ABC MADRID 18-05-1969 página 130

r- i E N esta España, siempre tan criticad donde los primeros críticos, y a v ees los más severos, solemos ser propios españoles, es muy frecuente oír i conversaciones de la vida cotidiana, y personas consideradas por encima de nivel medio de cultura, al referirse a hijos de los hombres eminentes, algo q siempre hemos considerado como una gr ¡impertinencia: ¿Es como su p a d r e 5 ¿Tiene el talento de don Miguel, de d Ramón, de don José o de don Gregorio Esto, cuando se aluds concretamente hijo de alguno d- a nuestros grandes ñor bres de la Filosofía, de la Literatura o la Medicina. El que la gente intente medir a los t jos por la talla intelectual y humana q han dado sus famosos padres, suelo tem muchas veces, secretas intenciones derr tistas. Cierto que las más de las veces, padres eminentes surgen hijos mediocr Y es el talento un don. al que Agustín Foxá consideraba bonito por ser capí choso. Los hijos de padres famosos también hi llegado a superar a éstos. Es el caso don José Ortega Munilla, ilustre period ta, director de Los Lunes del Imparcia cuyo prestigio intelectual adquirió undve sal renombre con la gran obra de pens miento de su hijo don José Ortega Gassat. A veces, también, los hijos de estos gra des hombres, después de heredar inicii mente algunas de sus facultades exce cionales, han añadido por cuenta pro otras muchas, de manera original, pers nalisima. Este es el caso de Gregorio M rañón Moya, hijo de uno de los hombi que han gozado en la vida española, fuera de sus fronteras, de un verdad charme en el ambiente multitudinario sus lectores, de sus enfermos hospitalar o de la consulta privada, asi como de s amigos. El impacto ha sido tan fuerte, q su fama y popularidad están filtradas ha ta los estratos más profundos del país. DESDE HACE YA SEIS AÑOS, EL IN TITUTO DE CULTURA HISPÁNICA I SIDO P A R T E ENTRAÑABLE DE VIDA N Gregorio Marañón Moya comenzó su vi profesional en el bufete de abogado y en la clínica. Todas las puertas que nombre le ofrecía franqueables, permai cen abiertas por su talento y su trabí infatigable, y en esta circunstancia rad el mérito mayor, porque supone el esfu zo gigantesco de haber soportado sin sensación de agotamiento, sino al conta rio, el peso específico propio y el de la fai de su progenitor. Muchas veces, a altas horas de la n dragada, hemos visto iluminado el ven nal del despacho de don Gregorio Mai ñon Moya, que hace compatibles estas 1; gas veladas de trabajo siendo un gran n drugador. ¿Su cargo de director del Instituto Cultura Hispánica absorbe plenamante te su actividad? -No, al Instituto de Cultura Hispan no le dedico todo el día, pues tengo ot 1 ocupaciones oficiales- -Cortes, Consejo I cional de Educación, etc. -y mi quena profesional de abogado, compatible todo lo demás. Pero desde hace ya i años, el Instituto ha sido parte entrai ble de mi vida. Le he entregado io mejor mis ilusiones, es decir, lo mejor de i realidades. Y he encontrado siempre apoyo fervoroso en el ministro de Ásun Exteriores, don Fernando Castiella. cono dor ejemplar de la gran politlón culti hispanoamericana. Su norma y u con jo son mi mejor brújula. Efectivamente, don Gregorio Man Mova realiza cada díR oí mihsin c