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ABC MADRID 27-04-1969 página 149
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ABC MADRID 27-04-1969 página 149

  • EdiciónABC, MADRID
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chas veces, en aquellos tiempos, los actores empezaban a hacer deporte al firmar los primeros contratos, ya que en su precaria vida había sido imposible coger ün palo de golf o una raqueta de tenis. Durante mucho tiempo, el tenis fue el lawn tennis y signo de ocio o de riqueza; al menos aquí, el ir con una raqueta y un jersey debajo del brazo era una ostentación, una especie de reto. El cine trajo una mágica valoración de las cosas deportivas, de la piscina y de la cancha. Un poeta, Rafael Alberti, se abría paso con versos que valorizaban las cintas de celuloide: Yo nací, ¡respetadme! con el cine, bajo una red, de cables y aviones... Y, a su vez, el cine había llamado ya a filas, anteriormente, a los deportistas. El movimiento literario ofrecía luego las Olímpicas de Montherlant, como Campeones del mundo de Morand, y en los noticiarios, cine y deporte se abrazaban y unían continuamente con muchos pretextos. De aquella época de un mundo más pequeño, cuando viajaba menos gente y las figuras del cine alternaban con otros campeones, son estas fotografías que hoy publicamos. Eran los primeros divos de una nueva universalidad. Charles Ghaplin, con su pelo encrespado, sin canas, su sonrisa, mostrando mucho sus dientes, mimado ya por la celebridad. Había debutado en la pantalla en 1812. Es curioso, en este mismo año Douglas Fairbanks, que había comenzado en el teatro, intentó, en cine, el papel de aventurero simpático que se descuelga de un balcón y corre por encima de una muralla. Fue en Chicago y el año diecipico El famoso gimnasta y actor de The Mark of Zorro y de tantas producciones, risueño, broncíneo, piloto de alfombras voladoras y mosquetero audaz, aparece junto a su mujer, Miary Pickford, muy vestida con sombrero primaveral. Mary Pickford, cuyo verdadero nombre era Gladys Smith, habla cobrado ¡cinco dólares! por una película, si bien se desquitó más tarde con una inmensa celebridad. En la época de su esplendor están, hechas estas fotografías. Con ellos está Tilden, William T. Tilden, precursor de la manera moderna de jugar al tenis. Su reinado abarca de 1918 al 35. Fue campeón en Wimbledon los años 1920, 1921, 193 C y campeón de los Estados Unidos, sin interrupción, entere 1919 y 1926. Ha sido, según tengo entendido- -y si no, que me rectifique Lily Alvarez- el más grande campeón de todos los tiempos. El más alto de estatura del grupo ostenta una cara buena y un tupé de niño que ha crecido demasiado. Y, por último, Manuel Alonso, sonriente, correcto, cuya ficha ya casi está dada. Fue finalista en Wimbledon en 1921 y campeón de España muchas veces. Estuvo clasificado entre los diez mejores jugadores del mundo, llegando a ser el quinto en 1927. Acaso la American Car, de Nueva York, y sus locomotoras, le apartaron sin darse cuenta de la actividad deportiva. Cine y tenis se encontraban con la alegría del aire libre y de la celebridad. El buen contrató o la jugada maestra sellaba sus pasaportes y se les veía en Madrid, en Londres, en Nueva York. En el infinito álbum de Charlot ocupan un rinconcito. El cine filmaba a los deportistas y éstos daban cuanto podían y aún había que defenderlos. En un banquete regio en Bilbao, S. M. el Bey Alfonso XDX se vio obligado a hacerlo diciendo: El deporte es menos caro para los países que la Liga de las Naciones. Antonio DE OBREGON Mma- ¿masen jue nunpa se volverá a repetir hapttn, Ti d n, Fairbanks, Mary Pickford, Manuel Alonso (el gran campeón español antecesor de Santana y tan bueno como él) y axn aiwiiíniu jifl rioj j t e Ja époica, jen Ja pausa j i e O J U p a r t i d o amistoso entre el cine y- el tenis.

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