ABC MADRID 15-06-1969 página 157

L Por Juan Ignacio COMIN CONSIDERACIONES GENERALES EN TORNO A LA SIDERURGIA ste. siderúrgico, exijan tantos cuidados y preocupaciones y lleven consigo, cambio, tantos y tan grandes riesgos. Parece poco probable también que exisotra actividad productiva- -como no sea agraria- -que polarice más la atención haya sido objeto de tan vivas polémicas. ste interés centrado en torno suyo protene de la intrusión que ha tenido lugar el campo puramente económico por na serie de juicios de valor extraños a UY pocos sectores hay que, como el Bajo el prisma económico, la importan, a de este sector de base se centra, en pri er término, en el hecho de ser la fuente e abastecimiento de una dilatada red de Ictividades productivas, que van desde los nenes de inversión hasta los más próximos al consumidor, condicionando, en este sntido. cualquier desarrollo del sistema conómico al suyo propio. En segundo luar, y como derivación del hecho anterior, amplificación y resonancia que tienen. en todo el sistema productivo, cualquiera de sus fluctuaciones. Paralelamente a estas consideraciones económicas aparece una fuerte carga emocional representada por un conjunto de sentimientos que engloban el prestigio, la independencia y el orgullo nacionales y se adscriben a la necesidad de poseer un desarrollo siderúrgico autónomo. Es éste un hecho presente en todos los países y que, por muy controvertible que sea desde los principios de la ortodoxia económica, constituye una premisa básica al enjuiciar este sector. Este prurito nacionalista, plasmado en un criterio político, es el que, en unión de los importantes efectos económicos más arriba expuestos y de las especiales condiciones de inseguridad y riesgo, notas características de la inversión en esta rama de la producción, ha conferido un carácter marcadamente social al capital necesario para la realización de esta actividad. En efecto, una ojeada a la situación internacional muestra cómo la nacionalización, en unos casos, y las ventajas fiscales, en los más, constituyen un reconocimiento explícito de la primacía del interés general sobre los estrictamente individuales del inversionista privado. 2 EVOLUCIÓN DE LA SIDE RURGIA EN ESPAÑA E N España la comprensión de este hecho ha exigido un largo periodo temporal. Nace la siderurgia española en 1797, en Lugo, con la instalación del primer horno alto alimentado por carbón vegetal y habrá que esperar hasta 1848 para acudir a la instalación, en Trubia, de- un horno alimentado por coque. Comienza entonces el desplazamiento de nuestras plantas siderúrgicas hacia Asturias y Vascongadas como centros principales de abastecimiento de esta materia prima. Sin embargo, al correr del siglo XTX la hulla asturiana va viéndose desplazada por el carbón inglés, de mejor calidad, que es pagado mediante los envíos a Gran Bretaña del mineral de hierro vasco. Llegamos ya al final del siglo y con ello al comienzo de las medidas arancelarias proteccionistas. Primero se protege el carbón. Más tarde, en 1907, la siderurgia, creándose en esta misma fecha un consorcio- -la Central Siderúrgica de Ventas- cuyos objetivos eran la unificación 37