Archivo ABC
ArchivoHemeroteca
ABC MADRID 16-05-1969 página 53
ABC MADRID 16-05-1969 página 53
Ir a detalle de periódico

ABC MADRID 16-05-1969 página 53

  • EdiciónABC, MADRID
  • Página53
Más información

Descripción

ABC. VIERNES 16 DE MAYO DE 1969. EDICIÓN DE LA MAÑANA. PAG. 31. A B C EN BRUSELAS A B C EN LONDRES U S HUELGAS BRITÁNICAS DE EFECTOS CATASTRÓFICOS El país está cansado del desorden en la vida laboral Londres 15. (Crónica telefónica de nuestro corresponsal. Mientras el Gobierno y los Sindicatos, reforzados éstos por un grupo de diputados laboristas, libran las últimas batallas en torno al proyecto de ley que regula las huelgas, el profesor de la Universidad de Cambridge Mr. Turner ha estudiado los efectos de los conflictos laborales. Su mensaje es concluiente: él descubrimiento de una buena pildora contra los resfriados será más beneficioso para la economía británica que una ley contra la huelga. Al parecer, las manifestaciones catarrales del censo laboral resultan más perjudiciales que la epidemia de los paros obreros. El profesor Turner recuerda que desde hace unos treinta años Inglaterra no ha sufrido una huelga grande al estilo de las francesas, italianas, norteamericanas y finlandesas. Esta defensa de los combatidos Sindicatos británicos no parece ningún despropósito. El Reino Unido es un país subdesarrollado, si se admite, como lo hace Mr. Turner, que el progreso industrial debe ir unido a la proliferación de los conflictos- laborales. Inglaterra se halla así en el camino del progreso, y para acelerar el tránsito, los productores ingleses suelen organizar pocas huelgas, pero de efectos contundentes. Se trata de administrar bien las fuerzas, y en ves de paralizar una fábrica de caramelos de menta se procura, por ejemplo, que las fábricas de automóviles interrumpan la producción o que los estibadores no carguen las mercancías. Lo importante no es el número, sino la calidad de las huelgas, y en este aspecto las inglesas suelen ser de primera. A pesar de cierta literatura del género sindical, que parece servir a la causa de la revolución roja, o al menos, rosada, los dirigentes de esas organizaciones obreras se distinguieron siempre por su lealtad al régimen constitucional establecido. Y como prueba de gratitud por los servicios prestados, el régimen británico ha abierto generosamente la Cámara de los Lores a la plana mayor sindical. Un buen atajo para llegar al paraíso de los pares del Reino es hacer carrera en las organizaciones obreras. Títulos de muestra el barón de Citrine antiguo secretario general de los Sindicatos el barón de Carron (antiguo presidente del Sindicato de Obreros de la Ingeniería y actual director del Banco de Inglaterra) lord Geddes (antiguo dirigente del Sindicato de los Funcionarios de Correos) y el barón de Cooper (actual secretario general del Sindicato de Obreros Municipales) Parece más reconfortante aspirar a un escaño en la Cámara de los Lores que hacer política obrerista para terminar con esa Cámara y con la institución que extiende los pergaminos de la nobleza. como m hay escaños en la Cámara Al Se calcula que el movimiento de vuelta fardará ires meses en completarse LA DEBILIDAD DEL FRANCO Y LA LIBRA FRENA ESTE PROCESO Bruselas 15. (Crónica transmitida por telex de nuestro redactor, enviado especial. Perezosamente van abandonando Alemania los capitales especulativos que afluyeron de manera torrencial sobre las arcas germanas durante la febril semana pasada, pero, según los expertos, esta lentitud de la marea descendente monetaria es im signo negativo que preocupa con razón a los observadores, extrañados de que, después de las seguridades alemanas de no revaluar, los agentes de 3 a especulación no hayan abandonado en mayor número su momentánea estancia en Alemania. Sí, evidentemente no habrá revalnación, y el movimiento especulativo está condenado a no rendir ningún beneficio; hubiese sido lógico qsie los espectadores reconociesen su iracas abandonando el juego. Las cosas no parece que pasen de esta manera, y se calcula que tan sólo algo menos cíe 3.00 millones de mareos han salido de Alemania después de la decisión del Gobierno de no revaluar, cuando se puede pensar que la especulación había movilizado unos 16.000 millones. La comparación entre la cifra de las entradas y la modestia de las salidas es cfeíaasiado elocuente como para no pensar que ¡a confianza en el equilibrio monetario sigue siendo tan escasa qne las más solemnes promesas gubernamentales no consiguen romper el mecanismo psicológico que había provocado la última crisis. Naturalmente, los especuladores no siguen en Alemania pensando que en breves días el Gobierno fiel canciller Kiesimger practicará, por íta, la revaluación