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ABC MADRID 10-05-1969 página 10
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ABC MADRID 10-05-1969 página 10

  • EdiciónABC, MADRID
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LA HISTORIA, RECTIFICADA POR LOS PROTAGONISTAS QUE LA SOBREVIVEN AL es 1 caso que acaba de ocurrir en la Televisión alemana, que ha reproducido un guión histórico describiendo minuciosamente- -en cierto matiz rojoide- -los dramáticos sucesos acaecidos en Alemania tras su capitulación en la primera guerra mundial, que culminaJk ron en la muerte violenta en Berlín, el 15 de enero de 1919, de Kart Liebkneeht y Rosa Luxemburgo, jefes del movimiento extremista denominado Espartado y en el proceso entablado a tos supuestos autores de aquélla. Vale la pena de relatarlo suscintamente. La situación del derrumbado Imperio alemán, tras su derrota en noviembre de 1918 no podía ser más crítica, siquiera las ciudades, los puertos, las fábricas, los monumentos, puentes, vías de comunicación y edificios se mantuvieron en pie y no en las desoladoras ruinas de 1945, al término de la segunda contienda, también adversa al m Reich germánico. Habiendo abdicado el Kaiser Guillermo II y solicitado asilo en Holanda, bajo los auspicios del mariscal Hindemburg, general en jefe del Ejército imperial y con la anuencia de los aliados, se formó un Gobierno que tocó presidir al socialdemócrata moderado Federico Ebert y enca- T bezó la Delegación germana que había de participar en las duras negociaciones de paz que precedieron al Tratado de Versalles. La misión de este Gobierno no podía ser más ingrata. Los soldados regresaban desmoralizados del frente en el que habían combatido valiente y victoriosamente durante cuatro años, siendo recibidos con insultos y desprecios por algunos sectores de la plebe enfurecida. El hambre, la anarquía, el desempleo y el hundimiento de la moneda impar- aban por doquier, siendo constantes los choques entre la Policía y los elementos avanzados de ese demagógico Espartako que estaba organizado a imitación del partido bolchevique ruso, con sus Consejos revolucionarios de obreros y soldados y que ya había promovido los primeros levantamientos arjnados con marineros de las dotaciones de los barcos de guerra anclados en Kiel, Bremen y Hamburgo. El nuevo Gobierno republicano apenas si tenía fuerza para controlar aquel caótico estado de casos. Y se veía obligado a apoyarse en los únicos efectivos militares encuadrados que subsistían gracias al espíritu férreo de la disciplina prusiana encarnada en una élite de oficiales animo- El interrogatorio de Rosa de Luxemburgo ante el capitán Pabst. sos: la división reforzada de Caballería de guarnición en Berlín que mandaba el general Von Hoffmann, cuyo ayudante, el capitán Pabst, era el alma indomable del antiguo régimen; el tizón incandescente que mantenía encendido el sacro fuego patriótico. T sabedor de que el débil Gobierno socialdemócrata no podría sofocar la formidable insurrección armada que con la ayuda de la Unión Soviética preparaban los espartakistas para asaltar el Poder e implantar la dictadura del proletariado, decidió recabar de su general la adopción de medidas extraordinarias para hacer abortar el golpe. T para ello, nada mejor que anticiparse al mismo con la detención de tos dos exaltados cabecillas rojos: Iáebknecht y Rosa Luxemburgo. A este fin, la patrulla militar que había de proceder al arresto fue cuidadosamente seleccionada e instruida entre leales oficiales de la Marina de Guerra y el Ejército que habían de vestir el uniforme de soldados rasos. Sus nombres: teniente coronel Vogel; capitán Pflug- Hartung; tenientes de navio Pflug- Hartung (hermano del anterior) Láeppmann Petri, Souchon, Sander, y tos húsares Runge, Dreger y Friedrich. Sacados de sus refugios en coches militares, al intentar la huida se les aplicó la ley de fugas, siendo el cadáver de Rosa arrojado al Spre. Así al menos se dio la primera noticia, que produjo la indignación enorme del mundo izquierdista, cuyo órgano de opinión era Rote Pahne Bandera Roja Tanto que el Gobierno se vio precisado a ordenar la apertura de las diligencias oportunas para el esclarecimiento de tos hechos, encarcelamiento de los responsables y su procesamiento y comparecencia ante el correspond l e n t e Consejo de Guerra, dada la calidad castrense de aquéllos. Todos estos episodios, tomados de la realidad por el escritor Dieter Ertel- -que también ha buceado en el sumario instruido, en las declaraciones de los testigos y en las actas de la acusación y la defensa en el juicio oral y público celebrado ante el Consejo de Guerra- -han sido presenta- El abogado Grünspach, defensor del teniente coronel Vogel (en pie) y de los demás procesados en el juicio oral ante el Consejo de Guerra.

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