ABC MADRID 04-06-1969 página 31

En mayo de 1959, Amadori pueda en España Abril en Portugal Con el director, los protagonistas, Zully Moreno y Alberto Closas, y el cámara, Aguazo. cardía de los diálogos, hoy se rinde sólo ante una vedette que cante con gracia, ante un decorado fantástico y ante un vestuario suntuoso. Los cómicos de revista se ven en escena disminuidos por el éxito creciente de lo que hasta ayer fue sólo marco y adorno de su gracia soberana. -Habíame ahora del cine argentino de hoy en relación con el de ayer. -En el cine está ocurriendo casi todo lo contrario de lo que te he señalado en el teatro. Después de un decenio de pocos afortunados intentos de a la manera de Antonioni, Bergxnan, Godard o Lelouche, un porcentaje aplastante de la producción cinematográfica argentina se basa hoy en remakes de películas que tuvieron sonado éxito hace veinte o treinta años. Casi todo el repertorio de Manuel Romero, pionero del cine popular, está siendo revisado y logra los más pingües ingresos de taquilla. Asi ha sucedido con La muchachada de a bordo y con Los muchachos de antes no usaban gomina También el repertorio de Carlos Gardel ha sido exhumado. Uno de los sucesos más espectaculares del luminoso centro cinematográfico, la calle Lavalle, es una nueva versión de El día que me quieras El público celebra como no tienes idea cada canción y hasta las situaciones clave de la famosa película que en su hora interpretaron el inolvidable Carlos y Rosita Moreno y que hoy reviven Hugo del Carril y Susana Campos, diri- gidos por Cafen Saiaberry. Como dato pintoresco cabe destacar que el veteranísúno Tito Lusiardo desempeña en el film el mismo papel que interpretó hace treinta y cinco años. Otro suceso digno de tenerse en cuenta es 1 de lia Haca La pereza en su versión cinematográfica. Esta obra ds teatro, que en Madrid hizo conocer en una excelente interpretación Femando Fernán Gómez con Analía Gadé, ha sido trasladada al lienzo tal y como se desarrolla en el escenario teatral y por los mismos intérpretes. Fue estrenada en el vastísimo cine Ocean, para cubrir una semana no programada entre dos películas extranjeras, y lleva ya diez semanas consecutivas en él mismo eme, siempre a sala llena, y no parece dar señales de bajar del cartel. ¡Para que digan que el teatro llevado al cine es, de inconmovible necesidad, un fracaso! ¿A qué atribuyas este fenómeno de que me estás hablando en el cine argentino? -De verdad, no sé qué decirte. ¿Añoranza del publico por temas de fácil asimilación y comprensión? ¿Vuelta inesperada de una suave ráfaga de romanticismo ciudadano? ¿Repulsa de las escuelas abiertamente foráneas? ¿Ansia de escape ante la complicación cada vez más angustiosa de la vida en comunidad? No lo sé. Pero la realidad está ahí, en las pantallas. Las de hoy, las de esta noche. A lo mejor, regreso a Buenos Aires dentro de ocho o diez meses y encuentro todo distinto. El público es terriblemente variable, y el espectáculo le sigue en sus gustos. ¿Y de, España? ¿Qué me dices de España? -En España, la corriente viene en sentido contrario. Muchos de los grandes aciertos de público y crítica, en los dos o tres últimos años cinematográficos, han sido marcados por directores jóvenes, por temas nuevos y escuelas ds signo moderno. Pippermint Frappé Nueve cartas a Berta No somos de piedra La caza Del rosa al amarillo por no extenderme en la lista, son elocuentes pruebas de este aserto. ¿A qué atribuir este buen resultado de- tendencias que rompen moldes? ¿Por qué no a la eficacia de los cursos oficiales de cinematografía, qus han surtido al cine español de una promisoria hornada de valores técnicos de primer orden? Lo cierto es que, en mi modesta opinión, este correr parálalo de valores jóvenes con realizadores de probada experiencia- -aún muy vigentes, como Berlanga, Rafael Gil, Bardem, Sáenz de Heredia, etc. -constituye un muy sólido pedestal para el desarrollo creciente de la cinematografía española. Y dejando en buena hora lo trascendente y serio, Amadori y yo volvimos a gozar de esa alegría desmesurada y contagiosa del bodegón boquense. Pedro MASSA Buenos Aires, 19 S 9.