y el valor y la arrogancia de sus jefes conquistan el corazón del guerrero castellano, por lo que, en realidad, La Araucana es el canto al coraje y al desesperado amor a la libertad de aquel pueblo. Los mejores aciertos del poeta, junto con las descripciones del paisaje, son precisamente los retratos literarios de Caupolicán, jefe supremo de los araucanos, y de los caudillos Lantaro y Colocólo. En cambio, concede menos atención a la figura del jefe español. Esta desigualdad de trato y, sobre todo, la exaltación que hace de las virtudes del enemigo debieron levantar acerbas críticas entre sus compatriotas, puesto que Ercilla escribió: Si a alguno le pareciere que me muestro algo inclinado a la parte de los araucanos, tratando de sus cosas y valentías más entendidamente de los que para bárbaros se requiere; si queremos mirar su crianza, costumbres, modos de guerra y ejercicio della, veremos que muchos no les han hecho ventaja y que son pocos los que con tan gran constancia y firmeza han defendido su tierra contra tan fieros enemigos como son los españoles... La Araucana como ya dijimos, está compuesta en octavas reales y consta de. treinta y siete cantos divididos en tres partes, de las que la primera es la mejor. En las otras dos intercala episodios ajenos a la acción principal del poema, como son la batalla de Lepante y San Quintín, las historias de Bido y la guerra contra Portugal. A la vuelta de América, Alonso de Ercilla fue nombrado gentilhombre da la Corte y caballero de Santiago. En 1570 casó con la ricahembra María de Bazán y desde 1580 ejerció la censura de libros por encargo del Consejo de Castilla. Murió en 1594. Es cierto que la gesta de los araucanos mereció ser imortalizada, mas lo es, asimismo, que tuvieron la suerte de que entre sus vencedores se encontrase un hombre como Ercilla, porque no es cosa corriente- -y los últimos ejemplos de la Historia nos los demuestran sin lugar a dudas- -que el vencedor sienta compasión por el vencido y cuánto menos aún que le haga justicia.

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