que ahora niega, sin porgue dos monedas europeas- -el franco y la libra- -viven en tal estado de debilidad ue nadie puede descartar el reajuste de todas las monedas en sitpacsón de déseguiíibrio. Por eso el propio portavoz del Gobierno alemán ha reconocido que harán falta, por lo menos, tres meses para que la anormal afluencia de monedas que cayeron sobre Alemania desaparezca, devolviendo las cosas a su punto de partida, lo cwal quiere decir que, por lo menfe durante tres meses el sistema monetario vivirá en un estado de nerviosa inquietud cargado de peligros todavía superiores a los que ya acechan crónicamente al sistema. Esta inquietud debería, sin embargo, servir como estimulo para meditar sobre los problemas europeos que después de la desaparición del general Be Gaulle entrarán en una fase de movimientos, modestos momentáneamente, d sde luego, pero que podrían en un futuro no demasiado lejano hacer avanzar la construcción de una Europa a la altura de su tiempo. Propuestas no faltan a estas horas en que parece nacer una nueva esperanza sobre el Continente. Las iniciativas coinciden en varios puntos, todos ellos enteramente lógicos. Brandt, por una parte, y Nenni, por otra, han aprovechado la Asamblea del Consejo de Europa para repetir cuatro cosas muy razonables. Primera, que la ComunMad Económica Europea debe ampliar el número de sus miembros. Segunda, que la Comunidad debía conservar su juego institucional presente sin transformarse en otro tipo de organización. Tercera, que Europa debe emprender comúnmente las tareas tecnológicas no cubiertas por el Tratado de Roma, y cuarta, que el diálogo con la Europa oriental debe abrirse cnanto antes. Sostener el Mercad Común, ampliarlo y mejorarlo, y una vez que coincidan las fronteras de Europa con las de su organización colectiva, discutir con la otra Europa del lado de allá del telón de acero, es un programa lleno de buen sentido. Pero no fácil de cumplir, porgue siguen existiendo demasiadas dificultades en Europa y no demasiada buena voluntad en resolverlas, quizá porque sean enojosas obligaciones domésticas, molestas en afrontar. Se está acostumbrando a üroniinciar grandes discursos sofere bellos programas políticos. Ocuparse de la mantequilla, que literalmente inunda el Mercado Coman como un grasicnto oleaje, recortar la producción de azúcar que igualmente se produce sin ningsHia consideración con el Mercado, trasladar a las poblaciones agrícolas sobrantes del campo a las ciudades, unificar las políticas monetarias y aceptar que el Mercado Común entre realmente en su fase definitiva, constituyen cuestiones mucho más desagradables que trompetear entusiasmos enropefstas en un foro que aprovechaba la reunión para, de camino, condenar moralsnente a uno de sus miembros- -Grecia- como si los propios griegos no fuesen capaces de resolver sus problemas sin necesidad de que nadie tenga el mal gusto de inmiscuirse en sus asuntos privados. De momento, y a pesar de su condición de ministro provisional, ya se encargó Michel Deforé de advertir en Luxemburgo, durante la última reunión del Consejo Ministerial, que considera indispensable resolver el reglamento financiero agrícola antes de considerar que estaban cubiertas todas las condiciones para pasar efectivamente a la fase definitiva del Mercado Común, estableciendo una condición previa peor, porque repite la eterna postura francesa de conseguir en el Mercado Común todo lo que le conviene, sin transigir con aquello que pudiese molestarle. Como la política agrícola comunitaria está basada en el apoyo que sus compañeros de comunidad prestan a la agricultura francesa, se comprende jjue Debré insistiese en obtener la máxima ganancia para Francia, pero se entiende peor que ni siquiera en las actuales y difíciles condiciones en que vive Europa la necesidad de acelerar su construcción pasando al estado definitivo del Mercado Común haya sido considerada como la más necesaria y urgente de todas las tareas. Y uno se pregunta qué acontecimiento será capaz de despertar a todos los que siguen dormidos sobre la tierra europea. -Salvador IiOiPEZ DE LA TORRE,

Te puede interesar

Copyright (c) DIARIO ABC S.L, Madrid, 2009. Queda prohibida la reproducción, distribución, puesta a disposición, comunicación pública y utilización, total o parcial, de los contenidos de esta web, en cualquier forma o modalidad, sin previa, expresa y escrita autorización, incluyendo, en particular, su mera reproducción y/o puesta a disposición como resúmenes, reseñas o revistas de prensa con fines comerciales o directa o indirectamente lucrativos, a la que se manifiesta oposición expresa, a salvo del uso de los productos que se contrate de acuerdo con las condiciones existentes.